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Columnista - 11 septiembre, 2014

El vallenato puro

La música vallenata dentro de su riqueza, se ha transformado hasta el paroxismo en un mar de diferencias dentro del pentagrama de su cadencia musical. De todo se encuentra en la viña del Señor. Hay música para todo los gustos: ramplones, cursis, sin-sentidos, brincones, improvisados, arockerados, achampetados, lloricones y otros que musicalmente carecen de la […]

La música vallenata dentro de su riqueza, se ha transformado hasta el paroxismo en un mar de diferencias dentro del pentagrama de su cadencia musical. De todo se encuentra en la viña del Señor. Hay música para todo los gustos: ramplones, cursis, sin-sentidos, brincones, improvisados, arockerados, achampetados, lloricones y otros que musicalmente carecen de la autenticidad del vallenato.
Aunque ello de por sí, no es motivo suficiente para discutir su valor musical. Del vallenato moderno lo único rescatable son sus melodías alegres. Su motivación desdibuja la grandeza de nuestra música. Ahora es por encargo, no por inspiración propia. La poesía de la nueva ola ha muerto. Le denominan comercial pero es simple ramplonería y vulgaridad.
¡Cómo cambian los tiempos! en la época del nacimiento del vallenato por nuestro juglares. Su grandeza se originó indirectamente proporcional a sus estudios. La mayoría era analfabetas y la poesía reinaba en sus composiciones; hoy, todo cuán distinto, son universitarios y la poesía se transformó en sexualidad y vulgaridad. Hoy, son canciones fugaces como el viento que son derogadas, unas por otras, sin juicio ni peso propio. Qué tristeza la profundidad de nuestras composiciones ha sido reemplazada por frases simplonas e infantiles. La capacidad de algunos compositores de la nueva ola se asimila a la mentalidad de niños de 10 años. Grandes diferencias entre la Creciente del Cesar de Escalona, Los Novios de Gustavo Gutiérrez, La gota fría de Emiliano Zuleta, Nació mi poesía de Fernando Dangond, Río Badillo de Octavio Daza -y tantos otros que me haría interminables- con las canciones de la nueva ola Del pico y placa, El amor de motel, etc.

El nuevo CD de Villazón es un trabajo de calidad que conjuga lo romántico con canciones de talla perdurable y letras hermosas como las de Juan Segundo Lagos, Wilfran Castillo e Iván Ovalle. Costumbristas
Como la de Luis Enrique Martínez, Juan Carlos Ovalle y Ever Vides.
Con el trabajo de filigrana del tenor conservando una escuela y vuelve a la musiquera vallenata el reencuentro con El camino de su existencia, la llama se enciende del vallenato puro, para que vuelvan en las amanecidas de los parranderos vallenatos a disfrutar los que extrañaban aun, Los dos guayabos de los compadres armando la talla de la vaciladora mutua el puro mamagallismo propio de nuestra idiosincrasia, evocando la amante y deseando contigo no vuelvo o

que no vuelva, de labios pa afuera; pero muy en el fondo, añorando que vuelva en realidad porque te amo. Aunque sea un amor imposible, aunque sea una canita al aire o aunque sea para compartir un momento para saber la verdad de aquel amor perdido y pasársela a los amigos. En conclusión, en el CD de Villazón se conjuga el Vallenato tradicional con el buen gusto de las canciones, la alegría de composiciones carnavaleras como La yuca y la taja y de otro lado; canciones costumbristas como La musiquera.
Como colofón y para decir la verdad a calzón quitao, a lo Moisés Perea, Talón a talón, piedra a piedra, calle a calle, fondo a fondo, centro a centro, limpio a limpio, con el nuevo trabajo de Villazón gana en definitiva el folclor vallenato, porque al oído musical marca pauta y causa sensación.

Columnista
11 septiembre, 2014

El vallenato puro

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Eduardo Dangond Castro

La música vallenata dentro de su riqueza, se ha transformado hasta el paroxismo en un mar de diferencias dentro del pentagrama de su cadencia musical. De todo se encuentra en la viña del Señor. Hay música para todo los gustos: ramplones, cursis, sin-sentidos, brincones, improvisados, arockerados, achampetados, lloricones y otros que musicalmente carecen de la […]


La música vallenata dentro de su riqueza, se ha transformado hasta el paroxismo en un mar de diferencias dentro del pentagrama de su cadencia musical. De todo se encuentra en la viña del Señor. Hay música para todo los gustos: ramplones, cursis, sin-sentidos, brincones, improvisados, arockerados, achampetados, lloricones y otros que musicalmente carecen de la autenticidad del vallenato.
Aunque ello de por sí, no es motivo suficiente para discutir su valor musical. Del vallenato moderno lo único rescatable son sus melodías alegres. Su motivación desdibuja la grandeza de nuestra música. Ahora es por encargo, no por inspiración propia. La poesía de la nueva ola ha muerto. Le denominan comercial pero es simple ramplonería y vulgaridad.
¡Cómo cambian los tiempos! en la época del nacimiento del vallenato por nuestro juglares. Su grandeza se originó indirectamente proporcional a sus estudios. La mayoría era analfabetas y la poesía reinaba en sus composiciones; hoy, todo cuán distinto, son universitarios y la poesía se transformó en sexualidad y vulgaridad. Hoy, son canciones fugaces como el viento que son derogadas, unas por otras, sin juicio ni peso propio. Qué tristeza la profundidad de nuestras composiciones ha sido reemplazada por frases simplonas e infantiles. La capacidad de algunos compositores de la nueva ola se asimila a la mentalidad de niños de 10 años. Grandes diferencias entre la Creciente del Cesar de Escalona, Los Novios de Gustavo Gutiérrez, La gota fría de Emiliano Zuleta, Nació mi poesía de Fernando Dangond, Río Badillo de Octavio Daza -y tantos otros que me haría interminables- con las canciones de la nueva ola Del pico y placa, El amor de motel, etc.

El nuevo CD de Villazón es un trabajo de calidad que conjuga lo romántico con canciones de talla perdurable y letras hermosas como las de Juan Segundo Lagos, Wilfran Castillo e Iván Ovalle. Costumbristas
Como la de Luis Enrique Martínez, Juan Carlos Ovalle y Ever Vides.
Con el trabajo de filigrana del tenor conservando una escuela y vuelve a la musiquera vallenata el reencuentro con El camino de su existencia, la llama se enciende del vallenato puro, para que vuelvan en las amanecidas de los parranderos vallenatos a disfrutar los que extrañaban aun, Los dos guayabos de los compadres armando la talla de la vaciladora mutua el puro mamagallismo propio de nuestra idiosincrasia, evocando la amante y deseando contigo no vuelvo o

que no vuelva, de labios pa afuera; pero muy en el fondo, añorando que vuelva en realidad porque te amo. Aunque sea un amor imposible, aunque sea una canita al aire o aunque sea para compartir un momento para saber la verdad de aquel amor perdido y pasársela a los amigos. En conclusión, en el CD de Villazón se conjuga el Vallenato tradicional con el buen gusto de las canciones, la alegría de composiciones carnavaleras como La yuca y la taja y de otro lado; canciones costumbristas como La musiquera.
Como colofón y para decir la verdad a calzón quitao, a lo Moisés Perea, Talón a talón, piedra a piedra, calle a calle, fondo a fondo, centro a centro, limpio a limpio, con el nuevo trabajo de Villazón gana en definitiva el folclor vallenato, porque al oído musical marca pauta y causa sensación.