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Editorial - 3 septiembre, 2011

El nuevo Mindefensa, la región Caribe y el Cesar

El cambio en el Ministerio de Defensa, del que salió el abogado risaraldense, Rodrigo Rivera Salazar, y al que acaba de entrar el joven economista Juan Carlos Pinzón, es el primero que hace el Presidente Juan Manuel Santos Calderón, a su gabinete inicial. A pesar de ser un hombre inteligente y bien intencionado, los resultados […]

El cambio en el Ministerio de Defensa, del que salió el abogado risaraldense, Rodrigo Rivera Salazar, y al que acaba de entrar el joven economista Juan Carlos Pinzón, es el primero que hace el Presidente Juan Manuel Santos Calderón, a su gabinete inicial.
A pesar de ser un hombre inteligente y bien intencionado, los resultados muestran que no le fue muy bien al ministro saliente. Hay que abonarle la baja del “Mono Jojoy”, y otros golpes puntuales a la subversión, pero el balance neto no es positivo.
No obstante, la evaluación de la cartera de defensa, sin lugar a dudas, no se puede hacer a la ligera sino de una manera integral, mirando todo el país, y teniendo en cuenta los viejos y complejos problemas que afronta el país en este sector, como son el conflicto armado y el narcotráfico, que sigue vivito y coleando, en una muestra que la estrategia represiva de la oferta no es suficiente y ya es hora de revisarla; entre otros temas.
En el caso de la Región Caribe, debemos señalar que es negativo el balance del Ministro Rivera. Nuestra región muestra indicadores alarmantes en materia de seguridad, con problemas como el accionar de las bandas criminales, las extorsiones, los homicidios y secuestros selectivos de ganaderos y otros empresarios, como le informaron recientemente al ex Ministro Rivera, los directivos del gremio cúpula del sector ganadero.
En el Cesar, la situación es preocupante. En nuestro departamento operan varias bandas criminales, tenemos la Sierra Nevada de Santa Marta y la Serranía del Perijá, cuya geografía facilita el accionar de los grupos al margen de la ley. Además, está el tema del contrabando de gasolina, que está mezclado con el narcotráfico y el lavado de activos, y el tema de la delincuencia común que afecta a las principales ciudades del departamento.
Debemos lamentar que el Ministro Rivera nunca vino a Valledupar, a conocer de primera mano nuestros problemas en esta materia y – además- nos dejó plantados con un consejo de seguridad, que estaba previsto para el mes de marzo.
En ese orden de ideas, son grandes los retos que tiene el nuevo y joven Ministro, insistimos en un país tan complejo como el nuestro en materia de seguridad: está el tema de la guerrilla, que sigue viva, aunque ahora con menor poder de perturbación; está el tema del narcotráfico, aunque es un asunto más de la Policía Nacional que del Ejército, y el tema de las bandas criminales, entre otros.
Para asumir la cartera de la defensa no basta con ser hijo de militares y haber crecido entre ellos;  no señor. Se necesitan muchas otras cosas y la principal es planear y proyectar una nueva estrategia en materia de seguridad, sin tener que incrementar los altos costos que el sector defensa le representa hoy al país.  Sin duda, es un gran activo haber sido Viceministro de Defensa, además del propio Presidente de la República, y contar con la confianza del primer mandatario.
Pinzón tendrá que replantear la estrategia de seguridad del actual gobierno, que requiere una revisión a la luz de los nuevos actores de la violencia. Hay que tener en cuenta el tema de los reinsertados de los grupos paramilitares, la acción de las bandas criminales y el tema de inteligencia militar, entre otros aspectos.
Pero la estrategia de seguridad del Estado, tiene que ir acompañada de una mayor presencia del mismo en el sector rural, principalmente en las regiones apartadas. La política de seguridad no se puede basar sólo en el componente represivo, sino que el Ejército y todas las Fuerzas Militares requieren apoyo de otras instancias del Estado, principalmente las relacionadas con el apoyo al sector agropecuario, la salud y la educación, entre otras.
En el caso de la Región Caribe, esperamos que el nuevo Ministro le preste una atención especial, teniendo en cuenta nuestra compleja realidad socio-económica. No sólo con un aumento en el pie de fuerza y en las labores de inteligencia, sino, reiteramos, una mayor acción social de apoyo a las tareas del Ejército.
Y en particular, en el departamento del Cesar, en nombre de toda la ciudadanía cesarense, requerimos  un trato distinto de parte del nuevo ministro; que pronto visite a Valledupar y a otras poblaciones de nuestro departamento y conozca de primera mano nuestra situación de seguridad y nos ayude, en coordinación con los gobiernos seccionales a mejorar ese frente tan importante y que tanto afecta la vida ciudadana y el desarrollo de la economía y los negocios.

Editorial
3 septiembre, 2011

El nuevo Mindefensa, la región Caribe y el Cesar

El cambio en el Ministerio de Defensa, del que salió el abogado risaraldense, Rodrigo Rivera Salazar, y al que acaba de entrar el joven economista Juan Carlos Pinzón, es el primero que hace el Presidente Juan Manuel Santos Calderón, a su gabinete inicial. A pesar de ser un hombre inteligente y bien intencionado, los resultados […]


El cambio en el Ministerio de Defensa, del que salió el abogado risaraldense, Rodrigo Rivera Salazar, y al que acaba de entrar el joven economista Juan Carlos Pinzón, es el primero que hace el Presidente Juan Manuel Santos Calderón, a su gabinete inicial.
A pesar de ser un hombre inteligente y bien intencionado, los resultados muestran que no le fue muy bien al ministro saliente. Hay que abonarle la baja del “Mono Jojoy”, y otros golpes puntuales a la subversión, pero el balance neto no es positivo.
No obstante, la evaluación de la cartera de defensa, sin lugar a dudas, no se puede hacer a la ligera sino de una manera integral, mirando todo el país, y teniendo en cuenta los viejos y complejos problemas que afronta el país en este sector, como son el conflicto armado y el narcotráfico, que sigue vivito y coleando, en una muestra que la estrategia represiva de la oferta no es suficiente y ya es hora de revisarla; entre otros temas.
En el caso de la Región Caribe, debemos señalar que es negativo el balance del Ministro Rivera. Nuestra región muestra indicadores alarmantes en materia de seguridad, con problemas como el accionar de las bandas criminales, las extorsiones, los homicidios y secuestros selectivos de ganaderos y otros empresarios, como le informaron recientemente al ex Ministro Rivera, los directivos del gremio cúpula del sector ganadero.
En el Cesar, la situación es preocupante. En nuestro departamento operan varias bandas criminales, tenemos la Sierra Nevada de Santa Marta y la Serranía del Perijá, cuya geografía facilita el accionar de los grupos al margen de la ley. Además, está el tema del contrabando de gasolina, que está mezclado con el narcotráfico y el lavado de activos, y el tema de la delincuencia común que afecta a las principales ciudades del departamento.
Debemos lamentar que el Ministro Rivera nunca vino a Valledupar, a conocer de primera mano nuestros problemas en esta materia y – además- nos dejó plantados con un consejo de seguridad, que estaba previsto para el mes de marzo.
En ese orden de ideas, son grandes los retos que tiene el nuevo y joven Ministro, insistimos en un país tan complejo como el nuestro en materia de seguridad: está el tema de la guerrilla, que sigue viva, aunque ahora con menor poder de perturbación; está el tema del narcotráfico, aunque es un asunto más de la Policía Nacional que del Ejército, y el tema de las bandas criminales, entre otros.
Para asumir la cartera de la defensa no basta con ser hijo de militares y haber crecido entre ellos;  no señor. Se necesitan muchas otras cosas y la principal es planear y proyectar una nueva estrategia en materia de seguridad, sin tener que incrementar los altos costos que el sector defensa le representa hoy al país.  Sin duda, es un gran activo haber sido Viceministro de Defensa, además del propio Presidente de la República, y contar con la confianza del primer mandatario.
Pinzón tendrá que replantear la estrategia de seguridad del actual gobierno, que requiere una revisión a la luz de los nuevos actores de la violencia. Hay que tener en cuenta el tema de los reinsertados de los grupos paramilitares, la acción de las bandas criminales y el tema de inteligencia militar, entre otros aspectos.
Pero la estrategia de seguridad del Estado, tiene que ir acompañada de una mayor presencia del mismo en el sector rural, principalmente en las regiones apartadas. La política de seguridad no se puede basar sólo en el componente represivo, sino que el Ejército y todas las Fuerzas Militares requieren apoyo de otras instancias del Estado, principalmente las relacionadas con el apoyo al sector agropecuario, la salud y la educación, entre otras.
En el caso de la Región Caribe, esperamos que el nuevo Ministro le preste una atención especial, teniendo en cuenta nuestra compleja realidad socio-económica. No sólo con un aumento en el pie de fuerza y en las labores de inteligencia, sino, reiteramos, una mayor acción social de apoyo a las tareas del Ejército.
Y en particular, en el departamento del Cesar, en nombre de toda la ciudadanía cesarense, requerimos  un trato distinto de parte del nuevo ministro; que pronto visite a Valledupar y a otras poblaciones de nuestro departamento y conozca de primera mano nuestra situación de seguridad y nos ayude, en coordinación con los gobiernos seccionales a mejorar ese frente tan importante y que tanto afecta la vida ciudadana y el desarrollo de la economía y los negocios.