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Editorial - 5 junio, 2018

El poder devastador de la naturaleza

Nuestra solidaridad con Guatemala, el dolor de ese país hoy traspasa fronteras luego de que lo menos 62 personas murieron, 46 más resultaron heridas y 1,7 millones afectadas el pasado domingo, tras la erupción del Volcán de Fuego. Según informó la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres de Guatemala, la comunidad de El Rodeo fue […]

Nuestra solidaridad con Guatemala, el dolor de ese país hoy traspasa fronteras luego de que lo menos 62 personas murieron, 46 más resultaron heridas y 1,7 millones afectadas el pasado domingo, tras la erupción del Volcán de Fuego. Según informó la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres de Guatemala, la comunidad de El Rodeo fue una de las más perjudicadas por la erupción, ya que terminó enterrada por la lava y las cenizas.

Esa catástrofe natural ocurrió en vísperas del Día Mundial del Medio Ambiente, que se conmemora hoy, como si se tratara de un llamado de atención de la naturaleza, que cuando sorprende con su poderío recuerda lo insignificante que somos los humanos ante ella.

En Colombia tenemos el riesgo de una catástrofe de similares o de mayores consecuencias en el proyecto hidroeléctrico Ituango, sobre el río Cauca, donde desde hace más de un mes Empresas Públicas de Medellín, EPM, y autoridades tratan de evitar el colapso de la represa que, como si se tratara de un tsunami, podría arrasar con las poblaciones ribereñas en Antioquia.

A diferencia de la situación en Guatemala, en el río Cauca la amenaza fue construida directamente por la mano del hombre y desde que comenzó la alerta por un posible colapso de la estructura se han podido tomar las medidas de precaución para mitigar los impactos de la emergencia.

“El problema no se resuelve en un día, es un problema de una magnitud importante que además ha evolucionado, está el tema de la geología, el tema climatológico, es complejo lidiar con la naturaleza, por eso la respuesta no está tan rápida como quisiéramos”, reconoció Luis Fernando Restrepo, gerente de Infraestructura y Minería Integral de EPM.

Las declaraciones del funcionario confirman que la naturaleza es más poderosa que el hombre, aunque este tenga la facultad de alterarla. Por eso hay que respetar y preservar el medio ambiente, aprovechar los recursos naturales de manera responsable y ser conscientes de las consecuencias de las intervenciones que realizamos en los ecosistemas; toda acción tiene una reacción.

En el Día Mundial del Medio Ambiente, aunque el énfasis sea ‘Sin contaminación por plásticos’, debemos preguntarnos: ¿Es posible que tantos habitantes convivan en la Tierra sin agotar sus recursos ni poner en peligro el desarrollo de las generaciones futuras?, según los estudiosos en el tema, sí es posible, pero tenemos que cambiar nuestro modo de vida, de lo contrario estaremos comprometiendo la supervivencia de la flora y la fauna del planeta y, por lo tanto, la nuestra propia.

El medio ambiente tiene la facultad para darnos todo lo que necesitamos para nuestra vida, pero también puede alterarla cuando menos los esperamos, como ocurrió con el pueblo guatemalteco que atraviesa una de las peores tragedias de su historia por cuenta del poder devastador de la naturaleza.

Editorial
5 junio, 2018

El poder devastador de la naturaleza

Nuestra solidaridad con Guatemala, el dolor de ese país hoy traspasa fronteras luego de que lo menos 62 personas murieron, 46 más resultaron heridas y 1,7 millones afectadas el pasado domingo, tras la erupción del Volcán de Fuego. Según informó la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres de Guatemala, la comunidad de El Rodeo fue […]


Nuestra solidaridad con Guatemala, el dolor de ese país hoy traspasa fronteras luego de que lo menos 62 personas murieron, 46 más resultaron heridas y 1,7 millones afectadas el pasado domingo, tras la erupción del Volcán de Fuego. Según informó la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres de Guatemala, la comunidad de El Rodeo fue una de las más perjudicadas por la erupción, ya que terminó enterrada por la lava y las cenizas.

Esa catástrofe natural ocurrió en vísperas del Día Mundial del Medio Ambiente, que se conmemora hoy, como si se tratara de un llamado de atención de la naturaleza, que cuando sorprende con su poderío recuerda lo insignificante que somos los humanos ante ella.

En Colombia tenemos el riesgo de una catástrofe de similares o de mayores consecuencias en el proyecto hidroeléctrico Ituango, sobre el río Cauca, donde desde hace más de un mes Empresas Públicas de Medellín, EPM, y autoridades tratan de evitar el colapso de la represa que, como si se tratara de un tsunami, podría arrasar con las poblaciones ribereñas en Antioquia.

A diferencia de la situación en Guatemala, en el río Cauca la amenaza fue construida directamente por la mano del hombre y desde que comenzó la alerta por un posible colapso de la estructura se han podido tomar las medidas de precaución para mitigar los impactos de la emergencia.

“El problema no se resuelve en un día, es un problema de una magnitud importante que además ha evolucionado, está el tema de la geología, el tema climatológico, es complejo lidiar con la naturaleza, por eso la respuesta no está tan rápida como quisiéramos”, reconoció Luis Fernando Restrepo, gerente de Infraestructura y Minería Integral de EPM.

Las declaraciones del funcionario confirman que la naturaleza es más poderosa que el hombre, aunque este tenga la facultad de alterarla. Por eso hay que respetar y preservar el medio ambiente, aprovechar los recursos naturales de manera responsable y ser conscientes de las consecuencias de las intervenciones que realizamos en los ecosistemas; toda acción tiene una reacción.

En el Día Mundial del Medio Ambiente, aunque el énfasis sea ‘Sin contaminación por plásticos’, debemos preguntarnos: ¿Es posible que tantos habitantes convivan en la Tierra sin agotar sus recursos ni poner en peligro el desarrollo de las generaciones futuras?, según los estudiosos en el tema, sí es posible, pero tenemos que cambiar nuestro modo de vida, de lo contrario estaremos comprometiendo la supervivencia de la flora y la fauna del planeta y, por lo tanto, la nuestra propia.

El medio ambiente tiene la facultad para darnos todo lo que necesitamos para nuestra vida, pero también puede alterarla cuando menos los esperamos, como ocurrió con el pueblo guatemalteco que atraviesa una de las peores tragedias de su historia por cuenta del poder devastador de la naturaleza.