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Columnista - 24 junio, 2017

“Ciudad de los mangos reyes de Valledupar”

Valledupar debe sacudirse de esa popular denominación con las que nos identifican muchos: “El Valle de Old Parr” no podemos negar nuestra estirpe parrandera y de consumidores de ese escocés que hasta como elixir de la longevidad catalogan y el cual según cuentan tan conocido en esta ciudad, que fue donde inicialmente se popularizó su […]

Valledupar debe sacudirse de esa popular denominación con las que nos identifican muchos: “El Valle de Old Parr” no podemos negar nuestra estirpe parrandera y de consumidores de ese escocés que hasta como elixir de la longevidad catalogan y el cual según cuentan tan conocido en esta ciudad, que fue donde inicialmente se popularizó su consumo haciendo metástasis en Colombia y el Caribe, llegando al extremo de ser más distinguido aquí que en el mismo continente europeo donde están sus destiladoras, sencillamente porque aquí se bebe a cantaros y debe ser medido en hectolitros. Pero hay algo que nos caracteriza y que quizás a fuerza de costumbre dejamos pasar desapercibido, y es la increíble cantidad de árboles de mangos que hay en nuestra ciudad y sus corregimientos.

A raíz del nuevo Código de Policía se les puso freno a los abusos de los “mangueros”, un número considerable de este gremio cometía arbitrariedades en pos de su recolección, llegando incluso a meterse en patios ajenos sin pedir permiso, muchas veces llevándose no solo los mangos sino alguna otra cosa de valor que allí encontraran, en otras ocasiones protagonizando peleas con algunos de los propietarios de los árboles, quienes viendo cómo se robaban sus frutos salían a reclamar, muchas veces siendo amenazados o agredidos, pero no podemos generalizar pues en algunas ocasiones, estos muchachos con unas ganas inmensas de trabajar y ganarse el sustento, si muy decentemente pedían permiso para hacer su labor como debe ser. Hoy día veo los árboles cargados y también cosechas enteras tiradas en el suelo, lo cual me preocupa, porque no es justo que esa fruta se pierda.

En Colombia estamos acostumbrados a darle solución a algunos problemas, pero creando otros, es decir solo aplicamos pañitos de agua tibia y esa no es la idea. En países como Paraguay el mango se convirtió en un problema, en Asunción al igual que en Valledupar, se comenzaron a sembrar numerosos árboles de mango para crear sombra y teniendo en cuenta que un árbol puede producir hasta dos toneladas de fruta, ante la abundancia llegó el momento que la fruta perdió su encanto y hoy día es sinónimo de basura, por eso incluso hay hasta unos “mangomoviles” los cuales son camiones recolectores de desechos destinados exclusivamente a recoger toneladas de esta fruta desechada.

¿Por qué las autoridades no hacen lo posible por organizar al gremio informal de mangueros? comenzando por identificarlos, carnetizarlos, uniformarlos y crear un verdadero centro de acopio donde esta fruta pueda ser comercializada a una despulpadora local, (previamente conformada) y fabricar productos de consumo masivo genéricos o no como: dulces, concentrados, conservas, mermeladas, jugos, etc.

Y lo desechado podría ser vendido a criaderos porcícolas o avícolas. Los productos derivados del mango podrían ser genéricos, para comercializarlos a empresas con una gran trayectoria o en su defecto crear una marca local, generar empleo, emprendimiento y formar empresa. Sé que no es fácil, pero tenemos la materia prima, tenemos el talento y sobre todo se necesitan generar fuentes de empleo, ignoro si quienes comercializan esta fruta, lo hacen con previo procesamiento o prefabricados, o simplemente distribuyen la fruta, pero ante la demanda de estos productos tanto en la ciudad como en sus alrededores no es descabellada la idea de crear una fábrica especializada en el manejo del mango, incluso procesándolo y enlatándolo.

Sé que hay muchos empresarios innovadores, gente de bien que iniciaron con furor la siembra de mango para exportar, y que hoy día no están trabajando en ese negocio o simplemente lo hacen a media marcha; ellos además de la experiencia deben tener insumos o equipos, les dejo esa inquietud, pensar en un negocio local, con miras a expandirse.

Columnista
24 junio, 2017

“Ciudad de los mangos reyes de Valledupar”

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Julio Mario Celedon

Valledupar debe sacudirse de esa popular denominación con las que nos identifican muchos: “El Valle de Old Parr” no podemos negar nuestra estirpe parrandera y de consumidores de ese escocés que hasta como elixir de la longevidad catalogan y el cual según cuentan tan conocido en esta ciudad, que fue donde inicialmente se popularizó su […]


Valledupar debe sacudirse de esa popular denominación con las que nos identifican muchos: “El Valle de Old Parr” no podemos negar nuestra estirpe parrandera y de consumidores de ese escocés que hasta como elixir de la longevidad catalogan y el cual según cuentan tan conocido en esta ciudad, que fue donde inicialmente se popularizó su consumo haciendo metástasis en Colombia y el Caribe, llegando al extremo de ser más distinguido aquí que en el mismo continente europeo donde están sus destiladoras, sencillamente porque aquí se bebe a cantaros y debe ser medido en hectolitros. Pero hay algo que nos caracteriza y que quizás a fuerza de costumbre dejamos pasar desapercibido, y es la increíble cantidad de árboles de mangos que hay en nuestra ciudad y sus corregimientos.

A raíz del nuevo Código de Policía se les puso freno a los abusos de los “mangueros”, un número considerable de este gremio cometía arbitrariedades en pos de su recolección, llegando incluso a meterse en patios ajenos sin pedir permiso, muchas veces llevándose no solo los mangos sino alguna otra cosa de valor que allí encontraran, en otras ocasiones protagonizando peleas con algunos de los propietarios de los árboles, quienes viendo cómo se robaban sus frutos salían a reclamar, muchas veces siendo amenazados o agredidos, pero no podemos generalizar pues en algunas ocasiones, estos muchachos con unas ganas inmensas de trabajar y ganarse el sustento, si muy decentemente pedían permiso para hacer su labor como debe ser. Hoy día veo los árboles cargados y también cosechas enteras tiradas en el suelo, lo cual me preocupa, porque no es justo que esa fruta se pierda.

En Colombia estamos acostumbrados a darle solución a algunos problemas, pero creando otros, es decir solo aplicamos pañitos de agua tibia y esa no es la idea. En países como Paraguay el mango se convirtió en un problema, en Asunción al igual que en Valledupar, se comenzaron a sembrar numerosos árboles de mango para crear sombra y teniendo en cuenta que un árbol puede producir hasta dos toneladas de fruta, ante la abundancia llegó el momento que la fruta perdió su encanto y hoy día es sinónimo de basura, por eso incluso hay hasta unos “mangomoviles” los cuales son camiones recolectores de desechos destinados exclusivamente a recoger toneladas de esta fruta desechada.

¿Por qué las autoridades no hacen lo posible por organizar al gremio informal de mangueros? comenzando por identificarlos, carnetizarlos, uniformarlos y crear un verdadero centro de acopio donde esta fruta pueda ser comercializada a una despulpadora local, (previamente conformada) y fabricar productos de consumo masivo genéricos o no como: dulces, concentrados, conservas, mermeladas, jugos, etc.

Y lo desechado podría ser vendido a criaderos porcícolas o avícolas. Los productos derivados del mango podrían ser genéricos, para comercializarlos a empresas con una gran trayectoria o en su defecto crear una marca local, generar empleo, emprendimiento y formar empresa. Sé que no es fácil, pero tenemos la materia prima, tenemos el talento y sobre todo se necesitan generar fuentes de empleo, ignoro si quienes comercializan esta fruta, lo hacen con previo procesamiento o prefabricados, o simplemente distribuyen la fruta, pero ante la demanda de estos productos tanto en la ciudad como en sus alrededores no es descabellada la idea de crear una fábrica especializada en el manejo del mango, incluso procesándolo y enlatándolo.

Sé que hay muchos empresarios innovadores, gente de bien que iniciaron con furor la siembra de mango para exportar, y que hoy día no están trabajando en ese negocio o simplemente lo hacen a media marcha; ellos además de la experiencia deben tener insumos o equipos, les dejo esa inquietud, pensar en un negocio local, con miras a expandirse.