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Columnista - 23 marzo, 2017

El pastor del odio

El periodista denunció con gallardía que el pastor del odio recibe un sueldo de $30 millones, que vive en una casa suntuosa a costilla de los pobres feligreses de la Iglesia Cristiana Ríos de Vida y que su prédica embaucadora hace honor a la ofrenda, fundamentándose en una endemoniada descontextualización de los libros de la […]

El periodista denunció con gallardía que el pastor del odio recibe un sueldo de $30 millones, que vive en una casa suntuosa a costilla de los pobres feligreses de la Iglesia Cristiana Ríos de Vida y que su prédica embaucadora hace honor a la ofrenda, fundamentándose en una endemoniada descontextualización de los libros de la Biblia.

Además, manifestó que la esposa del falso profeta tiene un salario de $17 millones, que la empresa religiosa cuenta con una nómina de $ 200 millones y que recoge $1.250 millones mensuales entre las fieles ovejas, según el testimonio de algunos exlíderes.

Irrumpido de cinismo y vulgaridad, el pastor le contestó al periodista durante una prédica que realizó en su iglesia: “…bien te mereces un par de garnatá míos… Y yo tengo unos manes tablúos aquí…Te mando a Nigeria… este te acaba… Dale gracias a Dios que soy nacido nuevo… porque hace rato estuvieras en la Ciénaga de la Virgen, metido ahí”. En medio de alabanzas y risas de los feligreses, también se refirió de forma insultante a la palabra “roscograma” que utiliza el periodista en su informe: “Entonces vienen los maricas y me hacen una campaña aquí… porque son maricas… El roscograma. Roscón en cachaco es marica”.
Claro, el periodista es Lucio Torres, quien también es defensor y docente de Derechos Humanos. Un cartagenero valiente que decidió defender a las personas, a Dios y a la Biblia de las tergiversaciones religiosas y del chantaje económico. El pastor es Miguel Arrázola, el líder de la Iglesia Ríos de Vida de Cartagena, famoso por promover el No en el plebiscito y hacer política con el distinguido, el verdadero santo: Alejandro Ordoñez. Lucio y Arrázola personifican el enfrentamiento histórico entre el desengaño y el uso de Dios como un instrumento político y financiero.
Ante las revelaciones categóricas de Lucio, Arrázola no mostró prudencia ni comprensión ni capacidad de perdón como instruyó Jesucristo con su actuar, sino que sacó el demonio que tiene por dentro, disparando arrogancia, furia. Asesinó la palabra de Dios con su sed de venganza y sus vulgaridades. Dio un discurso lleno de amenazas que pervirtió la bondad de los feligreses, que los endiabló. Como no podía contradecir a Lucio con argumentos, insinuó que era un marica y que quería verlo ahogado en la Ciénaga de la Virgen. Arrázola desacredita al evangelio, es un mal ejemplo para la sociedad, sobre todo para los niños, quienes necesitan crecer respirando amor.
La discusión es un contrapunteo de pensamientos que permite aproximarse a la verdad. Lucio hizo una investigación, valoró las pruebas recaudadas y expuso su postura, mientras que Arrázola solamente vomitó su ardimiento interno, trató de justificar su accionar de la misma forma como saca el dinero de los bolsillos de los feligreses: con la vaselina de la neuropsicología teológica (el apunte es de Torres). Arrázola, estás degenerando la imagen de Jesucristo, has convertido el legado del hijo de Dios en una empresa familiar.
En la Costa Caribe y en algunas otras partes de Colombia se usa la palabra marica para referirse a los homosexuales de forma despectiva o para decirle a una persona que es idiota, tonta. Arrázola, pastor de la represalia y de la mezquindad, aunque te fascina hablar de tipos tablúos y te vanaglorias de tener un escolta que se llama Nigeria, no cometeré la insolencia de discutir sobre tu orientación sexual, eso es un asunto solo tuyo, ni siquiera es un asunto del Supremo. Sin embargo, la manera descarada como te enriqueces y evades las denuncias que hizo Lucio, me lleva a pensar con certeza que tú eres un gran avispado, mejor dicho, que no eres ningún marica. Arrázola, Dios no es un negocio, Dios es respeto, honestidad.

Columnista
23 marzo, 2017

El pastor del odio

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Carlos Cesar Silva

El periodista denunció con gallardía que el pastor del odio recibe un sueldo de $30 millones, que vive en una casa suntuosa a costilla de los pobres feligreses de la Iglesia Cristiana Ríos de Vida y que su prédica embaucadora hace honor a la ofrenda, fundamentándose en una endemoniada descontextualización de los libros de la […]


El periodista denunció con gallardía que el pastor del odio recibe un sueldo de $30 millones, que vive en una casa suntuosa a costilla de los pobres feligreses de la Iglesia Cristiana Ríos de Vida y que su prédica embaucadora hace honor a la ofrenda, fundamentándose en una endemoniada descontextualización de los libros de la Biblia.

Además, manifestó que la esposa del falso profeta tiene un salario de $17 millones, que la empresa religiosa cuenta con una nómina de $ 200 millones y que recoge $1.250 millones mensuales entre las fieles ovejas, según el testimonio de algunos exlíderes.

Irrumpido de cinismo y vulgaridad, el pastor le contestó al periodista durante una prédica que realizó en su iglesia: “…bien te mereces un par de garnatá míos… Y yo tengo unos manes tablúos aquí…Te mando a Nigeria… este te acaba… Dale gracias a Dios que soy nacido nuevo… porque hace rato estuvieras en la Ciénaga de la Virgen, metido ahí”. En medio de alabanzas y risas de los feligreses, también se refirió de forma insultante a la palabra “roscograma” que utiliza el periodista en su informe: “Entonces vienen los maricas y me hacen una campaña aquí… porque son maricas… El roscograma. Roscón en cachaco es marica”.
Claro, el periodista es Lucio Torres, quien también es defensor y docente de Derechos Humanos. Un cartagenero valiente que decidió defender a las personas, a Dios y a la Biblia de las tergiversaciones religiosas y del chantaje económico. El pastor es Miguel Arrázola, el líder de la Iglesia Ríos de Vida de Cartagena, famoso por promover el No en el plebiscito y hacer política con el distinguido, el verdadero santo: Alejandro Ordoñez. Lucio y Arrázola personifican el enfrentamiento histórico entre el desengaño y el uso de Dios como un instrumento político y financiero.
Ante las revelaciones categóricas de Lucio, Arrázola no mostró prudencia ni comprensión ni capacidad de perdón como instruyó Jesucristo con su actuar, sino que sacó el demonio que tiene por dentro, disparando arrogancia, furia. Asesinó la palabra de Dios con su sed de venganza y sus vulgaridades. Dio un discurso lleno de amenazas que pervirtió la bondad de los feligreses, que los endiabló. Como no podía contradecir a Lucio con argumentos, insinuó que era un marica y que quería verlo ahogado en la Ciénaga de la Virgen. Arrázola desacredita al evangelio, es un mal ejemplo para la sociedad, sobre todo para los niños, quienes necesitan crecer respirando amor.
La discusión es un contrapunteo de pensamientos que permite aproximarse a la verdad. Lucio hizo una investigación, valoró las pruebas recaudadas y expuso su postura, mientras que Arrázola solamente vomitó su ardimiento interno, trató de justificar su accionar de la misma forma como saca el dinero de los bolsillos de los feligreses: con la vaselina de la neuropsicología teológica (el apunte es de Torres). Arrázola, estás degenerando la imagen de Jesucristo, has convertido el legado del hijo de Dios en una empresa familiar.
En la Costa Caribe y en algunas otras partes de Colombia se usa la palabra marica para referirse a los homosexuales de forma despectiva o para decirle a una persona que es idiota, tonta. Arrázola, pastor de la represalia y de la mezquindad, aunque te fascina hablar de tipos tablúos y te vanaglorias de tener un escolta que se llama Nigeria, no cometeré la insolencia de discutir sobre tu orientación sexual, eso es un asunto solo tuyo, ni siquiera es un asunto del Supremo. Sin embargo, la manera descarada como te enriqueces y evades las denuncias que hizo Lucio, me lleva a pensar con certeza que tú eres un gran avispado, mejor dicho, que no eres ningún marica. Arrázola, Dios no es un negocio, Dios es respeto, honestidad.