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Columnista - 31 julio, 2015

El Grammy vallenato no debe morir

Hay quienes aseguran que cualquier parecido entre la Academia Latina de Artes y Ciencias de la Grabación por sus siglas en ingles LARAS- y la Federación Internacional de Futbol Asociado –FIFA- es mera coincidencia, pero ambas constituyen un negocio muy lucrativo para quienes las dirigen casi de manera vitalicia. No obstante lo anterior, ello no […]

Hay quienes aseguran que cualquier parecido entre la Academia Latina de Artes y Ciencias de la Grabación por sus siglas en ingles LARAS- y la Federación Internacional de Futbol Asociado –FIFA- es mera coincidencia, pero ambas constituyen un negocio muy lucrativo para quienes las dirigen casi de manera vitalicia. No obstante lo anterior, ello no puede ser óbice para que nuestra música colombiana y en especial la de la región Caribe, que durante la vida republicana nos ha representado internacionalmente, se quede por fuera de la muestra de diversidad cultural de América latina, que es lo que muy en el fondo busca el Grammy Latino.

Para nadie es un secreto que no fue un buen grupo de artistas del Caribe los que lucharon a brazo partido, ni mucho menos la unidad de los artistas vallenatos, que con gran sacrificio lograron que la academia incluyera la cumbia y el vallenato como área o categoría a premiar, sino que por el contrario al parecer esto se logró gracias al tesón y persistencia del compositor y periodista Félix Carrillo Hinojosa, que casi en solitario le insistió durante varios años a la academia para que incluyera nuestro género y sin duda alguna también por la fuerza con la que nuestra música se abre paso día a día en el mundo.

Independientemente de quien o quienes lograron que el vallenato fuese reconocido en los premios Grammys Latinos, lo que no se puede desconocer es que el solo hecho de mencionar en el contexto cultural latinoamericano a un género musical del Caribe que nació entre campesinos del Magdalena Grande de nuestro país y que aún no ha cumplido un siglo de vida, ya es un logro de grandes dimensiones que no podemos deslegitimar y correr el riesgo de retroceder.

Tengo la impresión que es la misma academia LARAS quien ha lanzado una especie de amenaza o ultimátum a nuestros artistas para que nos apropiemos de esa conquista y luchemos por sostenerla, sin embargo me preocupa que no estemos lo suficientemente cohesionados como para hacer equipo y cumplir con las exigencias de la academia, que no son sino dos, la primera consistente en un número mayor de afiliados a lo que se denomina también, mayor membresía y la segunda más entusiasmo para inscribir y postular trabajos musicales a los premios; la segunda es consecuencia de la primera, luego entonces necesitamos es hacernos parte de la academia obteniendo la respectiva membresía y dejando de lado las envidias y rencillas parroquiales, en busca del beneficio global que representa el Grammy Latino para la música vallenata.
[email protected]

Columnista
31 julio, 2015

El Grammy vallenato no debe morir

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jorge Nain

Hay quienes aseguran que cualquier parecido entre la Academia Latina de Artes y Ciencias de la Grabación por sus siglas en ingles LARAS- y la Federación Internacional de Futbol Asociado –FIFA- es mera coincidencia, pero ambas constituyen un negocio muy lucrativo para quienes las dirigen casi de manera vitalicia. No obstante lo anterior, ello no […]


Hay quienes aseguran que cualquier parecido entre la Academia Latina de Artes y Ciencias de la Grabación por sus siglas en ingles LARAS- y la Federación Internacional de Futbol Asociado –FIFA- es mera coincidencia, pero ambas constituyen un negocio muy lucrativo para quienes las dirigen casi de manera vitalicia. No obstante lo anterior, ello no puede ser óbice para que nuestra música colombiana y en especial la de la región Caribe, que durante la vida republicana nos ha representado internacionalmente, se quede por fuera de la muestra de diversidad cultural de América latina, que es lo que muy en el fondo busca el Grammy Latino.

Para nadie es un secreto que no fue un buen grupo de artistas del Caribe los que lucharon a brazo partido, ni mucho menos la unidad de los artistas vallenatos, que con gran sacrificio lograron que la academia incluyera la cumbia y el vallenato como área o categoría a premiar, sino que por el contrario al parecer esto se logró gracias al tesón y persistencia del compositor y periodista Félix Carrillo Hinojosa, que casi en solitario le insistió durante varios años a la academia para que incluyera nuestro género y sin duda alguna también por la fuerza con la que nuestra música se abre paso día a día en el mundo.

Independientemente de quien o quienes lograron que el vallenato fuese reconocido en los premios Grammys Latinos, lo que no se puede desconocer es que el solo hecho de mencionar en el contexto cultural latinoamericano a un género musical del Caribe que nació entre campesinos del Magdalena Grande de nuestro país y que aún no ha cumplido un siglo de vida, ya es un logro de grandes dimensiones que no podemos deslegitimar y correr el riesgo de retroceder.

Tengo la impresión que es la misma academia LARAS quien ha lanzado una especie de amenaza o ultimátum a nuestros artistas para que nos apropiemos de esa conquista y luchemos por sostenerla, sin embargo me preocupa que no estemos lo suficientemente cohesionados como para hacer equipo y cumplir con las exigencias de la academia, que no son sino dos, la primera consistente en un número mayor de afiliados a lo que se denomina también, mayor membresía y la segunda más entusiasmo para inscribir y postular trabajos musicales a los premios; la segunda es consecuencia de la primera, luego entonces necesitamos es hacernos parte de la academia obteniendo la respectiva membresía y dejando de lado las envidias y rencillas parroquiales, en busca del beneficio global que representa el Grammy Latino para la música vallenata.
[email protected]