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Columnista - 22 mayo, 2017

Diálogo generacional de dos docentes

Dice el docente mayor: –Nuestros padres nos exigían responsabilidad, nos orientaban y nos castigaban cuando era necesario. Con los ingresos del padre se solventaban las necesidades del hogar. En el ambiente escolar existían limitaciones locativas y de ayudas didácticas. Se cultivaba el sueño de ser alguien. Gracias al estudio se alcanzó la dignidad de ser […]

Dice el docente mayor: –Nuestros padres nos exigían responsabilidad, nos orientaban y nos castigaban cuando era necesario. Con los ingresos del padre se solventaban las necesidades del hogar. En el ambiente escolar existían limitaciones locativas y de ayudas didácticas. Se cultivaba el sueño de ser alguien. Gracias al estudio se alcanzó la dignidad de ser maestro. Y hemos contribuido a mejorar la calidad de vida familiar y social de nuestros estudiantes.

Responde el docente joven: –Ahora hay más facilidades para estudiar, mejores ayudas educativas. Pero a nivel social hay muchas dificultades: el crecimiento de la población, el desplazamiento del campo a la ciudad, la violencia y la reducción de las posibilidades de trabajo; muchos hogares no satisfacen las necesidades básicas de subsistencia. Estos factores afectan el comportamiento y el rendimiento académico.

El mayor: –Las adversidades son obstáculos para el proceso de enseñanza, pero ahí es cuando el educador debe revestirse de prudencia y habilidad para logar conquistar el interés del alumno; porque es más fácil enseñarle al que quiere aprender, al que siempre llega contento al colegio, por la motivación y la orientación espiritual que le brindan sus padres.

El joven: –Es placentero ver la magia de la ternura y la benevolencia lúdica que desarrollan los docentes con los niños de preescolar y primaria, para hacer del acto pedagógico un evento de entretención y aprendizaje. Esa edad es conocida como “etapa de la inocencia”, momento de los porqués, y los niños muestran mucho respeto por los docentes e interés por el saber.

El mayor: –Los cambios físicos y hormonales que se presentan en la entrada de la adolescencia producen variaciones sensoriales y comportamentales. El espíritu de rebeldía e independencia, característico de esta etapa y las influencias de los medios masivos de comunicación, en ocasiones generan comportamientos agresivos, displicentes, reticentes frente al aprendizaje. Vivimos en una sociedad de íconos, idolatría y corrupción; algunos jóvenes no sueñan con proyectos éticos de vida; aman lo fácil y lo que produce bienestar material a corto plazo.

El joven: –En el programa de televisión ‘Séptimo Día’, la unidad investigativa del periodista Manuel Teodoro destaca cómo en Chile los estudiantes desde la primaria cultivan la identidad ciudadana, sentido de pertenecía y respeto por los deberes y obligaciones, que se fortalecen en la básica secundaria.  Chile es el país con menos corrupción en Latinoamérica, y el de mejores resultados académicos.

El mayor: –Cuando fui estudiante, no estuve de acuerdo con los paros de los maestros. Hoy entiendo que es una estrategia para la reivindicación de nuestros derechos y los derechos de los estudiantes. Reclamos que buscan mejorar la infraestructura educativa, laboratorios, dotación de bibliotecas, aula múltiple y comedores escolares, eficiencia en los servicios de salud y salarios justos.

Por José Atuesta Mindiola

 

Columnista
22 mayo, 2017

Diálogo generacional de dos docentes

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Atuesta Mindiola

Dice el docente mayor: –Nuestros padres nos exigían responsabilidad, nos orientaban y nos castigaban cuando era necesario. Con los ingresos del padre se solventaban las necesidades del hogar. En el ambiente escolar existían limitaciones locativas y de ayudas didácticas. Se cultivaba el sueño de ser alguien. Gracias al estudio se alcanzó la dignidad de ser […]


Dice el docente mayor: –Nuestros padres nos exigían responsabilidad, nos orientaban y nos castigaban cuando era necesario. Con los ingresos del padre se solventaban las necesidades del hogar. En el ambiente escolar existían limitaciones locativas y de ayudas didácticas. Se cultivaba el sueño de ser alguien. Gracias al estudio se alcanzó la dignidad de ser maestro. Y hemos contribuido a mejorar la calidad de vida familiar y social de nuestros estudiantes.

Responde el docente joven: –Ahora hay más facilidades para estudiar, mejores ayudas educativas. Pero a nivel social hay muchas dificultades: el crecimiento de la población, el desplazamiento del campo a la ciudad, la violencia y la reducción de las posibilidades de trabajo; muchos hogares no satisfacen las necesidades básicas de subsistencia. Estos factores afectan el comportamiento y el rendimiento académico.

El mayor: –Las adversidades son obstáculos para el proceso de enseñanza, pero ahí es cuando el educador debe revestirse de prudencia y habilidad para logar conquistar el interés del alumno; porque es más fácil enseñarle al que quiere aprender, al que siempre llega contento al colegio, por la motivación y la orientación espiritual que le brindan sus padres.

El joven: –Es placentero ver la magia de la ternura y la benevolencia lúdica que desarrollan los docentes con los niños de preescolar y primaria, para hacer del acto pedagógico un evento de entretención y aprendizaje. Esa edad es conocida como “etapa de la inocencia”, momento de los porqués, y los niños muestran mucho respeto por los docentes e interés por el saber.

El mayor: –Los cambios físicos y hormonales que se presentan en la entrada de la adolescencia producen variaciones sensoriales y comportamentales. El espíritu de rebeldía e independencia, característico de esta etapa y las influencias de los medios masivos de comunicación, en ocasiones generan comportamientos agresivos, displicentes, reticentes frente al aprendizaje. Vivimos en una sociedad de íconos, idolatría y corrupción; algunos jóvenes no sueñan con proyectos éticos de vida; aman lo fácil y lo que produce bienestar material a corto plazo.

El joven: –En el programa de televisión ‘Séptimo Día’, la unidad investigativa del periodista Manuel Teodoro destaca cómo en Chile los estudiantes desde la primaria cultivan la identidad ciudadana, sentido de pertenecía y respeto por los deberes y obligaciones, que se fortalecen en la básica secundaria.  Chile es el país con menos corrupción en Latinoamérica, y el de mejores resultados académicos.

El mayor: –Cuando fui estudiante, no estuve de acuerdo con los paros de los maestros. Hoy entiendo que es una estrategia para la reivindicación de nuestros derechos y los derechos de los estudiantes. Reclamos que buscan mejorar la infraestructura educativa, laboratorios, dotación de bibliotecas, aula múltiple y comedores escolares, eficiencia en los servicios de salud y salarios justos.

Por José Atuesta Mindiola