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Judicial - 2 julio, 2015

Día a día del rapto de Andrea Carolina

Luego de 72 horas de intensa búsqueda la Policía rescató en el departamento de Santander a la menor de siete años desaparecida el sábado anterior en zona rural de Valledupar.

El reencuentro de madre e hija se logró gracias al trabajo conjunto entre la Policía de Cesar y Santander.
El reencuentro de madre e hija se logró gracias al trabajo conjunto entre la Policía de Cesar y Santander.

Día 1

El sábado 27 de junio, a las 2:00 de la tarde, Andrea Carolina Rojas Erazo, de siete años, desapareció luego de salir junto a sus hermanitos de dos y cuatro años, respectivamente, a comprar galletas en una tienda cercana a su casa, en la finca Villa Miriam de la vereda Cominos de Tamacal, al noroccidente de Valledupar.

Gregoria Erazo Morales, madre de los pequeños, contó a las autoridades que los niños estaban al cuidado de un hombre que se hacía llamar ‘Toto’, quien tenía tres meses trabajando en fincas de la zona y que durante la última semana les había pedido posada en su casa, a lo cual ella y su esposo accedieron porque les generaba confianza.
‘Toto’ siempre trataba bien a los niños, les daba detalles y a donde iba siempre estaba orando con la biblia debajo del brazo y hablando de la palabra de Dios.

Sin embargo, ese día la buena imagen que los habitantes de Cominos de Tamacal tenían de ese hombre se desdibujó al enterarse que los dos hermanos menores de Andrea Carolina regresaron a la casa 20 minutos después de haber salido para la tienda, pero ella no volvió.

Aunque la madre de la niña confiaba en que su hija estaba en buenas manos, esperó varias horas a que regresaran. A las 10:20 de la noche no aguantó más y reportó el caso a la Policía.
Las autoridades establecieron que esa noche el presunto raptor se fue con la niña hacia el casco urbano de Valledupar y pasaron la noche en la casa de una anciana que les brindó posada en la urbanización Nando Marín.

Día 2

El domingo 28 de junio, el hombre que tenía en su poder a la menor y a otro niño de ocho años, que dice es su hijo, viajó de Valledupar a Aguachica, en el sur de Cesar.

Mientras se movilizaba con los dos menores en un bus intermunicipal la Policía en la capital cesarense intensificaba los operativos de búsqueda tras verificar que efectivamente se trataba de un rapto.
La madre de la niña esperaba noticias en la humilde vivienda de su hermana en la invasión Francisco Javier, zona periférica de Valledupar, a donde se desplazó con sus otros tres hijos luego de la extraña desaparición de Andrea Carolina.

Día 3

El lunes 29 de junio, los operativos fueron apoyados con un helicóptero que se desplazó de la base antinarcóticos de la Policía en Santa Marta a la capital del Cesar para desde el aire distribuir volantes con la foto de la niña desaparecida y un retrato hablado del principal sospechoso de haberla raptado.

Por tierra miembros del Escuadrón Móvil de Carabineros –Emcar- y Policía de Infancia hicieron operativos de búsqueda en los alrededores de Cominos de Tamacal, La Mesa, Azúcar Buena y el casco urbano de Valledupar.
Mientras la Policía ponía a prueba toda su capacidad para aclarar el caso y dar con el paradero de la niña, ella ya había sido trasladada de Aguachica a Bucaramanga. De ese desplazamiento las autoridades conocieron información de un chofer que transportó a unos pasajeros que tenían las mismas características descritas en los volantes de búsqueda distribuidos por la Policía.

Fue así como iniciaron las diligencias para verificar la versión suministrada por el conductor del vehículo de servicio público y reconstruyendo la ruta que él describió la Policía revisó videos de cámaras de seguridad y confirmó que Andrea Carolina fue conducida hacia territorio santandereano, a cientos de kilómetros de su hogar en estribaciones de la Sierra Nevada de Santa.
De igual forma las autoridades establecieron que ese día alias ‘Toto’ tomó un bus de Bucaramanga hacia el municipio de San Gil.

Día 4

El martes 30 de junio, ya había un operativo coordinado entre la Policía de Cesar y la de Santander para rescatar la niña. En San Gil, a las 2:00 de la tarde, ‘Toto’ fue capturado, la niña rescatada y el otro menor dejado a disposición del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, mientras se comprueba si en realidad es hijo de Daniel Suárez Claro, el raptor de 60 años.

“Recepcionamos muchas informaciones que nos ayudaron a hacer un seguimiento exhaustivo de la niña, en un recorrido entre Valledupar, Aguachica, Bucaramanga y finalmente en el municipio de San Gil”, contó el subcomandante de la Policía Cesar, coronel Edgar Rodríguez.
Con buena nueva, en la noche el Gaula de la Policía trasladó a Bucaramanga a la madre de la niña para entregársela gracias al exitoso operativo.

Día 5

El miércoles 1 de julio, en las instalaciones principales de la Policía en Bucaramanga, Gregoria Erazo y su hija Andrea Carolina se fundieron en un abrazo con el que terminaron estos días de agonía.
“Tenemos pendientes algunas situaciones; primero saber cuál es el motivo del secuestro de la niña, de plano descartamos un secuestro extorsivo dado las condiciones económicas de la familia (son de escasos recursos)”, dijo luego del reencuentro el comandante de la Policía de Santander, coronel Jesús Paredes.

Por Redacción Judicial / EL PILÓN

Judicial
2 julio, 2015

Día a día del rapto de Andrea Carolina

Luego de 72 horas de intensa búsqueda la Policía rescató en el departamento de Santander a la menor de siete años desaparecida el sábado anterior en zona rural de Valledupar.


El reencuentro de madre e hija se logró gracias al trabajo conjunto entre la Policía de Cesar y Santander.
El reencuentro de madre e hija se logró gracias al trabajo conjunto entre la Policía de Cesar y Santander.

Día 1

El sábado 27 de junio, a las 2:00 de la tarde, Andrea Carolina Rojas Erazo, de siete años, desapareció luego de salir junto a sus hermanitos de dos y cuatro años, respectivamente, a comprar galletas en una tienda cercana a su casa, en la finca Villa Miriam de la vereda Cominos de Tamacal, al noroccidente de Valledupar.

Gregoria Erazo Morales, madre de los pequeños, contó a las autoridades que los niños estaban al cuidado de un hombre que se hacía llamar ‘Toto’, quien tenía tres meses trabajando en fincas de la zona y que durante la última semana les había pedido posada en su casa, a lo cual ella y su esposo accedieron porque les generaba confianza.
‘Toto’ siempre trataba bien a los niños, les daba detalles y a donde iba siempre estaba orando con la biblia debajo del brazo y hablando de la palabra de Dios.

Sin embargo, ese día la buena imagen que los habitantes de Cominos de Tamacal tenían de ese hombre se desdibujó al enterarse que los dos hermanos menores de Andrea Carolina regresaron a la casa 20 minutos después de haber salido para la tienda, pero ella no volvió.

Aunque la madre de la niña confiaba en que su hija estaba en buenas manos, esperó varias horas a que regresaran. A las 10:20 de la noche no aguantó más y reportó el caso a la Policía.
Las autoridades establecieron que esa noche el presunto raptor se fue con la niña hacia el casco urbano de Valledupar y pasaron la noche en la casa de una anciana que les brindó posada en la urbanización Nando Marín.

Día 2

El domingo 28 de junio, el hombre que tenía en su poder a la menor y a otro niño de ocho años, que dice es su hijo, viajó de Valledupar a Aguachica, en el sur de Cesar.

Mientras se movilizaba con los dos menores en un bus intermunicipal la Policía en la capital cesarense intensificaba los operativos de búsqueda tras verificar que efectivamente se trataba de un rapto.
La madre de la niña esperaba noticias en la humilde vivienda de su hermana en la invasión Francisco Javier, zona periférica de Valledupar, a donde se desplazó con sus otros tres hijos luego de la extraña desaparición de Andrea Carolina.

Día 3

El lunes 29 de junio, los operativos fueron apoyados con un helicóptero que se desplazó de la base antinarcóticos de la Policía en Santa Marta a la capital del Cesar para desde el aire distribuir volantes con la foto de la niña desaparecida y un retrato hablado del principal sospechoso de haberla raptado.

Por tierra miembros del Escuadrón Móvil de Carabineros –Emcar- y Policía de Infancia hicieron operativos de búsqueda en los alrededores de Cominos de Tamacal, La Mesa, Azúcar Buena y el casco urbano de Valledupar.
Mientras la Policía ponía a prueba toda su capacidad para aclarar el caso y dar con el paradero de la niña, ella ya había sido trasladada de Aguachica a Bucaramanga. De ese desplazamiento las autoridades conocieron información de un chofer que transportó a unos pasajeros que tenían las mismas características descritas en los volantes de búsqueda distribuidos por la Policía.

Fue así como iniciaron las diligencias para verificar la versión suministrada por el conductor del vehículo de servicio público y reconstruyendo la ruta que él describió la Policía revisó videos de cámaras de seguridad y confirmó que Andrea Carolina fue conducida hacia territorio santandereano, a cientos de kilómetros de su hogar en estribaciones de la Sierra Nevada de Santa.
De igual forma las autoridades establecieron que ese día alias ‘Toto’ tomó un bus de Bucaramanga hacia el municipio de San Gil.

Día 4

El martes 30 de junio, ya había un operativo coordinado entre la Policía de Cesar y la de Santander para rescatar la niña. En San Gil, a las 2:00 de la tarde, ‘Toto’ fue capturado, la niña rescatada y el otro menor dejado a disposición del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, mientras se comprueba si en realidad es hijo de Daniel Suárez Claro, el raptor de 60 años.

“Recepcionamos muchas informaciones que nos ayudaron a hacer un seguimiento exhaustivo de la niña, en un recorrido entre Valledupar, Aguachica, Bucaramanga y finalmente en el municipio de San Gil”, contó el subcomandante de la Policía Cesar, coronel Edgar Rodríguez.
Con buena nueva, en la noche el Gaula de la Policía trasladó a Bucaramanga a la madre de la niña para entregársela gracias al exitoso operativo.

Día 5

El miércoles 1 de julio, en las instalaciones principales de la Policía en Bucaramanga, Gregoria Erazo y su hija Andrea Carolina se fundieron en un abrazo con el que terminaron estos días de agonía.
“Tenemos pendientes algunas situaciones; primero saber cuál es el motivo del secuestro de la niña, de plano descartamos un secuestro extorsivo dado las condiciones económicas de la familia (son de escasos recursos)”, dijo luego del reencuentro el comandante de la Policía de Santander, coronel Jesús Paredes.

Por Redacción Judicial / EL PILÓN