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Columnista - 12 enero, 2017

Contaminar menos para el futuro

Tuvimos la oportunidad de leer un importante libro que se titula “’Cincuenta cosas que hay que saber sobre economía’ y en uno de esos temas encontramos un referente a la economía medioambiental, que se hace necesario aludir algunos de sus apartes para que llegue hasta nuestros lectores y así seguir haciendo extensión de lo ambiental […]

Tuvimos la oportunidad de leer un importante libro que se titula “’Cincuenta cosas que hay que saber sobre economía’ y en uno de esos temas encontramos un referente a la economía medioambiental, que se hace necesario aludir algunos de sus apartes para que llegue hasta nuestros lectores y así seguir haciendo extensión de lo ambiental como tema sin el cual no puede actuar el ser humano sin tener en cuenta si es que queremos tener continuidad de la raza humana en el planeta tierra.

Al respecto, consideramos en primera instancia sentar la premisa de que ‘el desarrollo económico es una de las primeras razones del cambio climático’.

“La evolución económica de la humanidad ha ido de la mano de la explotación de los recursos naturales de la Tierra, en particular desde la Revolución Industrial. Sin el uso de esos recursos entre los que están el carbón y el petróleo que ocupan un lugar importantísimo. Resulta claro, sin embargo, que ese desarrollo ha tenido un costo. Una plétora de estudios ha demostrado el vínculo entre el consumo de combustibles fósiles y el calentamiento global. Algunos han afirmado que el cambio climático causado por el hombre puede incluso ser el responsable del aumento de la inestabilidad de los sistemas climáticos, algo que contribuye, por ejemplo, a la aparición de huracanes más fuertes como el Katrina, que en 2005 arrasó Nueva Orleans.

Por la necesidad de actuar ya, al respecto de la contaminación mundial se han llevado a cabo extraordinarios eventos, los cuales citamos aquí cronológicamente tales como: la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro (1992), en esta se invita a los gobiernos a estabilizar los niveles de los gases de efecto invernadero; en 1997 la negociación del Tratado de Kioto en donde los países se comprometen a controlar sus emisiones contaminantes, ya para el 2007 las economías occidentales acuerdan reducir a la mitad las emisiones de CO2, para el año 2050.

No se puede dar esperan frente a este gran reto, porque “las pruebas de gravedad de los riesgos de no actuar o hacerlo a destiempo son en la actualidad abrumadoras. Nos arriesgamos a un año de una dimensión superior al causado por las dos guerras mundiales del siglo XX. El problema es mundial y la respuesta debe ser una colaboración a escala global”.

Las eventualidades que se nos pueden presentar son desastrosas para la prosperidad futura del mundo, y por tanto estamos ante un dilema importantísimo, ante ello, debemos reducir al actual consumo de combustibles fósiles para aliviar el impacto que el cambio climático puede tener en las generaciones futuras, incluso implica un crecimiento más débil y una mayor pobreza en el futuro inmediato. Según Sir Nicholas Stern, el economista británico citado en otras oportunidades en nuestros escritos, escribió uno de los primeros informes sobre esta situación “los costos finales asociados con el cambio climático podrían ascender acerca del 20% del producto Interno Bruto Global (unos 6 billones de dólares) en comparación con el 1% que costaría hacer frente al problema hoy.

La idea en síntesis, es actuar hoy con el fin de evitar terribles costos medioambientales mañana.

En tal sentido los científicos sostienen que con el fin de prevenir los efectos catastróficos del cambio climático para el año 2050, el mundo debería haber reducido a la mitad sus emisiones de gases de efecto invernadero (llamados así porque hacen que el calor quede atrapado en la atmósfera como en un invernadero), por tanto he pedido que se tomen medidas para combatir la deforestación, fenómeno que ha hecho aumentar la emisión de estos gases en un 15 o 20%.

Finalmente, decir que combatir el cambio climático es como una especie de póliza de seguros para la futuras generaciones.

Columnista
12 enero, 2017

Contaminar menos para el futuro

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Hernán Maestre Martínez

Tuvimos la oportunidad de leer un importante libro que se titula “’Cincuenta cosas que hay que saber sobre economía’ y en uno de esos temas encontramos un referente a la economía medioambiental, que se hace necesario aludir algunos de sus apartes para que llegue hasta nuestros lectores y así seguir haciendo extensión de lo ambiental […]


Tuvimos la oportunidad de leer un importante libro que se titula “’Cincuenta cosas que hay que saber sobre economía’ y en uno de esos temas encontramos un referente a la economía medioambiental, que se hace necesario aludir algunos de sus apartes para que llegue hasta nuestros lectores y así seguir haciendo extensión de lo ambiental como tema sin el cual no puede actuar el ser humano sin tener en cuenta si es que queremos tener continuidad de la raza humana en el planeta tierra.

Al respecto, consideramos en primera instancia sentar la premisa de que ‘el desarrollo económico es una de las primeras razones del cambio climático’.

“La evolución económica de la humanidad ha ido de la mano de la explotación de los recursos naturales de la Tierra, en particular desde la Revolución Industrial. Sin el uso de esos recursos entre los que están el carbón y el petróleo que ocupan un lugar importantísimo. Resulta claro, sin embargo, que ese desarrollo ha tenido un costo. Una plétora de estudios ha demostrado el vínculo entre el consumo de combustibles fósiles y el calentamiento global. Algunos han afirmado que el cambio climático causado por el hombre puede incluso ser el responsable del aumento de la inestabilidad de los sistemas climáticos, algo que contribuye, por ejemplo, a la aparición de huracanes más fuertes como el Katrina, que en 2005 arrasó Nueva Orleans.

Por la necesidad de actuar ya, al respecto de la contaminación mundial se han llevado a cabo extraordinarios eventos, los cuales citamos aquí cronológicamente tales como: la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro (1992), en esta se invita a los gobiernos a estabilizar los niveles de los gases de efecto invernadero; en 1997 la negociación del Tratado de Kioto en donde los países se comprometen a controlar sus emisiones contaminantes, ya para el 2007 las economías occidentales acuerdan reducir a la mitad las emisiones de CO2, para el año 2050.

No se puede dar esperan frente a este gran reto, porque “las pruebas de gravedad de los riesgos de no actuar o hacerlo a destiempo son en la actualidad abrumadoras. Nos arriesgamos a un año de una dimensión superior al causado por las dos guerras mundiales del siglo XX. El problema es mundial y la respuesta debe ser una colaboración a escala global”.

Las eventualidades que se nos pueden presentar son desastrosas para la prosperidad futura del mundo, y por tanto estamos ante un dilema importantísimo, ante ello, debemos reducir al actual consumo de combustibles fósiles para aliviar el impacto que el cambio climático puede tener en las generaciones futuras, incluso implica un crecimiento más débil y una mayor pobreza en el futuro inmediato. Según Sir Nicholas Stern, el economista británico citado en otras oportunidades en nuestros escritos, escribió uno de los primeros informes sobre esta situación “los costos finales asociados con el cambio climático podrían ascender acerca del 20% del producto Interno Bruto Global (unos 6 billones de dólares) en comparación con el 1% que costaría hacer frente al problema hoy.

La idea en síntesis, es actuar hoy con el fin de evitar terribles costos medioambientales mañana.

En tal sentido los científicos sostienen que con el fin de prevenir los efectos catastróficos del cambio climático para el año 2050, el mundo debería haber reducido a la mitad sus emisiones de gases de efecto invernadero (llamados así porque hacen que el calor quede atrapado en la atmósfera como en un invernadero), por tanto he pedido que se tomen medidas para combatir la deforestación, fenómeno que ha hecho aumentar la emisión de estos gases en un 15 o 20%.

Finalmente, decir que combatir el cambio climático es como una especie de póliza de seguros para la futuras generaciones.