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Columnista - 18 noviembre, 2017

El deporte: fuerza integradora

A propósito de los XVIII Juegos Bolivarianos que se escenifican por estos días en Santa Marta, destacamos como una evidencia categórica la enorme trascendencia que representa para la integración social (que tanta falta hace hoy y de qué manera), la realización de los mismos; partiendo del hecho de que es un auténtico escenario de participación […]

A propósito de los XVIII Juegos Bolivarianos que se escenifican por estos días en Santa Marta, destacamos como una evidencia categórica la enorme trascendencia que representa para la integración social (que tanta falta hace hoy y de qué manera), la realización de los mismos; partiendo del hecho de que es un auténtico escenario de participación interactiva entre deportistas de diversos países hispanoamericanos que enlazan sus vivencias y emociones al vaivén de la actividad muscular en sus diferentes modalidades.

Los Juegos Bolivarianos sin lugar a equívocos son un valioso insumo que activa el combustible de la unión, la paz y la solidaridad entre naciones de diferentes idiosincrasias, pero unidas por un solo propósito: el crecimiento físico y espiritual de la cultura deportiva que esparce y estimula entusiasmo y simpatía en el contexto universal.

Este escenario de atractivo integrador, simboliza la cohesión y el sentido pertinente por crecer día a día en la pluralidad democrática del entendimiento y empatía de los pueblos. Aquí los deportistas participan, actúan y deciden bajo un marco competitivo y normativo preexistente, que tiene como reflector la admiración, el aplauso y el apoyo de un pueblo ávido de justas deportivas. No olvidemos que el deporte es la ruta de la inclusión hacia la grandeza y prosperidad de las naciones, que encierra la valoración de los jóvenes por las sendas del buen vivir; promueve la fortaleza de las nuevas generaciones hacia un mundo diferente apartado del alcohol y de las drogas.

Tenemos que recordar que el deporte a nivel universal implica la construcción de una política pública pertinente, que posibilita aunar esfuerzos y voluntades. Construye de manera participativa e integradora novedosas propuestas articuladas al vigor, al dinamismo. El deporte es un nacionalismo que inspira un sentimiento lleno de emociones y retos. Como decía el Presidente Nelson Mandela: “el deporte tiene el poder de unir a la gente como pocas cosas; tiene más capacidad que los gobiernos de derribar barreras sociales”. En estos Bolivarianos debe impulsarse la finalidad del deporte; además de medio educador para que prevalezcan las cualidades del Fair Play; competitividad, solidaridad e iniciativa de los deportistas y la competencia sana, alejada del consumo de sustancias estimulantes prohibidas que desdibujan la imagen de un buen deportista, cualquiera sea la modalidad que practicare.

Como deportista de Selección Colombia en Atletismo que fui, para estos Bolivarianos los invito a mostrar su máximo potencial deportivo en las modalidades que les tocare y seguir con ahínco día a día mejorando en el deporte que escogieron; terminamos con una frase de Confucio, pensador chino: “nuestra mayor gloria no está en nunca caer, sino en levantarnos cada vez que caemos”. Las competencias continuas formarán y aquilatarán al deportista que indudablemente tendrá que mejorar si persevera para la siguiente. Esta debe ser la meta de ese protagonista del deporte y de su grupo asesor: dirigentes, médicos, terapeutas, entrenadores, lograr un mejor rendimiento deportivo cada día.

Por Jairo Franco Salas

[email protected]

Columnista
18 noviembre, 2017

El deporte: fuerza integradora

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jairo Franco Salas

A propósito de los XVIII Juegos Bolivarianos que se escenifican por estos días en Santa Marta, destacamos como una evidencia categórica la enorme trascendencia que representa para la integración social (que tanta falta hace hoy y de qué manera), la realización de los mismos; partiendo del hecho de que es un auténtico escenario de participación […]


A propósito de los XVIII Juegos Bolivarianos que se escenifican por estos días en Santa Marta, destacamos como una evidencia categórica la enorme trascendencia que representa para la integración social (que tanta falta hace hoy y de qué manera), la realización de los mismos; partiendo del hecho de que es un auténtico escenario de participación interactiva entre deportistas de diversos países hispanoamericanos que enlazan sus vivencias y emociones al vaivén de la actividad muscular en sus diferentes modalidades.

Los Juegos Bolivarianos sin lugar a equívocos son un valioso insumo que activa el combustible de la unión, la paz y la solidaridad entre naciones de diferentes idiosincrasias, pero unidas por un solo propósito: el crecimiento físico y espiritual de la cultura deportiva que esparce y estimula entusiasmo y simpatía en el contexto universal.

Este escenario de atractivo integrador, simboliza la cohesión y el sentido pertinente por crecer día a día en la pluralidad democrática del entendimiento y empatía de los pueblos. Aquí los deportistas participan, actúan y deciden bajo un marco competitivo y normativo preexistente, que tiene como reflector la admiración, el aplauso y el apoyo de un pueblo ávido de justas deportivas. No olvidemos que el deporte es la ruta de la inclusión hacia la grandeza y prosperidad de las naciones, que encierra la valoración de los jóvenes por las sendas del buen vivir; promueve la fortaleza de las nuevas generaciones hacia un mundo diferente apartado del alcohol y de las drogas.

Tenemos que recordar que el deporte a nivel universal implica la construcción de una política pública pertinente, que posibilita aunar esfuerzos y voluntades. Construye de manera participativa e integradora novedosas propuestas articuladas al vigor, al dinamismo. El deporte es un nacionalismo que inspira un sentimiento lleno de emociones y retos. Como decía el Presidente Nelson Mandela: “el deporte tiene el poder de unir a la gente como pocas cosas; tiene más capacidad que los gobiernos de derribar barreras sociales”. En estos Bolivarianos debe impulsarse la finalidad del deporte; además de medio educador para que prevalezcan las cualidades del Fair Play; competitividad, solidaridad e iniciativa de los deportistas y la competencia sana, alejada del consumo de sustancias estimulantes prohibidas que desdibujan la imagen de un buen deportista, cualquiera sea la modalidad que practicare.

Como deportista de Selección Colombia en Atletismo que fui, para estos Bolivarianos los invito a mostrar su máximo potencial deportivo en las modalidades que les tocare y seguir con ahínco día a día mejorando en el deporte que escogieron; terminamos con una frase de Confucio, pensador chino: “nuestra mayor gloria no está en nunca caer, sino en levantarnos cada vez que caemos”. Las competencias continuas formarán y aquilatarán al deportista que indudablemente tendrá que mejorar si persevera para la siguiente. Esta debe ser la meta de ese protagonista del deporte y de su grupo asesor: dirigentes, médicos, terapeutas, entrenadores, lograr un mejor rendimiento deportivo cada día.

Por Jairo Franco Salas

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