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Judicial - 22 mayo, 2015

El hombre que distribuía fotos pornográficas de niños indígenas

Walter Enrique Arias Ariza, de 44 años, se aprovechó de su liderazgo dentro de la comunidad Kankuamo, ubicada en Atánquez (Cesar). EL PILÓN reproduce la historia publicada por el portal Semana.com

El caso de Walter Enrique Arias fue informado por el gobierno de Estados Unidos que detectó con sus poderosos equipos las fotos pornográficas que circulaban por la red.
El caso de Walter Enrique Arias fue informado por el gobierno de Estados Unidos que detectó con sus poderosos equipos las fotos pornográficas que circulaban por la red.

Ella tenía seis años, estaba jugando con una de sus amigas de la comunidad indígena Kankuamo de Atánquez (Cesar), cuando llegó un amigo de su padre, la agarró del brazo con fuerza y la llevó al centro de cómputo de la zona para fotografiarla desnuda.

La pequeña no sabía qué hacer. El hombre, llamado Walter Enrique Arias Ariza, la amenazó con alejarla de sus padres si no hacía lo que él le pedía.
La menor no tuvo otra opción. Era su palabra contra la de un hombre al que la comunidad Kankuama respetaba, pues no sólo administraba el Compartel del corregimiento, sino que además estaba a cargo de la emisora Tayrona Estéreo.
Su liderazgo y su capacidad para gestionar proyectos eran evidentes. Tal vez por eso, la pequeña nunca denunció lo que este hombre hizo con ella.

Pasaron tres años y nadie sabía nada. Walter se encargó de distribuir en la red pornografía infantil que llegaba al resto del mundo, no sólo de esta menor de seis años, sino de otros niños que aún no se han identificado. La Policía encontró más de 70 fotos de menores difundidas por él en la red.
En enero del 2014 el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos entregó un reporte a la Dirección de Protección y Servicios Especiales (Dipro) de la Policía Nacional, en la que advertía que un ciudadano colombiano se dedicaba al tráfico de pornografía infantil.

Desde ese momento la investigación empezó. Dos policías viajaron hasta Atánquez y se dieron cuenta que nadie sabía nada sobre las acciones de Walter y menos sobre lo ocurrido con la menor, quien ya tiene nueve años.
Según lo conversado con investigadores de la Dipro, Walter se aprovechó no sólo del respeto que le guardaban como líder indígena, sino también de la amistad con el padre de la pequeña.
El hombre “permanentemente visitaba comunidades indígenas y vulnerables, en las que tuvo contacto con infantes. Las unidades mediante labores de inteligencia hacen un barrido con el fin de conocer nuevas denuncias y eventuales menores de edad afectados”, dice un informe sobre el caso.
Este 13 de mayo, después de 16 meses de investigación, lograron la captura de Walter. En ese momento supieron que es comunicador social de profesión y que trabajaba además como camarógrafo en el programa Colombia Nativa de Canal Capital.

Él es uno de los 1.352 detenidos en el 2015 por los delitos de pornografía infantil con persona menor de 18 años, actos sexuales con menores de 14 años, proxenetismo y otros delitos sexuales que vulneran a los niños del país.
Aún no hay certeza de que Walter haya sacado provecho económico de las fotos, pues muchas veces lo único que quieren los pedófilos que distribuyen las aberrantes imágenes es recibir a cambio fotos de niños de otras partes del mundo. Este hombre podría recibir una condena de 10 a 20 años de cárcel.

Tristemente este año los hechos que atentan contra los niños se han vuelto muy recurrentes. En abril, SEMANA denunció que en los primeros dos meses de este año la Policía arrestó a 37 delincuentes vinculados con casos de abusos sexuales a menores en todo el país y la Fiscalía General expidió en abril más de 1.500 órdenes de captura tras encontrar 11.729 denuncias de violencia contra la niñez, de las cuales el 80 % de los casos correspondía a delitos sexuales.
“Con esta captura, se envía un mensaje a pedófilos, tanto del país como del extranjero, que intentan utilizar a niños, niñas y adolescentes para satisfacer sus deseos sexuales, insistiendo que el Estado, a través de la Policía Nacional, y las embajadas en nuestro país, actúan cotidianamente ante estos casos”, dijo un miembro de la Dipro.

Judicial
22 mayo, 2015

El hombre que distribuía fotos pornográficas de niños indígenas

Walter Enrique Arias Ariza, de 44 años, se aprovechó de su liderazgo dentro de la comunidad Kankuamo, ubicada en Atánquez (Cesar). EL PILÓN reproduce la historia publicada por el portal Semana.com


El caso de Walter Enrique Arias fue informado por el gobierno de Estados Unidos que detectó con sus poderosos equipos las fotos pornográficas que circulaban por la red.
El caso de Walter Enrique Arias fue informado por el gobierno de Estados Unidos que detectó con sus poderosos equipos las fotos pornográficas que circulaban por la red.

Ella tenía seis años, estaba jugando con una de sus amigas de la comunidad indígena Kankuamo de Atánquez (Cesar), cuando llegó un amigo de su padre, la agarró del brazo con fuerza y la llevó al centro de cómputo de la zona para fotografiarla desnuda.

La pequeña no sabía qué hacer. El hombre, llamado Walter Enrique Arias Ariza, la amenazó con alejarla de sus padres si no hacía lo que él le pedía.
La menor no tuvo otra opción. Era su palabra contra la de un hombre al que la comunidad Kankuama respetaba, pues no sólo administraba el Compartel del corregimiento, sino que además estaba a cargo de la emisora Tayrona Estéreo.
Su liderazgo y su capacidad para gestionar proyectos eran evidentes. Tal vez por eso, la pequeña nunca denunció lo que este hombre hizo con ella.

Pasaron tres años y nadie sabía nada. Walter se encargó de distribuir en la red pornografía infantil que llegaba al resto del mundo, no sólo de esta menor de seis años, sino de otros niños que aún no se han identificado. La Policía encontró más de 70 fotos de menores difundidas por él en la red.
En enero del 2014 el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos entregó un reporte a la Dirección de Protección y Servicios Especiales (Dipro) de la Policía Nacional, en la que advertía que un ciudadano colombiano se dedicaba al tráfico de pornografía infantil.

Desde ese momento la investigación empezó. Dos policías viajaron hasta Atánquez y se dieron cuenta que nadie sabía nada sobre las acciones de Walter y menos sobre lo ocurrido con la menor, quien ya tiene nueve años.
Según lo conversado con investigadores de la Dipro, Walter se aprovechó no sólo del respeto que le guardaban como líder indígena, sino también de la amistad con el padre de la pequeña.
El hombre “permanentemente visitaba comunidades indígenas y vulnerables, en las que tuvo contacto con infantes. Las unidades mediante labores de inteligencia hacen un barrido con el fin de conocer nuevas denuncias y eventuales menores de edad afectados”, dice un informe sobre el caso.
Este 13 de mayo, después de 16 meses de investigación, lograron la captura de Walter. En ese momento supieron que es comunicador social de profesión y que trabajaba además como camarógrafo en el programa Colombia Nativa de Canal Capital.

Él es uno de los 1.352 detenidos en el 2015 por los delitos de pornografía infantil con persona menor de 18 años, actos sexuales con menores de 14 años, proxenetismo y otros delitos sexuales que vulneran a los niños del país.
Aún no hay certeza de que Walter haya sacado provecho económico de las fotos, pues muchas veces lo único que quieren los pedófilos que distribuyen las aberrantes imágenes es recibir a cambio fotos de niños de otras partes del mundo. Este hombre podría recibir una condena de 10 a 20 años de cárcel.

Tristemente este año los hechos que atentan contra los niños se han vuelto muy recurrentes. En abril, SEMANA denunció que en los primeros dos meses de este año la Policía arrestó a 37 delincuentes vinculados con casos de abusos sexuales a menores en todo el país y la Fiscalía General expidió en abril más de 1.500 órdenes de captura tras encontrar 11.729 denuncias de violencia contra la niñez, de las cuales el 80 % de los casos correspondía a delitos sexuales.
“Con esta captura, se envía un mensaje a pedófilos, tanto del país como del extranjero, que intentan utilizar a niños, niñas y adolescentes para satisfacer sus deseos sexuales, insistiendo que el Estado, a través de la Policía Nacional, y las embajadas en nuestro país, actúan cotidianamente ante estos casos”, dijo un miembro de la Dipro.