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General - 29 septiembre, 2016

El custodio del viejo Valledupar

Con esta publicación el diario EL PILÓN finaliza su especial del Mes del Patrimonio. Hoy les presentamos a la Academia de Historia del Cesar, donde hay un archivo que alberga tesoros invaluables de la historia de la región.

Archivos notariales, memorias de la historia de Valledupar, libros en los que se encuentran registradas compras y ventas de esclavos, escrituras de casas y todo tipo de negocios realizados entre los años 1727 hasta 1980, son algunas de las reliquias que se encuentran en la Academia de Historia del Cesar. Joaquín Ramírez/EL PILÓN
Archivos notariales, memorias de la historia de Valledupar, libros en los que se encuentran registradas compras y ventas de esclavos, escrituras de casas y todo tipo de negocios realizados entre los años 1727 hasta 1980, son algunas de las reliquias que se encuentran en la Academia de Historia del Cesar. Joaquín Ramírez/EL PILÓN

Aunque en su interior reposan libros, escrituras, fotografías, periódicos y otras reliquias que plasman la historia y evolución del departamento, en especial de su capital, la Academia de Historia del Cesar se encuentra en el olvido por parte de los gobernantes, tanto municipal como departamental.

El tiempo ha dejado secuelas. La cubierta de la casona, que hoy funciona como archivo, presenta orificios, que hacen que se moje su interior cada vez que llueve, poniendo en peligro los documentos que allí se encuentran. Algunas de sus paredes presentan grietas y caminos de comején. La mayoría de sus puertas y ventanas están resquebrajadas y las paredes evidencian poco mantenimiento.

La Academia cuenta con tres empleados: un celador que trabaja las 24 horas, una aseadora y una secretaria, a quienes les adeudan 43 meses de salario; y aunque han expuesto su malestar en reiteradas ocasiones a la Alcaldía de Valledupar, ningún funcionario se pronuncia al respecto.

Tomas Ortega, celador de la entidad, aseguró que cada vez que llueve debe mover de sitio los libros para evitar que se deterioren; y Miriam Cuello de Ortega, de servicios generales, no duerme tranquila porque debe estar al pendiente de sacar el agua que ingresa en la edificación, ubicada en la calle 15 No 7-61, en pleno Centro Histórico de la ciudad.
“La Academia es un acopio de memoria institucional de Valledupar, pero pese a eso el único que nos ayuda es el Espíritu Santo porque esta responsabilidad del departamento y municipio no la están asumiendo. No tenemos computador, ni fotocopiadora, ni otros elementos que se necesitan para que esta entidad funcione de mejor modo”, subrayó el director encargado de la Academia de Historia, Francisco Javier Valle Cuello, acotando que la institución es propiedad del municipio, que solo vela por los servicios de agua y energía.

“Nos ha apoyado más la nación que el municipio y el departamento, puesto que el Archivo General de la Nación nos ha dado auxilios; fue así como el año pasado nos dio 300 millones de pesos para proteger los libros. En el gobierno de Socarrás nos dieron 45 millones de pesos para hacer unas preliminares para obtener 300 millones de pesos del Fondo del Patrimonial Departamental, pero el municipio no jalonó los recursos y fueron devueltos”, agregó Valle Cuello.

Este año se apropiaron 200 millones de pesos del Fondo del Patrimonial Departamental, pero de esos recursos no ha llegado nada a la Academia.
“Esta casa sobrevive es por ayudas de particulares. Por ejemplo, en el Festival Vallenato el pintor Joner Romero, quien expuso en las instalaciones, pintó la fachada y parte de su interior. Nos quitaron 500 metros cuadrados para el Parqueadero Municipal Calle Grande y nos quitaron la salida del callejón”, así explicó la crítica situación del único custodio de la historia del Cesar y principalmente del viejo Valledupar.

¿Qué hay en la Academia?

*En un cuarto reposan cuatro tomos de la colonia, que datan desde 1727 hasta 1780, que están redactados por amanuenses (intelectual de la época que con pluma de ganso y tinta hacían escritos) especializados, que eran los que daban la fe pública en la época. “Estos libros estaban en Valencia de Jesús, cuando esta población era más importante que Valledupar, porque allí vivían los españoles. La violencia Chimila contra esos pueblos los obligó a venirse para Valledupar”, explicó el director encargado de la Academia de Historia del Cesar.

*Hay escrituras públicas que datan dese 1955 hasta 1963.

*La fototeca, que es una recopilación de las primeras fotos de Valledupar y de personajes que marcaron historia en la región. Es así como se exponen el primer vicario, Vicente Roig Villalba; el primer obispo, Vicente de Valencia; presidentes como Olaya Herrera, Julio César Turbay y Carlos Lleras Restrepo; los gobernadores del Magdalena: Ciro Pupo y Pedro Castro Monsalvo; así como los gobernadores del Cesar: Manuel Germán Cuello y Pepe Castro; y alcaldes de Valledupar como: Aníbal Martínez Zuleta y Manuel Trinidad. También están imágenes de María Concepción Loperena, los primeros médicos de la ciudad, la primera llegada de un avión comercial, abogados reconocidos, entre otras reliquias.

*La hemeroteca ‘Lolita Acosta’, donde están los primeros periódicos de la ciudad: Antorcha Provinciana, dirigido por Calixto Mejía, que tuvo lugar del año 1952 a 1953; El Diario Vallenato, coordinado por Lolita Acosta, que circuló en los años 90; y Antena del Cesar, dirigido por Manuel Sabas y creado en 1970. Asimismo están todas las revistas que se han hecho en el departamento.

*El Museo Antropológico, que es una muestra de las obras hechas por los indígenas del Cesar. Hay narigueras, pectorales, collares y fosas mortuorias. “Este material estaba en la Escuela de Bellas Artes, que al terminarse por orden de un gobernador, pasó a la Academia a través de una ordenanza”, explicó Valle Cuello.

*La Pinacoteca Jaime Molina, que es una muestra de pinturas. Hay obras pictóricas y caricaturas de Jaime Molina, que están en la actualidad en el Archivo General de la Nación, que las están reparando; obras de Arturo Castro, Álvaro Martínez, Javier Osorio, German Piedrahita, Efraín ‘El Mono’ Quintero, Kajuma y Chicho Ruíz.

*Biblioteca, donde hay libros que se han hecho por miembros de la Academia, literatura bolivariana, santandareana, de primaria, de bachillerato y de universidades.

*Hay una página de Internet (personajes históricos del Valle de Upar), manejada por César Emilio Sánchez, con personajes que han tenido importancia en la constitución de Valledupar como ciudad.

*Hay un plano de Valledupar de 1932, donde solo aparecen dos barrios Cañahuate y El Cerezo y los regalos que les hizo el presidente Alfonso López Pumarejo en la posteridad como: el colegio industrial, el colegio nacional Loperena, el matadero y el Mercado Público.

“En esa época se dieron las invasiones: El Carmelito, lo que hoy es conocido como el barrio El Carmen; La Granja, que fue la segunda invasión de la ciudad; Las Tablitas, que llegó con la bonanza algodonera, donde se apropiaron de casi 230 hectáreas, donde aparecieron barrios como El Primero de Mayo, San Martín, 12 de Octubre y barrios aledaños, que pusieron a transformar a Valledupar de un pueblo a una ciudad, donde se pasó de 20 mil a casi 100 mil habitantes”, aseguró el encargado de la Academia de Historia del Cesar.

Su génesis

Según cuenta Francisco Javier Valle Cuello, la Academia nació por el interés de un grupo de personas (Pedro Castro, Juan de los Reyes, César Mendoza, Álvaro Castro, Ernesto Palencia, Carlos Ortega, Rafael Villazón, Ruth Ariza, Liliana de Pompeyo, Lili Vargas, Gloria Castro, Yin Daza), que decidieron rescatar la memoria histórica de la región.
“La Academia de Historia nació como una persona jurídica de derecho privado, sin ánimo de lucro. Inicialmente se reunían en la casa del hermano de Ernesto Palencia, Manuel Palencia, quien ya falleció, a debatir los pormenores de la Academia. Él hizo los contactos con Pedro Pumarejo, quien en ese momento era secretario del Congreso de la República, y le pedimos el favor que nos consiguiera una imputación presupuestal para comprar una casa porque donde nos reuníamos no llenaba las condiciones adecuadas para el proyecto que se fijaba en mente, puesto que interrumpíamos el quehacer de la casa”, afirmó.

El municipio fue el que compró las actuales instalaciones de la Academia de Historia del Cesar, y nos mudamos. “Cuando estábamos en esta casa nos dimos cuenta que era muy grande para lo que hacíamos. Como miembro de la Academia presenté una ordenanza, mediante la cual se creaba otra persona jurídica bajo la tutela de la Academia de Historia, que es de derecho público, creciendo así la Academia de Historia, con dos personerías jurídicas: una de derecho privado y otra de derecho público, sin ánimo de lucro. Fue allí donde se creó el Archivo Histórico, la Fototeca, el Museo Antropológico, Pinacoteca, Anticuario y Biblioteca”, dijo Valle Cuello.

“El llamado es un SOS para que el gobierno municipal y departamental tengan consideración de la Academia de Historia del Cesar, teniendo en cuenta que nosotros estamos guardando la memoria institucional de Valledupar”: Francisco Javier Valle Cuello, director encargado de la Academia de Historia,

La Academia de Historia es una casa colonial: con muros en adobe, techos de teja de barro y cana boba, pero la humedad, hongos, el comején y la falta de recursos la tienen en peligro, al igual que a la historia documental del Cesar.

Los archivos más viejos de la Academia fueron enviados a Bogotá para su restauración, pero las directivas del Archivo General de la Nación temen que cuando regresen en mejores condiciones se dañen por el mal estado en que se encuentran los stands.

¿Sabía usted que…
Los gestores de la Academia de Historia del Cesar son los hermanos Palencia: Ernesto y Manuel. Anteriormente sus instalaciones sirvieron como sede de los colegios Colombo y Santa Teresita?

“Trabajaremos por la Academia”: Municipio

El coordinador de Cultura Municipal, Miguel Morales, manifestó que estamos formalizando el Comité de la Ley de Espectáculos Públicos, donde surgirán recursos para infraestructura. “La Academia de Historia necesita restaurarse urgentemente porque hay muchas falencias en la construcción. Estamos analizando qué aportes se le puede hacer a esta institución hasta que lleguemos al Ministerio de Cultura. Lo importante es que algo hay que hacer para que no se devuelva este dinero (casi 700 millones de pesos)”.

Respecto al salario de los funcionarios de la Academia de Historia del Cesar, el funcionario no se compromete con este aspecto, asegurando que él es quien dirige, más no paga, y que eso le corresponde a la Alcaldía, lo cual es respondido por el área jurídica.

Annelise Barriga Ramírez/EL PILÓN

General
29 septiembre, 2016

El custodio del viejo Valledupar

Con esta publicación el diario EL PILÓN finaliza su especial del Mes del Patrimonio. Hoy les presentamos a la Academia de Historia del Cesar, donde hay un archivo que alberga tesoros invaluables de la historia de la región.


Archivos notariales, memorias de la historia de Valledupar, libros en los que se encuentran registradas compras y ventas de esclavos, escrituras de casas y todo tipo de negocios realizados entre los años 1727 hasta 1980, son algunas de las reliquias que se encuentran en la Academia de Historia del Cesar. Joaquín Ramírez/EL PILÓN
Archivos notariales, memorias de la historia de Valledupar, libros en los que se encuentran registradas compras y ventas de esclavos, escrituras de casas y todo tipo de negocios realizados entre los años 1727 hasta 1980, son algunas de las reliquias que se encuentran en la Academia de Historia del Cesar. Joaquín Ramírez/EL PILÓN

Aunque en su interior reposan libros, escrituras, fotografías, periódicos y otras reliquias que plasman la historia y evolución del departamento, en especial de su capital, la Academia de Historia del Cesar se encuentra en el olvido por parte de los gobernantes, tanto municipal como departamental.

El tiempo ha dejado secuelas. La cubierta de la casona, que hoy funciona como archivo, presenta orificios, que hacen que se moje su interior cada vez que llueve, poniendo en peligro los documentos que allí se encuentran. Algunas de sus paredes presentan grietas y caminos de comején. La mayoría de sus puertas y ventanas están resquebrajadas y las paredes evidencian poco mantenimiento.

La Academia cuenta con tres empleados: un celador que trabaja las 24 horas, una aseadora y una secretaria, a quienes les adeudan 43 meses de salario; y aunque han expuesto su malestar en reiteradas ocasiones a la Alcaldía de Valledupar, ningún funcionario se pronuncia al respecto.

Tomas Ortega, celador de la entidad, aseguró que cada vez que llueve debe mover de sitio los libros para evitar que se deterioren; y Miriam Cuello de Ortega, de servicios generales, no duerme tranquila porque debe estar al pendiente de sacar el agua que ingresa en la edificación, ubicada en la calle 15 No 7-61, en pleno Centro Histórico de la ciudad.
“La Academia es un acopio de memoria institucional de Valledupar, pero pese a eso el único que nos ayuda es el Espíritu Santo porque esta responsabilidad del departamento y municipio no la están asumiendo. No tenemos computador, ni fotocopiadora, ni otros elementos que se necesitan para que esta entidad funcione de mejor modo”, subrayó el director encargado de la Academia de Historia, Francisco Javier Valle Cuello, acotando que la institución es propiedad del municipio, que solo vela por los servicios de agua y energía.

“Nos ha apoyado más la nación que el municipio y el departamento, puesto que el Archivo General de la Nación nos ha dado auxilios; fue así como el año pasado nos dio 300 millones de pesos para proteger los libros. En el gobierno de Socarrás nos dieron 45 millones de pesos para hacer unas preliminares para obtener 300 millones de pesos del Fondo del Patrimonial Departamental, pero el municipio no jalonó los recursos y fueron devueltos”, agregó Valle Cuello.

Este año se apropiaron 200 millones de pesos del Fondo del Patrimonial Departamental, pero de esos recursos no ha llegado nada a la Academia.
“Esta casa sobrevive es por ayudas de particulares. Por ejemplo, en el Festival Vallenato el pintor Joner Romero, quien expuso en las instalaciones, pintó la fachada y parte de su interior. Nos quitaron 500 metros cuadrados para el Parqueadero Municipal Calle Grande y nos quitaron la salida del callejón”, así explicó la crítica situación del único custodio de la historia del Cesar y principalmente del viejo Valledupar.

¿Qué hay en la Academia?

*En un cuarto reposan cuatro tomos de la colonia, que datan desde 1727 hasta 1780, que están redactados por amanuenses (intelectual de la época que con pluma de ganso y tinta hacían escritos) especializados, que eran los que daban la fe pública en la época. “Estos libros estaban en Valencia de Jesús, cuando esta población era más importante que Valledupar, porque allí vivían los españoles. La violencia Chimila contra esos pueblos los obligó a venirse para Valledupar”, explicó el director encargado de la Academia de Historia del Cesar.

*Hay escrituras públicas que datan dese 1955 hasta 1963.

*La fototeca, que es una recopilación de las primeras fotos de Valledupar y de personajes que marcaron historia en la región. Es así como se exponen el primer vicario, Vicente Roig Villalba; el primer obispo, Vicente de Valencia; presidentes como Olaya Herrera, Julio César Turbay y Carlos Lleras Restrepo; los gobernadores del Magdalena: Ciro Pupo y Pedro Castro Monsalvo; así como los gobernadores del Cesar: Manuel Germán Cuello y Pepe Castro; y alcaldes de Valledupar como: Aníbal Martínez Zuleta y Manuel Trinidad. También están imágenes de María Concepción Loperena, los primeros médicos de la ciudad, la primera llegada de un avión comercial, abogados reconocidos, entre otras reliquias.

*La hemeroteca ‘Lolita Acosta’, donde están los primeros periódicos de la ciudad: Antorcha Provinciana, dirigido por Calixto Mejía, que tuvo lugar del año 1952 a 1953; El Diario Vallenato, coordinado por Lolita Acosta, que circuló en los años 90; y Antena del Cesar, dirigido por Manuel Sabas y creado en 1970. Asimismo están todas las revistas que se han hecho en el departamento.

*El Museo Antropológico, que es una muestra de las obras hechas por los indígenas del Cesar. Hay narigueras, pectorales, collares y fosas mortuorias. “Este material estaba en la Escuela de Bellas Artes, que al terminarse por orden de un gobernador, pasó a la Academia a través de una ordenanza”, explicó Valle Cuello.

*La Pinacoteca Jaime Molina, que es una muestra de pinturas. Hay obras pictóricas y caricaturas de Jaime Molina, que están en la actualidad en el Archivo General de la Nación, que las están reparando; obras de Arturo Castro, Álvaro Martínez, Javier Osorio, German Piedrahita, Efraín ‘El Mono’ Quintero, Kajuma y Chicho Ruíz.

*Biblioteca, donde hay libros que se han hecho por miembros de la Academia, literatura bolivariana, santandareana, de primaria, de bachillerato y de universidades.

*Hay una página de Internet (personajes históricos del Valle de Upar), manejada por César Emilio Sánchez, con personajes que han tenido importancia en la constitución de Valledupar como ciudad.

*Hay un plano de Valledupar de 1932, donde solo aparecen dos barrios Cañahuate y El Cerezo y los regalos que les hizo el presidente Alfonso López Pumarejo en la posteridad como: el colegio industrial, el colegio nacional Loperena, el matadero y el Mercado Público.

“En esa época se dieron las invasiones: El Carmelito, lo que hoy es conocido como el barrio El Carmen; La Granja, que fue la segunda invasión de la ciudad; Las Tablitas, que llegó con la bonanza algodonera, donde se apropiaron de casi 230 hectáreas, donde aparecieron barrios como El Primero de Mayo, San Martín, 12 de Octubre y barrios aledaños, que pusieron a transformar a Valledupar de un pueblo a una ciudad, donde se pasó de 20 mil a casi 100 mil habitantes”, aseguró el encargado de la Academia de Historia del Cesar.

Su génesis

Según cuenta Francisco Javier Valle Cuello, la Academia nació por el interés de un grupo de personas (Pedro Castro, Juan de los Reyes, César Mendoza, Álvaro Castro, Ernesto Palencia, Carlos Ortega, Rafael Villazón, Ruth Ariza, Liliana de Pompeyo, Lili Vargas, Gloria Castro, Yin Daza), que decidieron rescatar la memoria histórica de la región.
“La Academia de Historia nació como una persona jurídica de derecho privado, sin ánimo de lucro. Inicialmente se reunían en la casa del hermano de Ernesto Palencia, Manuel Palencia, quien ya falleció, a debatir los pormenores de la Academia. Él hizo los contactos con Pedro Pumarejo, quien en ese momento era secretario del Congreso de la República, y le pedimos el favor que nos consiguiera una imputación presupuestal para comprar una casa porque donde nos reuníamos no llenaba las condiciones adecuadas para el proyecto que se fijaba en mente, puesto que interrumpíamos el quehacer de la casa”, afirmó.

El municipio fue el que compró las actuales instalaciones de la Academia de Historia del Cesar, y nos mudamos. “Cuando estábamos en esta casa nos dimos cuenta que era muy grande para lo que hacíamos. Como miembro de la Academia presenté una ordenanza, mediante la cual se creaba otra persona jurídica bajo la tutela de la Academia de Historia, que es de derecho público, creciendo así la Academia de Historia, con dos personerías jurídicas: una de derecho privado y otra de derecho público, sin ánimo de lucro. Fue allí donde se creó el Archivo Histórico, la Fototeca, el Museo Antropológico, Pinacoteca, Anticuario y Biblioteca”, dijo Valle Cuello.

“El llamado es un SOS para que el gobierno municipal y departamental tengan consideración de la Academia de Historia del Cesar, teniendo en cuenta que nosotros estamos guardando la memoria institucional de Valledupar”: Francisco Javier Valle Cuello, director encargado de la Academia de Historia,

La Academia de Historia es una casa colonial: con muros en adobe, techos de teja de barro y cana boba, pero la humedad, hongos, el comején y la falta de recursos la tienen en peligro, al igual que a la historia documental del Cesar.

Los archivos más viejos de la Academia fueron enviados a Bogotá para su restauración, pero las directivas del Archivo General de la Nación temen que cuando regresen en mejores condiciones se dañen por el mal estado en que se encuentran los stands.

¿Sabía usted que…
Los gestores de la Academia de Historia del Cesar son los hermanos Palencia: Ernesto y Manuel. Anteriormente sus instalaciones sirvieron como sede de los colegios Colombo y Santa Teresita?

“Trabajaremos por la Academia”: Municipio

El coordinador de Cultura Municipal, Miguel Morales, manifestó que estamos formalizando el Comité de la Ley de Espectáculos Públicos, donde surgirán recursos para infraestructura. “La Academia de Historia necesita restaurarse urgentemente porque hay muchas falencias en la construcción. Estamos analizando qué aportes se le puede hacer a esta institución hasta que lleguemos al Ministerio de Cultura. Lo importante es que algo hay que hacer para que no se devuelva este dinero (casi 700 millones de pesos)”.

Respecto al salario de los funcionarios de la Academia de Historia del Cesar, el funcionario no se compromete con este aspecto, asegurando que él es quien dirige, más no paga, y que eso le corresponde a la Alcaldía, lo cual es respondido por el área jurídica.

Annelise Barriga Ramírez/EL PILÓN