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Columnista - 6 enero, 2017

El atracador

Este es un atracador especial, que delinque sin revólver o cuchillo y amparado por la ley y se llama SOAT. Me descuidé y no saqué ese adefesio el 30 de diciembre y el 2 de enero tuve que pagar 50 mil más, que horror, como horroroso es el procedimiento aplicado a este seguro que inmisericordemente […]

Este es un atracador especial, que delinque sin revólver o cuchillo y amparado por la ley y se llama SOAT.

Me descuidé y no saqué ese adefesio el 30 de diciembre y el 2 de enero tuve que pagar 50 mil más, que horror, como horroroso es el procedimiento aplicado a este seguro que inmisericordemente golpea el bolsillo de los más pobres ante la mirada indiferente de un Congreso desprestigiado e indolente, que por su actitud de pronto va a ser revocado por el mismo pueblo que lo eligió; eso es lo que leo a diario en cientos de mensajes que como cadenas circulan en las redes sociales.

Pero el tema es el SOAT, El Atracador: hace 8 años compré un vehículo nuevo y el seguro me costó cien mil pesos, hoy el carro se ha envejecido y deteriorado a pesar de que lo cuido mucho, su precio bajó a la mitad, pero el SOAT se cuadriplicó y hay que pagarlo de estricto contado. ¿Eso es justo y lógico? Yo creo que no. El argumento de que a medida que se deteriora y envejece el carro se vuelve más peligroso, no es cierto, pues si se consultan las estadísticas de accidentes se verá que ellos en su inmensa mayoría se producen en vehículos nuevos que andan a mil, con saldo de muertos, 2, 4, 5 muchas veces.

Creen ustedes posible que un Nissan modelo 65, en buenas condiciones de funcionamiento y lógicamente de propiedad de un pobre, pague de un solo cascarazo $600.000 o que para una Ford 94 cueste lo mismo, mientras que de las mismas marcas, pero nuevos valga la mitad o que un volteo, sin modelo de lo viejo, de esos areneros que solamente los usan para eso y jamás se accidentan cancele una suma cercana al millón, porque su motor es de gran cilindraje y menos cancelen por uno nuevo que cueste 20 veces más. No, no es justo y como no tienen como comprarlo vivan en la ilegalidad y en cada retén que encuentren tengan que “colaborar” por lo menos con $10.000 para poder pasar cada vez que vengan cargados y cansados.

De las motos, ni hablar, la más pequeña, una 100 se baja del bus con $250.000, ¿de dónde lo sacará un hombre que trabaja de sol a sol para ganarse $20.000?, por eso en el patio del Tránsito hay miles de ellas retenidas, sin solución alguna y me pregunto y para qué ese seguro, si cuando se produce un accidente y hay lesionados, las clínicas no lo exigen, sino que le cargan la respectiva cuenta al Fosyga.

Señores parlamentarios, son tantas las cosas que hay que decirles, pero se acabó el espacio, hagan algo, aunque sea que al atracador se pueda pagar por cuotas tal como hago yo con el seguro particular de mi vehículo o que el valor de él dependa del precio del carro, como los otros impuestos y no del absurdo cilindraje y modelo. Ahí tienen un buen filón que explotar para conseguir votos bien habidos.

Señor alcalde, lo felicito por la buena labor que se ha visto en estos últimos días, pero le ruego que prohíba la poda y tala de árboles en esta época, pues ya viene el fuerte verano y no habrá agua para regarlos y quien lo haga debe ser sancionado.

Columnista
6 enero, 2017

El atracador

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José M. Aponte Martínez

Este es un atracador especial, que delinque sin revólver o cuchillo y amparado por la ley y se llama SOAT. Me descuidé y no saqué ese adefesio el 30 de diciembre y el 2 de enero tuve que pagar 50 mil más, que horror, como horroroso es el procedimiento aplicado a este seguro que inmisericordemente […]


Este es un atracador especial, que delinque sin revólver o cuchillo y amparado por la ley y se llama SOAT.

Me descuidé y no saqué ese adefesio el 30 de diciembre y el 2 de enero tuve que pagar 50 mil más, que horror, como horroroso es el procedimiento aplicado a este seguro que inmisericordemente golpea el bolsillo de los más pobres ante la mirada indiferente de un Congreso desprestigiado e indolente, que por su actitud de pronto va a ser revocado por el mismo pueblo que lo eligió; eso es lo que leo a diario en cientos de mensajes que como cadenas circulan en las redes sociales.

Pero el tema es el SOAT, El Atracador: hace 8 años compré un vehículo nuevo y el seguro me costó cien mil pesos, hoy el carro se ha envejecido y deteriorado a pesar de que lo cuido mucho, su precio bajó a la mitad, pero el SOAT se cuadriplicó y hay que pagarlo de estricto contado. ¿Eso es justo y lógico? Yo creo que no. El argumento de que a medida que se deteriora y envejece el carro se vuelve más peligroso, no es cierto, pues si se consultan las estadísticas de accidentes se verá que ellos en su inmensa mayoría se producen en vehículos nuevos que andan a mil, con saldo de muertos, 2, 4, 5 muchas veces.

Creen ustedes posible que un Nissan modelo 65, en buenas condiciones de funcionamiento y lógicamente de propiedad de un pobre, pague de un solo cascarazo $600.000 o que para una Ford 94 cueste lo mismo, mientras que de las mismas marcas, pero nuevos valga la mitad o que un volteo, sin modelo de lo viejo, de esos areneros que solamente los usan para eso y jamás se accidentan cancele una suma cercana al millón, porque su motor es de gran cilindraje y menos cancelen por uno nuevo que cueste 20 veces más. No, no es justo y como no tienen como comprarlo vivan en la ilegalidad y en cada retén que encuentren tengan que “colaborar” por lo menos con $10.000 para poder pasar cada vez que vengan cargados y cansados.

De las motos, ni hablar, la más pequeña, una 100 se baja del bus con $250.000, ¿de dónde lo sacará un hombre que trabaja de sol a sol para ganarse $20.000?, por eso en el patio del Tránsito hay miles de ellas retenidas, sin solución alguna y me pregunto y para qué ese seguro, si cuando se produce un accidente y hay lesionados, las clínicas no lo exigen, sino que le cargan la respectiva cuenta al Fosyga.

Señores parlamentarios, son tantas las cosas que hay que decirles, pero se acabó el espacio, hagan algo, aunque sea que al atracador se pueda pagar por cuotas tal como hago yo con el seguro particular de mi vehículo o que el valor de él dependa del precio del carro, como los otros impuestos y no del absurdo cilindraje y modelo. Ahí tienen un buen filón que explotar para conseguir votos bien habidos.

Señor alcalde, lo felicito por la buena labor que se ha visto en estos últimos días, pero le ruego que prohíba la poda y tala de árboles en esta época, pues ya viene el fuerte verano y no habrá agua para regarlos y quien lo haga debe ser sancionado.