Publicidad
Categorías
Categorías
Columnista - 3 septiembre, 2013

Diomedes Díaz, maestro de la composición y del canto

Infinidades de razones tendría el Rey de Reyes, Colacho Mendoza, cuando decía en una sus canciones que sentía un alivio en su alma cuando salía para La Junta, la tierra que más le gustaba.

Por Ricardo Gutiérrez

Infinidades de razones tendría el Rey de Reyes, Colacho Mendoza, cuando decía en una sus canciones que sentía un alivio en su alma cuando salía para La Junta, la tierra que más le gustaba.

El, como Diomedes sentía una fascinación por ese bello pueblito, habitado inicialmente por familias de origen español que buscaron un clima sano para establecer explotaciones ganaderas en esas sabanas situadas en la ladera de la Sierra Nevada, en donde se unen fraternalmente, creando un  torbellino, dos pequeños ríos, el Santo Tomás y el San Francisco.

A pesar de que esos terrenos son ondulados y áridos, aparecen en su entorno manantiales que brotan de la tierra en forma mágica haciendo productivas unas zonas que facilitan los cultivos y abrevaderos de esa preciosa y apacible región.

Muy cercano, en un pequeño caserío llamado Carrizal, nació El cacique de la Junta, creció trabajando en las labores del campo, apoyando la incipiente economía familiar.

Su Tío Martin Maestre acordeonero, fue esencial en su formación musical y su mayor motivación para encauzar esa euforia que sintió cuando se dio cuenta que podía  describir lo cotidiano en versos a través de bellas melodías que a todos los que lo escuchaban dejaba gratamente impresionados.

El componía versos de todo lo que le acontecía, en alguna oportunidad queriendo obtener unos ingresos, pidió un dinero prestado para iniciar una cría de cerdos, el negocio fue un fracaso pero la experiencia que vivió la plasmó en una canción que le acentuó su confianza como compositor y lo llevó a buscar nuevos horizontes; con esta obra musical, su nombre como verseador y  compositor muy  pronto se dio a conocer en la región.

En busca de nuevas oportunidades se trasladó a Valledupar, allí consiguió un empleo en una emisora local como mensajero y logró acercarse a músicos y programadores.

En ese tiempo el cantante Rafael Orozco oriundo de Becerril i(Cesar)  buscaba una canción para grabarla con el acordeonero Emilio Oviedo, Diomedes se enteró y le presentó una de sus creaciones que tituló “Cariñito de vida” la cual trajo como resultado inmediato el lanzamiento al mercado con éxito descomunal de un nuevo cantante y un prometedor compositor.

Ante este inusitado logro, ese joven humilde con inmenso talento inició su vida musical, componiendo e interpretando canciones que han sido grabadas con diferentes acordeoneros como Náfer Durán, Elberto López, Colacho Mendoza, Juancho Roys, Cocha Molina, Alvarito López, Ivan Zuleta, Franco Arguelles, Juan Mario de la Espriella, etc.

Sus grabaciones se escuchan  en todos los rincones del país y fuera de el, siempre se ha mantenido vigente. Qu? explicación tiene  la vigencia de este compositor y cantante enigmático, que llegó a alcanzar el éxito como pocos y ha conocido también el fracaso por sus veleidades, además de haber sido cuestionado  por delicados asuntos que lo han comprometido directa o indirectamente, que siempre ha sido apoyado incondicionalmente por su público?

Indudablemente Diomedes es un músico integral que se inspira en sus propias vivencias y las plasma en letras sencillas, revelando de esta manera los más altos niveles de creatividad.

Nadie discute su magistral capacidad para componer canciones, a través de las cuales acaricia emociones y une sentimientos que interpretan el sentir de su gente. Al construir esas bellas melodías asume también la responsabilidad de comunicarlas de una manera convincente.

En  el escenario tiene el manejo total de la concurrencia, no baila, pero logra integrar a su publico con su actuación que se caracteriza por la modulación, el léxico que utiliza y el amor infinito que en esos momentos  le prodiga  a las canciones que interpreta.

Como el mismo lo dice en un verso de su cosecha: ” Como Diomedes no hay otro/eso nunca nacería/ y si nace no se cría/ y si se cría se vuelve loco”

Columnista
3 septiembre, 2013

Diomedes Díaz, maestro de la composición y del canto

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Ricardo Gutiérrez Gutiérrez

Infinidades de razones tendría el Rey de Reyes, Colacho Mendoza, cuando decía en una sus canciones que sentía un alivio en su alma cuando salía para La Junta, la tierra que más le gustaba.


Por Ricardo Gutiérrez

Infinidades de razones tendría el Rey de Reyes, Colacho Mendoza, cuando decía en una sus canciones que sentía un alivio en su alma cuando salía para La Junta, la tierra que más le gustaba.

El, como Diomedes sentía una fascinación por ese bello pueblito, habitado inicialmente por familias de origen español que buscaron un clima sano para establecer explotaciones ganaderas en esas sabanas situadas en la ladera de la Sierra Nevada, en donde se unen fraternalmente, creando un  torbellino, dos pequeños ríos, el Santo Tomás y el San Francisco.

A pesar de que esos terrenos son ondulados y áridos, aparecen en su entorno manantiales que brotan de la tierra en forma mágica haciendo productivas unas zonas que facilitan los cultivos y abrevaderos de esa preciosa y apacible región.

Muy cercano, en un pequeño caserío llamado Carrizal, nació El cacique de la Junta, creció trabajando en las labores del campo, apoyando la incipiente economía familiar.

Su Tío Martin Maestre acordeonero, fue esencial en su formación musical y su mayor motivación para encauzar esa euforia que sintió cuando se dio cuenta que podía  describir lo cotidiano en versos a través de bellas melodías que a todos los que lo escuchaban dejaba gratamente impresionados.

El componía versos de todo lo que le acontecía, en alguna oportunidad queriendo obtener unos ingresos, pidió un dinero prestado para iniciar una cría de cerdos, el negocio fue un fracaso pero la experiencia que vivió la plasmó en una canción que le acentuó su confianza como compositor y lo llevó a buscar nuevos horizontes; con esta obra musical, su nombre como verseador y  compositor muy  pronto se dio a conocer en la región.

En busca de nuevas oportunidades se trasladó a Valledupar, allí consiguió un empleo en una emisora local como mensajero y logró acercarse a músicos y programadores.

En ese tiempo el cantante Rafael Orozco oriundo de Becerril i(Cesar)  buscaba una canción para grabarla con el acordeonero Emilio Oviedo, Diomedes se enteró y le presentó una de sus creaciones que tituló “Cariñito de vida” la cual trajo como resultado inmediato el lanzamiento al mercado con éxito descomunal de un nuevo cantante y un prometedor compositor.

Ante este inusitado logro, ese joven humilde con inmenso talento inició su vida musical, componiendo e interpretando canciones que han sido grabadas con diferentes acordeoneros como Náfer Durán, Elberto López, Colacho Mendoza, Juancho Roys, Cocha Molina, Alvarito López, Ivan Zuleta, Franco Arguelles, Juan Mario de la Espriella, etc.

Sus grabaciones se escuchan  en todos los rincones del país y fuera de el, siempre se ha mantenido vigente. Qu? explicación tiene  la vigencia de este compositor y cantante enigmático, que llegó a alcanzar el éxito como pocos y ha conocido también el fracaso por sus veleidades, además de haber sido cuestionado  por delicados asuntos que lo han comprometido directa o indirectamente, que siempre ha sido apoyado incondicionalmente por su público?

Indudablemente Diomedes es un músico integral que se inspira en sus propias vivencias y las plasma en letras sencillas, revelando de esta manera los más altos niveles de creatividad.

Nadie discute su magistral capacidad para componer canciones, a través de las cuales acaricia emociones y une sentimientos que interpretan el sentir de su gente. Al construir esas bellas melodías asume también la responsabilidad de comunicarlas de una manera convincente.

En  el escenario tiene el manejo total de la concurrencia, no baila, pero logra integrar a su publico con su actuación que se caracteriza por la modulación, el léxico que utiliza y el amor infinito que en esos momentos  le prodiga  a las canciones que interpreta.

Como el mismo lo dice en un verso de su cosecha: ” Como Diomedes no hay otro/eso nunca nacería/ y si nace no se cría/ y si se cría se vuelve loco”