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Editorial - 8 mayo, 2018

Con el semáforo en rojo

Entre 45 y 90 segundos en un semáforo de Valledupar son suficientes para aceptar y entender que está ciudad es la cuarta con mayores índices de desempleo en Colombia durante el primer trimestre del presente año. Con un porcentaje de 15.5%, 2.1 más que el año anterior, la capital del Cesar solo es superada por […]

Entre 45 y 90 segundos en un semáforo de Valledupar son suficientes para aceptar y entender que está ciudad es la cuarta con mayores índices de desempleo en Colombia durante el primer trimestre del presente año. Con un porcentaje de 15.5%, 2.1 más que el año anterior, la capital del Cesar solo es superada por Cúcuta con 19.5%, Quibdó con 19.1% y Armenia 16.7%, en materia de desempleo, según un reciente informe del Dane.

La administración municipal endilga parte del freno y retroceso de la empleabilidad, al modelo económico del Plan de Ordenamiento Territorial, POT, aprobado en 2015, porque con este se ha desacelerado el sector de la construcción (uno de los mayores empleadores); las cargas urbanísticas desestimularon a los urbanizadores, lo que se evidencia en que hay menos licencias urbanísticas.

La economía nacional no pasa por su mejor momento. Así se refleja en los semáforos de Valledupar y de la mayoría de las ciudades del país. En el cambio de verde a amarillo, mientras los carros bajan la velocidad para detenerse con la luz roja, empieza una carrera de supervivencia en la que participan limpiavidrios, malabaristas, vendedores de diferentes productos (en su mayoría de contrabando) y algunos venezolanos que solo ofrecen pesar con un cartel acuestas, invocan a la caridad de los conductores y pasajeros.

El retroceso en la empleabilidad lo corroboró el exalcalde y actual viceministro de Empleo y Pensiones, Fredys Socarrás, durante la presentación de las Estrategias de Generación de Ingresos para el Empleo en Territorios Fronterizos, el pasado 26 de abril en la Cámara de Comercio de Valledupar. Sin embargo, recordó que el actual gobierno le deja al país el Servicio Nacional de Empleo que permite democratizar las oportunidades laborales.

En el mismo evento, la directora del Servicio Público de Empleo (SPE), Isabel Cristina De Ávila, reveló que “entre enero y diciembre de 2017, en el departamento del Cesar 8.228 personas encontraron un trabajo formal y digno a través del Servicio Público de Empleo. En este mismo periodo, 45.026 personas accedieron a los servicios de orientación laboral para fortalecer sus capacidades y habilidades para el trabajo que ofrecen las Agencias de Empleo”.

Sin embargo, los semáforos muestran que hay mucho trabajo pendiente para reducir los índices de desocupación. Mientras se espera la luz verde, en los primeros segundos un chorro de agua espumosa se estrella en el parabrisas sin importar que batiendo el índice el chofer desapruebe esa acción, y un golpe en el vidrio de la ventana puede ser el llamado de un vendedor ambulante o de un mendigo, que sin importar el sol ni la lluvia solo esperan un par de monedas para subsistir.

El apesadumbrado panorama no termina allí, si se mira hacia los bulevares y calles principales de Valledupar, son cada día más comunes las ventas ambulantes de comidas que se apoderan de las aceras. No obstante en la ciudad hay desarrollo, se han construido parques y los viejos han sido intervenidos, hay más calles pavimentadas, obras que indudablemente mejoran la calidad de los vallenatos, pero queda faltando porque sigue llegando gente a los semáforos en búsqueda de algunas monedas para saciar el hambre.

Cuando se apaga la luz verde y se enciende la amarilla los vehículos retoman su marcha, pero quienes allí viven del rebusque y al caridad, como en un círculo vicioso, ponen sus esperanzas en el semáforo en rojo.

Editorial
8 mayo, 2018

Con el semáforo en rojo

Entre 45 y 90 segundos en un semáforo de Valledupar son suficientes para aceptar y entender que está ciudad es la cuarta con mayores índices de desempleo en Colombia durante el primer trimestre del presente año. Con un porcentaje de 15.5%, 2.1 más que el año anterior, la capital del Cesar solo es superada por […]


Entre 45 y 90 segundos en un semáforo de Valledupar son suficientes para aceptar y entender que está ciudad es la cuarta con mayores índices de desempleo en Colombia durante el primer trimestre del presente año. Con un porcentaje de 15.5%, 2.1 más que el año anterior, la capital del Cesar solo es superada por Cúcuta con 19.5%, Quibdó con 19.1% y Armenia 16.7%, en materia de desempleo, según un reciente informe del Dane.

La administración municipal endilga parte del freno y retroceso de la empleabilidad, al modelo económico del Plan de Ordenamiento Territorial, POT, aprobado en 2015, porque con este se ha desacelerado el sector de la construcción (uno de los mayores empleadores); las cargas urbanísticas desestimularon a los urbanizadores, lo que se evidencia en que hay menos licencias urbanísticas.

La economía nacional no pasa por su mejor momento. Así se refleja en los semáforos de Valledupar y de la mayoría de las ciudades del país. En el cambio de verde a amarillo, mientras los carros bajan la velocidad para detenerse con la luz roja, empieza una carrera de supervivencia en la que participan limpiavidrios, malabaristas, vendedores de diferentes productos (en su mayoría de contrabando) y algunos venezolanos que solo ofrecen pesar con un cartel acuestas, invocan a la caridad de los conductores y pasajeros.

El retroceso en la empleabilidad lo corroboró el exalcalde y actual viceministro de Empleo y Pensiones, Fredys Socarrás, durante la presentación de las Estrategias de Generación de Ingresos para el Empleo en Territorios Fronterizos, el pasado 26 de abril en la Cámara de Comercio de Valledupar. Sin embargo, recordó que el actual gobierno le deja al país el Servicio Nacional de Empleo que permite democratizar las oportunidades laborales.

En el mismo evento, la directora del Servicio Público de Empleo (SPE), Isabel Cristina De Ávila, reveló que “entre enero y diciembre de 2017, en el departamento del Cesar 8.228 personas encontraron un trabajo formal y digno a través del Servicio Público de Empleo. En este mismo periodo, 45.026 personas accedieron a los servicios de orientación laboral para fortalecer sus capacidades y habilidades para el trabajo que ofrecen las Agencias de Empleo”.

Sin embargo, los semáforos muestran que hay mucho trabajo pendiente para reducir los índices de desocupación. Mientras se espera la luz verde, en los primeros segundos un chorro de agua espumosa se estrella en el parabrisas sin importar que batiendo el índice el chofer desapruebe esa acción, y un golpe en el vidrio de la ventana puede ser el llamado de un vendedor ambulante o de un mendigo, que sin importar el sol ni la lluvia solo esperan un par de monedas para subsistir.

El apesadumbrado panorama no termina allí, si se mira hacia los bulevares y calles principales de Valledupar, son cada día más comunes las ventas ambulantes de comidas que se apoderan de las aceras. No obstante en la ciudad hay desarrollo, se han construido parques y los viejos han sido intervenidos, hay más calles pavimentadas, obras que indudablemente mejoran la calidad de los vallenatos, pero queda faltando porque sigue llegando gente a los semáforos en búsqueda de algunas monedas para saciar el hambre.

Cuando se apaga la luz verde y se enciende la amarilla los vehículos retoman su marcha, pero quienes allí viven del rebusque y al caridad, como en un círculo vicioso, ponen sus esperanzas en el semáforo en rojo.