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Columnista - 23 diciembre, 2017

Colombia, país paranoico

Los colombianos estamos viviendo un verdadero estado de paranoia exacerbado por la temporada electoral que tomó forma con la inscripción de las listas al Congreso y con la designación del que dijo Uribe. El discurso en estas elecciones del 2018 está marcado por la amenaza castrochavista, esta palabra se refiere al modelo de gobierno venezolano […]

Los colombianos estamos viviendo un verdadero estado de paranoia exacerbado por la temporada electoral que tomó forma con la inscripción de las listas al Congreso y con la designación del que dijo Uribe. El discurso en estas elecciones del 2018 está marcado por la amenaza castrochavista, esta palabra se refiere al modelo de gobierno venezolano que cuenta con una profunda influencia del régimen impuesto en Cuba por los hermanos Fidel y Raúl Castro; sin embargo, desde que iniciaron los diálogos con las Farc se utilizó este término para crear una atmosfera de temor y nerviosismo alrededor del proceso de paz.

Hoy en día todo en este país pasa por el castrochavismo, lo que muchos quieren escuchar en los discursos de los presidenciables es que manifiesten casi que en forma de juramento su rechazo al castrochavismo y hasta tildan a Santos de comunista ¿Juan Manuel Santos comunista? en este país no existe un fiel representante de la oligarquía y el establishment tan genuino como el actual presidente, recuerden que Santos en ningún momento se opuso a los tratados de Libre Comercio que negociaron en el gobierno de Alvaro Uribe Vélez, tampoco puede ser muestra de comunismo promover la venta de empresas como Isagen, así sea para impulsar las vías 4G, mucho menos proceder a la destitución del alcalde Petro por orden de la medieval procuraduría de Ordoñez a pesar de las medidas cautelares proferidas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Le prestamos atención a las mentiras y distractores que algunos usan para su conveniencia, para alinearse a una causa política o complacer a determinado líder político. Sentencias como la emitida por un Juez de Bogotá que ordena incluir en el lema de la administración distrital la palabra “todas” en cumplimiento de eso que llaman hoy el lenguaje incluyente excitan esa paranoia; para ser sincero un juez que se tome la molestia de fallar una acción de cumplimiento para semejante propósito es un funcionario judicial que al parecer no tiene asuntos de mayor relevancia en su despacho, este es uno de esos casos en los que se utilizan las acciones constitucionales para cosas absolutamente distintas para las cuales fueron creadas como ocurre con la prostituida acción de tutela que para lo único que hace falta es para que con ella cobren una letra de cambio; pero tampoco se puede asumir que eso fue parte de esa estrategia de la izquierda y del gobierno colombiano en su progresiva campaña de implementar en Colombia el modelo venezolano, a lo mucho que puede llegar este episodio es a los desvaríos de un juez distraído y de un accionante con deseos protagónicos.

No hace falta elegir en el 2018 un presidente castrochavista, ese modelo en Colombia lleva años implementándose incluso en los tiempos de la seguridad democrática, vaya y pida atención en Coomeva frente al colegio Instpecam, mire la educación en los colegios públicos, observe una Asamblea departamental y el Concejo municipal dormidos en una dañina unanimidad, donde los debates más importantes solo se presentan cuando escogen nuevo presidente, mire la vía de la prosperidad en el Magdalena, Reficar, Odebrecht, chuzadas, homicidios de líderes indígenas y sociales, Electricaribe con sus elevadas tarifas, etc.

La paranoia no puede ser el motivo que nos lleve a votar en las próximas elecciones, son las propuestas que atiendan los problemas históricos que padece nuestra sociedad, la única manera de mirar con objetividad cada uno de los candidatos, porque nuestro sistema de salud, educación, servicios públicos y la corrupción en nuestras instituciones llevan décadas de manejo castrochavista.

Columnista
23 diciembre, 2017

Colombia, país paranoico

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Carlos Andrés Añez Maestre

Los colombianos estamos viviendo un verdadero estado de paranoia exacerbado por la temporada electoral que tomó forma con la inscripción de las listas al Congreso y con la designación del que dijo Uribe. El discurso en estas elecciones del 2018 está marcado por la amenaza castrochavista, esta palabra se refiere al modelo de gobierno venezolano […]


Los colombianos estamos viviendo un verdadero estado de paranoia exacerbado por la temporada electoral que tomó forma con la inscripción de las listas al Congreso y con la designación del que dijo Uribe. El discurso en estas elecciones del 2018 está marcado por la amenaza castrochavista, esta palabra se refiere al modelo de gobierno venezolano que cuenta con una profunda influencia del régimen impuesto en Cuba por los hermanos Fidel y Raúl Castro; sin embargo, desde que iniciaron los diálogos con las Farc se utilizó este término para crear una atmosfera de temor y nerviosismo alrededor del proceso de paz.

Hoy en día todo en este país pasa por el castrochavismo, lo que muchos quieren escuchar en los discursos de los presidenciables es que manifiesten casi que en forma de juramento su rechazo al castrochavismo y hasta tildan a Santos de comunista ¿Juan Manuel Santos comunista? en este país no existe un fiel representante de la oligarquía y el establishment tan genuino como el actual presidente, recuerden que Santos en ningún momento se opuso a los tratados de Libre Comercio que negociaron en el gobierno de Alvaro Uribe Vélez, tampoco puede ser muestra de comunismo promover la venta de empresas como Isagen, así sea para impulsar las vías 4G, mucho menos proceder a la destitución del alcalde Petro por orden de la medieval procuraduría de Ordoñez a pesar de las medidas cautelares proferidas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Le prestamos atención a las mentiras y distractores que algunos usan para su conveniencia, para alinearse a una causa política o complacer a determinado líder político. Sentencias como la emitida por un Juez de Bogotá que ordena incluir en el lema de la administración distrital la palabra “todas” en cumplimiento de eso que llaman hoy el lenguaje incluyente excitan esa paranoia; para ser sincero un juez que se tome la molestia de fallar una acción de cumplimiento para semejante propósito es un funcionario judicial que al parecer no tiene asuntos de mayor relevancia en su despacho, este es uno de esos casos en los que se utilizan las acciones constitucionales para cosas absolutamente distintas para las cuales fueron creadas como ocurre con la prostituida acción de tutela que para lo único que hace falta es para que con ella cobren una letra de cambio; pero tampoco se puede asumir que eso fue parte de esa estrategia de la izquierda y del gobierno colombiano en su progresiva campaña de implementar en Colombia el modelo venezolano, a lo mucho que puede llegar este episodio es a los desvaríos de un juez distraído y de un accionante con deseos protagónicos.

No hace falta elegir en el 2018 un presidente castrochavista, ese modelo en Colombia lleva años implementándose incluso en los tiempos de la seguridad democrática, vaya y pida atención en Coomeva frente al colegio Instpecam, mire la educación en los colegios públicos, observe una Asamblea departamental y el Concejo municipal dormidos en una dañina unanimidad, donde los debates más importantes solo se presentan cuando escogen nuevo presidente, mire la vía de la prosperidad en el Magdalena, Reficar, Odebrecht, chuzadas, homicidios de líderes indígenas y sociales, Electricaribe con sus elevadas tarifas, etc.

La paranoia no puede ser el motivo que nos lleve a votar en las próximas elecciones, son las propuestas que atiendan los problemas históricos que padece nuestra sociedad, la única manera de mirar con objetividad cada uno de los candidatos, porque nuestro sistema de salud, educación, servicios públicos y la corrupción en nuestras instituciones llevan décadas de manejo castrochavista.