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Columnista - 5 noviembre, 2010

Elección del CPV: Que bonche … ¡Pero, que Panga!!!

Tiro de Chorro Por Edgardo Mendoza Guerra DESTACADO: La Plancha!!  Nominal!! Paz y salvo!!! Poderes!!! Los Estatutos!!! Una de las pocas cosas desestresantes entre los comunicadores es nuestra propia elección de directivos, en esta ciudad donde el transporte público es un caos, la inseguridad es total y los pleitos políticos son pan de cada día. […]

Tiro de Chorro
Por Edgardo Mendoza Guerra

DESTACADO:
La Plancha!!  Nominal!! Paz y salvo!!! Poderes!!! Los Estatutos!!!

Una de las pocas cosas desestresantes entre los comunicadores es nuestra propia elección de directivos, en esta ciudad donde el transporte público es un caos, la inseguridad es total y los pleitos políticos son pan de cada día. En fin, después de los titulares  del día a día, atracos, inhabilidades, candidaturas, renuncias, suicidios, carbonizados en carreteras, mototaxis, reinsertados, desplazados, La Jagua de Ibirico, Ava, Ciro, Luis Fabián y todos los etc del caso, la mejor forma de desestresarse es lograr poner de acuerdo a los periodistas en un tema.
El Círculo de Periodistas de Valledupar, CPV, tiene 116 miembros casi siempre ausentes por muchas razones; sus fundadores son comunicadores respetables, pero las elecciones siempre han tenido rencillas,  primero por ser elitista y excluyente, nada  raro entre humanos. En estos nuevos tiempos y por el constitucionalismo de moda, hemos elegido las minorías, ayer votamos y reelegimos a las afrocolombianas, la gente de la diáspora africana con Melitza Quintero, una morena graciosa, trabajadora de “hacha y machete” como  definió en su informe final;  hoy  correspondió a la minoría indígena, Aquiles Hernández, de origen guajiro, pero de antepasados Zenúes, comedores de babilla, hecho notable  en su dentadura amenazante.
Melitza quería tercera reelección, a lo Uribe, pero desistió al final; Libardo Fonseca era del equipo de Aquiles, pero lo embullaron para la presidencia y se comió el cuento, primer error, cayó en la trampa a pesar de su veteranía de siglos; Leda Rodríguez, una pilosa y organizada comunicadora la entusiasmaron en menos de 24 horas, pero la gente decía, Leda sí, sí, sí  Jafi no, no, no…, como en la canción de Alejo. Jafi es su esposo, un buen muchacho que inspira caricaturas, pero no tiene votos, dicen que es “piedrero”, como Fonseca, no el cantante. A  la buena Leda le ofrecieron los votos de los periodistas de la nómina de la Gobernación (por eso lo nominal), pero al contrario del Dr Cristian que le votaron en masa, a ellos los vetaron en mesa.
Cada elección es diferentes señores. Cada erección es una fiesta señoras!!!.
De nada sirvió el vestido amarillo cañaguate de la ex presidenta, ni la blusita a rayas fucsia y el peinado, (eso si soberbio!!!) de la secretaria Edina Luz; de nada el vestido de gala  transparente de Leda; ni la Guayabera de marca de Fonseca, bonita por cierto; mientras que el electo presidente, Aquiles Hernández, como indio en proceso de civilización vistió de Jeans, a lo moderno (¡Oh, aculturación!) una camisita a rayas, posiblemente prestada para la ocasión.
Leda alcanzó a  asustarnos. Libardo es serio, es honesto, es camellador, pero bota la piedra fácil,  lo sabían los electores, por eso antes de la mitad  del proceso, soltó su frase esperada: “¡Declino mi aspiración!!!”, de nada sirvió la voz fuerte de su concuñado Renato Laino Marchena con su 1,64 de estatura gritando: “¡Seamos serios!”, ante el 2,13 metros de Muñoz Peñalosa, vicepresidente electo.
Clara Inés Araujo estaba furiosa, pero moderada, elegante y risueña, a veces;  Clara Inés Santana estaba solitaria  en votos, indecisa, protocolaria. María José Rumbo estaba inquietante, pero tímida,  inexpresiva; Iván Morón fue un caballero a pesar de la derrota de sus candidatos,  desde el principio dijo conocerlos y apreciarlos a todos, el hombre juega bien la diplomacia. Deisy García, una mujer con un extraño color de cabello estaba fuera de todo, al final gritó y nadie la escuchó.
El resultado: ganó la democracia. La nueva junta tiene responsabilidades y retos por cumplir, ellos llegaron tarde  a sus hogares, celebrando; los perdedores aún no han llegado a sus casas pues perdieron hasta la dirección, si los ven por favor ubiquémoslos de nuevo. Que bonche, que panga, viva el CPV. Circulo Progresista y Vivo.
[email protected]

Columnista
5 noviembre, 2010

Elección del CPV: Que bonche … ¡Pero, que Panga!!!

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Edgardo Mendoza Guerra

Tiro de Chorro Por Edgardo Mendoza Guerra DESTACADO: La Plancha!!  Nominal!! Paz y salvo!!! Poderes!!! Los Estatutos!!! Una de las pocas cosas desestresantes entre los comunicadores es nuestra propia elección de directivos, en esta ciudad donde el transporte público es un caos, la inseguridad es total y los pleitos políticos son pan de cada día. […]


Tiro de Chorro
Por Edgardo Mendoza Guerra

DESTACADO:
La Plancha!!  Nominal!! Paz y salvo!!! Poderes!!! Los Estatutos!!!

Una de las pocas cosas desestresantes entre los comunicadores es nuestra propia elección de directivos, en esta ciudad donde el transporte público es un caos, la inseguridad es total y los pleitos políticos son pan de cada día. En fin, después de los titulares  del día a día, atracos, inhabilidades, candidaturas, renuncias, suicidios, carbonizados en carreteras, mototaxis, reinsertados, desplazados, La Jagua de Ibirico, Ava, Ciro, Luis Fabián y todos los etc del caso, la mejor forma de desestresarse es lograr poner de acuerdo a los periodistas en un tema.
El Círculo de Periodistas de Valledupar, CPV, tiene 116 miembros casi siempre ausentes por muchas razones; sus fundadores son comunicadores respetables, pero las elecciones siempre han tenido rencillas,  primero por ser elitista y excluyente, nada  raro entre humanos. En estos nuevos tiempos y por el constitucionalismo de moda, hemos elegido las minorías, ayer votamos y reelegimos a las afrocolombianas, la gente de la diáspora africana con Melitza Quintero, una morena graciosa, trabajadora de “hacha y machete” como  definió en su informe final;  hoy  correspondió a la minoría indígena, Aquiles Hernández, de origen guajiro, pero de antepasados Zenúes, comedores de babilla, hecho notable  en su dentadura amenazante.
Melitza quería tercera reelección, a lo Uribe, pero desistió al final; Libardo Fonseca era del equipo de Aquiles, pero lo embullaron para la presidencia y se comió el cuento, primer error, cayó en la trampa a pesar de su veteranía de siglos; Leda Rodríguez, una pilosa y organizada comunicadora la entusiasmaron en menos de 24 horas, pero la gente decía, Leda sí, sí, sí  Jafi no, no, no…, como en la canción de Alejo. Jafi es su esposo, un buen muchacho que inspira caricaturas, pero no tiene votos, dicen que es “piedrero”, como Fonseca, no el cantante. A  la buena Leda le ofrecieron los votos de los periodistas de la nómina de la Gobernación (por eso lo nominal), pero al contrario del Dr Cristian que le votaron en masa, a ellos los vetaron en mesa.
Cada elección es diferentes señores. Cada erección es una fiesta señoras!!!.
De nada sirvió el vestido amarillo cañaguate de la ex presidenta, ni la blusita a rayas fucsia y el peinado, (eso si soberbio!!!) de la secretaria Edina Luz; de nada el vestido de gala  transparente de Leda; ni la Guayabera de marca de Fonseca, bonita por cierto; mientras que el electo presidente, Aquiles Hernández, como indio en proceso de civilización vistió de Jeans, a lo moderno (¡Oh, aculturación!) una camisita a rayas, posiblemente prestada para la ocasión.
Leda alcanzó a  asustarnos. Libardo es serio, es honesto, es camellador, pero bota la piedra fácil,  lo sabían los electores, por eso antes de la mitad  del proceso, soltó su frase esperada: “¡Declino mi aspiración!!!”, de nada sirvió la voz fuerte de su concuñado Renato Laino Marchena con su 1,64 de estatura gritando: “¡Seamos serios!”, ante el 2,13 metros de Muñoz Peñalosa, vicepresidente electo.
Clara Inés Araujo estaba furiosa, pero moderada, elegante y risueña, a veces;  Clara Inés Santana estaba solitaria  en votos, indecisa, protocolaria. María José Rumbo estaba inquietante, pero tímida,  inexpresiva; Iván Morón fue un caballero a pesar de la derrota de sus candidatos,  desde el principio dijo conocerlos y apreciarlos a todos, el hombre juega bien la diplomacia. Deisy García, una mujer con un extraño color de cabello estaba fuera de todo, al final gritó y nadie la escuchó.
El resultado: ganó la democracia. La nueva junta tiene responsabilidades y retos por cumplir, ellos llegaron tarde  a sus hogares, celebrando; los perdedores aún no han llegado a sus casas pues perdieron hasta la dirección, si los ven por favor ubiquémoslos de nuevo. Que bonche, que panga, viva el CPV. Circulo Progresista y Vivo.
[email protected]