Una nueva forma de fraude al servicio eléctrico fue detectada en una finca palmicultura de la zona rural del municipio de San Diego, Cesar, donde uno de los transformadores de energía tenía una tarjeta electrónica que permitía manipular el equipo de medida para evadir el pago real de la energía que consumida.

“Esta tarjeta se operaba de manera remota y era activada para evitar la contabilización precisa del consumo de energía”, explicó el gerente de Electricaribe en el Cesar, Johann Arango Uribe,  agregando que esto fue detectado luego de acciones operativas que hacen parte de las revisiones rutinarias que ejecuta la compañía para disminuir las pérdidas de energía, las cuales además de ocasionar fallas en el servicio de energía a los clientes, afecta las finanzas de la compañía.

De acuerdo con el análisis realizado por parte de ingenieros de Electricaribe, las pérdidas mensuales por la conexión irregular en la finca eran del orden de los ocho millones de pesos.

Por fraudes, en 2015 Electricaribe dejó de percibir 285 mil millones de pesos.

¿Sabía usted que…?

El robo de energía está tipificado en el Código Penal como defraudación de fluidos y se presenta en diferentes estratos. Para el caso de los estratos 1 y 2, predominan las conexiones directas por fuera del medidor, es decir se conecta un cable desde el poste a la casa, sin que exista un control del consumo.

En los estratos altos, la modalidad radica en la manipulación de los medidores. En algunos casos se hace la devolución de la medida, se colocan chips para prender o apagar los medidores y cambian algunas piezas de estos equipos como la piñonería.

Otro punto crítico son las ventas ambulantes y principalmente aquellas que utilizan equipos de refrigeración.

Annelise Barriga Ramírez/EL PILÓN