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Columnista - 10 octubre, 2017

¡Deben cumplir!

Como coincidencia de la vida misma, este 2017, dos instituciones cumplen años icónicos de existencia: La Universidad Nacional de Colombia y el Departamento del Cesar. La primera con 150 años siendo líder de la educación superior en el país y la segunda con 50 años de creación, reconocida como la de mayor riqueza cultural, en […]

Como coincidencia de la vida misma, este 2017, dos instituciones cumplen años icónicos de existencia: La Universidad Nacional de Colombia y el Departamento del Cesar. La primera con 150 años siendo líder de la educación superior en el país y la segunda con 50 años de creación, reconocida como la de mayor riqueza cultural, en recursos naturales y demográfica de la región caribe.

Al margen de las celebraciones, es necesario buscar que las instituciones transciendan, y que precisamente, el paso del tiempo las fortalezca. Muy apropiado sería que el próximo 21 de diciembre, fecha de cumpleaños del Departamento, con contundencia y claridad, se anuncie que entra en funcionamiento en el Cesar la sede de la institución de educación superior más importante del país y de las más connotadas de Latinoamérica.

La construcción de la sede de la Nacho en el municipio de La Paz, fue contratada por la Gobernación del Departamento del Cesar con la Unión Temporal Uninal Cesar, conformada por JV Ingeniería Ltda., Vera Construcciones sucursal Colombia y Benjamín Tomás Herrera Amaya, por un valor inicial que supera los $ 38 mil millones de pesos; contrato que ha sido prorrogado en más de cinco oportunidades pese a que el cronograma inicial de obras indicaba que sería ejecutado en 18 meses, contados desde agosto de 2013 hasta febrero de 2015, y aún dos años después, el contratista no ha entregado tan imprescindible obra.

Todo particular que maneje recursos públicos, en calidad de contratista, debe entender su condición de colaborador del Estado y de la Administración Pública en el cumplimiento de los fines estatales.

Mientras que, por parte de la Universidad Nacional de Colombia, el Consejo Académico autorizó la creación de la sede La Paz; el contratista no da por terminada una obra que pasó de ser esperanza a convertirse en preocupación para los cesarenses y habitantes de departamentos colindantes.

Que el 21 de diciembre de 2017, además de la celebración de los 50 años de creación del departamento, sea un día para anunciar la terminación de la obra de la sede La Paz de la Universidad Nacional.

¿Será que el contratista entiende el respeto por las instituciones?, ¿El contratista tendrá claro el deber de cumplir con sus obligaciones contractuales?, ¿Es posible que las partes intervinientes en el contrato de la sede de la Universidad en el Cesar comprendan que después de la proclamación del Cesar como departamento, esta sede representa uno de los hechos históricos de la región?

En lo público, es un deber de la entidad contratante exigir lo pactado en los contratos estatales. Los pactos son para cumplirse y las instituciones para respetarse o para que los gobernantes las hagan respetar. Es decir, además de cumplir años hacer cumplir compromisos.

Por María F. Daza Ovalle

 

Columnista
10 octubre, 2017

¡Deben cumplir!

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El Pilón

Como coincidencia de la vida misma, este 2017, dos instituciones cumplen años icónicos de existencia: La Universidad Nacional de Colombia y el Departamento del Cesar. La primera con 150 años siendo líder de la educación superior en el país y la segunda con 50 años de creación, reconocida como la de mayor riqueza cultural, en […]


Como coincidencia de la vida misma, este 2017, dos instituciones cumplen años icónicos de existencia: La Universidad Nacional de Colombia y el Departamento del Cesar. La primera con 150 años siendo líder de la educación superior en el país y la segunda con 50 años de creación, reconocida como la de mayor riqueza cultural, en recursos naturales y demográfica de la región caribe.

Al margen de las celebraciones, es necesario buscar que las instituciones transciendan, y que precisamente, el paso del tiempo las fortalezca. Muy apropiado sería que el próximo 21 de diciembre, fecha de cumpleaños del Departamento, con contundencia y claridad, se anuncie que entra en funcionamiento en el Cesar la sede de la institución de educación superior más importante del país y de las más connotadas de Latinoamérica.

La construcción de la sede de la Nacho en el municipio de La Paz, fue contratada por la Gobernación del Departamento del Cesar con la Unión Temporal Uninal Cesar, conformada por JV Ingeniería Ltda., Vera Construcciones sucursal Colombia y Benjamín Tomás Herrera Amaya, por un valor inicial que supera los $ 38 mil millones de pesos; contrato que ha sido prorrogado en más de cinco oportunidades pese a que el cronograma inicial de obras indicaba que sería ejecutado en 18 meses, contados desde agosto de 2013 hasta febrero de 2015, y aún dos años después, el contratista no ha entregado tan imprescindible obra.

Todo particular que maneje recursos públicos, en calidad de contratista, debe entender su condición de colaborador del Estado y de la Administración Pública en el cumplimiento de los fines estatales.

Mientras que, por parte de la Universidad Nacional de Colombia, el Consejo Académico autorizó la creación de la sede La Paz; el contratista no da por terminada una obra que pasó de ser esperanza a convertirse en preocupación para los cesarenses y habitantes de departamentos colindantes.

Que el 21 de diciembre de 2017, además de la celebración de los 50 años de creación del departamento, sea un día para anunciar la terminación de la obra de la sede La Paz de la Universidad Nacional.

¿Será que el contratista entiende el respeto por las instituciones?, ¿El contratista tendrá claro el deber de cumplir con sus obligaciones contractuales?, ¿Es posible que las partes intervinientes en el contrato de la sede de la Universidad en el Cesar comprendan que después de la proclamación del Cesar como departamento, esta sede representa uno de los hechos históricos de la región?

En lo público, es un deber de la entidad contratante exigir lo pactado en los contratos estatales. Los pactos son para cumplirse y las instituciones para respetarse o para que los gobernantes las hagan respetar. Es decir, además de cumplir años hacer cumplir compromisos.

Por María F. Daza Ovalle