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Informe - 24 noviembre, 2016

Electricaribe y el espejo de Electrocesar

Aunque las directivas de la empresa consideran que la actual intervención de la Superintendencia de Servicios Públicos es transitoria, la mayoría de congresistas de la Costa le exigen al gobierno la llegada de un nuevo operador como hace 18 años.

Foto: archivo / EL PILÓN
Foto: archivo / EL PILÓN

El pasado 14 de noviembre, la Superintendencia de Servicios Públicos ordenó la toma de posesión de los bienes, y negocios de la Electrificadora del Caribe, Electricaribe, para asegurar la prestación eficiente del servicio de energía y más aún ante los anuncios de racionamientos en el suministro para los departamentos de la costa Atlántica.

Aunque con varias diferencias, la historia parece repetirse. Hace 18 años, la Corporación Eléctrica de la Costa Atlántica, la Electrificadora del Atlántico,  Electrificadora de La Guajira, Electrificadora de Bolívar, Electrificadora de Córdoba, Electrificadora del Cesar, Electrificadora  de  Sucre, Electrificadora  del Magdalena y Electrificadora de Magangué,  atravesaban por una aguda crisis financiera  que amenazaba la continuidad de la prestación del servicio, y por lo tanto, la mayoría de ellas, incluida Electrocesar, fueron objeto de una toma de posesión de sus negocios y bienes por parte de la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios.

El gobierno nacional consideró indispensable llevar a cabo una completa reorganización y capitalización del sector, con el fin de poder garantizar hacia el futuro la prestación eficiente del servicio de energía eléctrica en la costa Atlántica.

Fue así como a partir de agosto de 1998 entró a operar la sustitución patronal de todas las obligaciones laborales legales y extralegales de las Electrificadoras del Magdalena, Atlántico, Cesar y La Guajira, asumidas por la empresa Electrificadora del Caribe S.A  – ESP, hoy Electricaribe.

En ese año, Electricaribe y Electrocosta fueron capitalizadas en un 65% por el consorcio conformado entre Houston Industries y Electricidad de Caracas, y se les transfirieron todos los activos, algunos pasivos y se realizó la sustitución de los trabajadores y pensionados de las anteriores electrificadoras públicas (Atlántico, Magdalena, Cesar, Guajira, Bolívar, Córdoba, Sucre y Magangué). El 35% restante quedó en manos de las anteriores electrificadoras y Corelca.

Pese a la privatización, las empresas no despegaron y los inversionistas iniciales vendieron su participación a Unión Fenosa, empresa con una gran solidez económica e importante capacidad técnica y operativa, que asumió el control de las compañías en noviembre del año 2000.

Luego de haber alcanzado la estabilidad operativa y financiera, se consideró indispensable avanzar en la consolidación de una empresa capaz de afrontar mejor el crecimiento y realizar las inversiones que requiere para prestar un mejor servicio, fusionando Electricaribe y Electrocosta.

Esta fusión se formalizó en diciembre de 2007, después de surtir todos los trámites de ley ante la Asamblea de Accionistas de las empresas, la Superintendencia de Servicios Públicos y la Superintendencia de Sociedades.

Posteriormente, en 2009, Gas Natural se fusiona con Unión Fenosa, creando así a Gas Natural Fenosa.

Aunque las directivas de Electricaribe consideran que la actual intervención a la empresa de energía es transitoria, la mayoría de congresistas de la Costa le exigen al gobierno un proceso de liquidación y que llegue un nuevo operador.

Comparaciones

En Valledupar, el coordinador de la Casa de los Usuarios de los Servicios Públicos, Evelio Daza Daza, hizo un paralelo sobre la prestación del servicio de energía de antaño y la de ahora.

“En Electrocesar había una comisión imperialista que convirtió a la empresa en un fortín de caciques políticos y una guaca electoral, pero nunca se habían registrado los abusos y las extralimitaciones que se ven ahora por parte de Electricaribe hacia el usuario, en los que no solamente se presta un mal servicio sino que existe una cadena reiterada de abusos”, recordó el funcionario.

“Electrocesar fue una de las famosas electrificadoras del Estado que entraron a la quiebra absoluta porque de allí muchos políticos financiaron sus campañas electorales”, agregó Daza Daza.

Entre esa baraja de extralimitaciones e injusticias a la que hace referencia el reconocido abogado, aparece el famoso ‘cartel de los medidores’. “Me atrevería a decir es la principal fuente de ingreso para Electricaribe, por ahí entra más dinero que por el mismo consumo porque no solamente obligan al usuario a comprar el medidor sino que lo calumnian por adulterar los sellos variables técnicos del contador lo que implica el alza en la tarifa por concepto de la energía consumida dejada de facturar”, explicó.

Ante esta situación, el abogado Evelio Daza Daza, dijo que este concepto existe desde que la Corte Constitucional le quitó la facultad a la empresa de energía, de imponer multas.

“Electricaribe se inventa la necesidad de estar cambiando medidores. Detrás de cada cambio, donde se los llevan para sus laboratorios y a espaldas del usuario le inventan que hubo una adulteración de los sellos o de cualquier otra faceta técnica del medidor que les hace presumir que estuvieron consumiendo determinado porcentaje de energía que no registraba el viejo medidor. Ahí viene lo que se denomina energía consumida dejada de facturar”, afirmó el jurista.

Aseguró que lo anterior representa seis veces más que el valor del consumo y considera que “esta intervención que se hizo debió llevarse a cabo hace diez años, debió proscribirse el cambio de medidores porque esta es una forma siniestra de un recaudo ilícito por parte de la actual empresa de energía”.

Daza Daza diariamente atiende en la Casa del Usuario, ubicada en el barrio La Nevada de Valledupar, a alrededor de 20 y 25 personas, de las cuales, más del 50% denuncia un mal servicio de Electricaribe.

“No me ha gustado los anuncios del ministro de Minas en el que advierte la llegada de un operador en la intervención de Electricaribe, eso es para fortalecerla económicamente y seguramente continuarán las injusticias”, advirtió.

Por último reveló que el principal malestar de los usuarios está relacionado con los conceptos de energía consumida dejada de facturar, seguida de alto consumo y cobros a terceros.

Debían hasta seis meses

Gersen Téllez, quien laboró por más de 18 años en el departamento de pérdidas y laboratorio de medidores de Electrocesar, aseguró que el servicio de energía siempre ha sido un caos.

“Pero antes se controlaba con mayor facilidad a través de una planta porque la ciudad era más pequeña, los racionamientos eran normales cuando la misma se dañaba, después llegó la interconexión la luz mejoró en un 90%. La empresa se acabó por el fortín burocrático que la rodeaba”, recordó.

El exfuncionario manifestó que durante la época de Electrocesar, el problema de recaudo era diferente.
“Lo importante era tener a la gente contenta y a veces se juntaban seis o siete meses de deuda y no pasaba nada, antes había mayor tolerancia porque la prioridad era convertir la empresa en apoyo para algunos políticos de turno”, afirmó.

Lo que no ha cambiado, según el hombre de 56 años, es la adulteración de los medidores. “Estas irregularidades siempre han existido, pero la gente ahora se queja más y no traga entero, pero la manipulación de los contadores no son situaciones nuevas dentro de la prestación del servicio”.

¿Sabía usted que…

En diciembre de 1992, los usuarios de la Electrificadora de Cesar (Electrocesar) adeudaban a la entidad 3.184 millones de pesos y para recuperar la cartera morosa se comenzó a aplicar un plan de financiación para tratar de rescatar 954 millones de pesos en el sector oficial, 115 millones en el área residencial, 43 millones del comercio y 31 millones en la industria?

La planta técnica de Electrocesar quedaba en inmediaciones de la actual planta de la empresa DPA, mientras que la parte administrativa estaba ubicada en el sitio donde ahora está construida la clínica Médicos, en la calle 16 entre carreras 11 y 12.

La crisis de la empresa, que atiende a 2,5 millones de clientes en los siete departamentos de la costa Atlántica se arrastra desde hace meses en los cuales los usuarios han reclamado por las constates fallas en la prestación del servicio.

Por Nibaldo Bustamante

 

 

Informe
24 noviembre, 2016

Electricaribe y el espejo de Electrocesar

Aunque las directivas de la empresa consideran que la actual intervención de la Superintendencia de Servicios Públicos es transitoria, la mayoría de congresistas de la Costa le exigen al gobierno la llegada de un nuevo operador como hace 18 años.


Foto: archivo / EL PILÓN
Foto: archivo / EL PILÓN

El pasado 14 de noviembre, la Superintendencia de Servicios Públicos ordenó la toma de posesión de los bienes, y negocios de la Electrificadora del Caribe, Electricaribe, para asegurar la prestación eficiente del servicio de energía y más aún ante los anuncios de racionamientos en el suministro para los departamentos de la costa Atlántica.

Aunque con varias diferencias, la historia parece repetirse. Hace 18 años, la Corporación Eléctrica de la Costa Atlántica, la Electrificadora del Atlántico,  Electrificadora de La Guajira, Electrificadora de Bolívar, Electrificadora de Córdoba, Electrificadora del Cesar, Electrificadora  de  Sucre, Electrificadora  del Magdalena y Electrificadora de Magangué,  atravesaban por una aguda crisis financiera  que amenazaba la continuidad de la prestación del servicio, y por lo tanto, la mayoría de ellas, incluida Electrocesar, fueron objeto de una toma de posesión de sus negocios y bienes por parte de la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios.

El gobierno nacional consideró indispensable llevar a cabo una completa reorganización y capitalización del sector, con el fin de poder garantizar hacia el futuro la prestación eficiente del servicio de energía eléctrica en la costa Atlántica.

Fue así como a partir de agosto de 1998 entró a operar la sustitución patronal de todas las obligaciones laborales legales y extralegales de las Electrificadoras del Magdalena, Atlántico, Cesar y La Guajira, asumidas por la empresa Electrificadora del Caribe S.A  – ESP, hoy Electricaribe.

En ese año, Electricaribe y Electrocosta fueron capitalizadas en un 65% por el consorcio conformado entre Houston Industries y Electricidad de Caracas, y se les transfirieron todos los activos, algunos pasivos y se realizó la sustitución de los trabajadores y pensionados de las anteriores electrificadoras públicas (Atlántico, Magdalena, Cesar, Guajira, Bolívar, Córdoba, Sucre y Magangué). El 35% restante quedó en manos de las anteriores electrificadoras y Corelca.

Pese a la privatización, las empresas no despegaron y los inversionistas iniciales vendieron su participación a Unión Fenosa, empresa con una gran solidez económica e importante capacidad técnica y operativa, que asumió el control de las compañías en noviembre del año 2000.

Luego de haber alcanzado la estabilidad operativa y financiera, se consideró indispensable avanzar en la consolidación de una empresa capaz de afrontar mejor el crecimiento y realizar las inversiones que requiere para prestar un mejor servicio, fusionando Electricaribe y Electrocosta.

Esta fusión se formalizó en diciembre de 2007, después de surtir todos los trámites de ley ante la Asamblea de Accionistas de las empresas, la Superintendencia de Servicios Públicos y la Superintendencia de Sociedades.

Posteriormente, en 2009, Gas Natural se fusiona con Unión Fenosa, creando así a Gas Natural Fenosa.

Aunque las directivas de Electricaribe consideran que la actual intervención a la empresa de energía es transitoria, la mayoría de congresistas de la Costa le exigen al gobierno un proceso de liquidación y que llegue un nuevo operador.

Comparaciones

En Valledupar, el coordinador de la Casa de los Usuarios de los Servicios Públicos, Evelio Daza Daza, hizo un paralelo sobre la prestación del servicio de energía de antaño y la de ahora.

“En Electrocesar había una comisión imperialista que convirtió a la empresa en un fortín de caciques políticos y una guaca electoral, pero nunca se habían registrado los abusos y las extralimitaciones que se ven ahora por parte de Electricaribe hacia el usuario, en los que no solamente se presta un mal servicio sino que existe una cadena reiterada de abusos”, recordó el funcionario.

“Electrocesar fue una de las famosas electrificadoras del Estado que entraron a la quiebra absoluta porque de allí muchos políticos financiaron sus campañas electorales”, agregó Daza Daza.

Entre esa baraja de extralimitaciones e injusticias a la que hace referencia el reconocido abogado, aparece el famoso ‘cartel de los medidores’. “Me atrevería a decir es la principal fuente de ingreso para Electricaribe, por ahí entra más dinero que por el mismo consumo porque no solamente obligan al usuario a comprar el medidor sino que lo calumnian por adulterar los sellos variables técnicos del contador lo que implica el alza en la tarifa por concepto de la energía consumida dejada de facturar”, explicó.

Ante esta situación, el abogado Evelio Daza Daza, dijo que este concepto existe desde que la Corte Constitucional le quitó la facultad a la empresa de energía, de imponer multas.

“Electricaribe se inventa la necesidad de estar cambiando medidores. Detrás de cada cambio, donde se los llevan para sus laboratorios y a espaldas del usuario le inventan que hubo una adulteración de los sellos o de cualquier otra faceta técnica del medidor que les hace presumir que estuvieron consumiendo determinado porcentaje de energía que no registraba el viejo medidor. Ahí viene lo que se denomina energía consumida dejada de facturar”, afirmó el jurista.

Aseguró que lo anterior representa seis veces más que el valor del consumo y considera que “esta intervención que se hizo debió llevarse a cabo hace diez años, debió proscribirse el cambio de medidores porque esta es una forma siniestra de un recaudo ilícito por parte de la actual empresa de energía”.

Daza Daza diariamente atiende en la Casa del Usuario, ubicada en el barrio La Nevada de Valledupar, a alrededor de 20 y 25 personas, de las cuales, más del 50% denuncia un mal servicio de Electricaribe.

“No me ha gustado los anuncios del ministro de Minas en el que advierte la llegada de un operador en la intervención de Electricaribe, eso es para fortalecerla económicamente y seguramente continuarán las injusticias”, advirtió.

Por último reveló que el principal malestar de los usuarios está relacionado con los conceptos de energía consumida dejada de facturar, seguida de alto consumo y cobros a terceros.

Debían hasta seis meses

Gersen Téllez, quien laboró por más de 18 años en el departamento de pérdidas y laboratorio de medidores de Electrocesar, aseguró que el servicio de energía siempre ha sido un caos.

“Pero antes se controlaba con mayor facilidad a través de una planta porque la ciudad era más pequeña, los racionamientos eran normales cuando la misma se dañaba, después llegó la interconexión la luz mejoró en un 90%. La empresa se acabó por el fortín burocrático que la rodeaba”, recordó.

El exfuncionario manifestó que durante la época de Electrocesar, el problema de recaudo era diferente.
“Lo importante era tener a la gente contenta y a veces se juntaban seis o siete meses de deuda y no pasaba nada, antes había mayor tolerancia porque la prioridad era convertir la empresa en apoyo para algunos políticos de turno”, afirmó.

Lo que no ha cambiado, según el hombre de 56 años, es la adulteración de los medidores. “Estas irregularidades siempre han existido, pero la gente ahora se queja más y no traga entero, pero la manipulación de los contadores no son situaciones nuevas dentro de la prestación del servicio”.

¿Sabía usted que…

En diciembre de 1992, los usuarios de la Electrificadora de Cesar (Electrocesar) adeudaban a la entidad 3.184 millones de pesos y para recuperar la cartera morosa se comenzó a aplicar un plan de financiación para tratar de rescatar 954 millones de pesos en el sector oficial, 115 millones en el área residencial, 43 millones del comercio y 31 millones en la industria?

La planta técnica de Electrocesar quedaba en inmediaciones de la actual planta de la empresa DPA, mientras que la parte administrativa estaba ubicada en el sitio donde ahora está construida la clínica Médicos, en la calle 16 entre carreras 11 y 12.

La crisis de la empresa, que atiende a 2,5 millones de clientes en los siete departamentos de la costa Atlántica se arrastra desde hace meses en los cuales los usuarios han reclamado por las constates fallas en la prestación del servicio.

Por Nibaldo Bustamante