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Columnista - 2 marzo, 2017

Ciencia y tecnología en Colombia, un imposible

En materia de calidad en la educación todos los gobiernos de Colombia han tenido poca coherencia y el actual no es la excepción. Santos anunció que en el 2025 seríamos una potencia educativa; sin embargo, sus políticas dicen lo contrario, no hemos superado las consignas de la colonia española; ante la súplica para que Morillo […]

En materia de calidad en la educación todos los gobiernos de Colombia han tenido poca coherencia y el actual no es la excepción. Santos anunció que en el 2025 seríamos una potencia educativa; sin embargo, sus políticas dicen lo contrario, no hemos superado las consignas de la colonia española; ante la súplica para que Morillo no fusilara al sabio Caldas, aquel respondió que “España no necesita sabios”. Igual ocurre ahora; el país tiene más pillos que pilos. Se creyó que con la creación del Fondo de Ciencia y Tecnología alimentado con las regalías (10% de estas para este fondo), Colciencias y la Investigación más Desarrollo en el país arrancarían y que en los OCAD, serían los científicos los que evaluarían los tipos de proyectos a financiar y no los políticos, pero no es así.

Financiar un doctorado se volvió una hazaña. Y la masa crítica es que un país gradúe, por lo menos, 35 doctores por millón de habitantes por año para que pueda desarrollarse; Colombia gradúa 5.6 mientras que Brasil lo hace con 63, Chile y Argentina con 23; la media latinoamericana es de 20. ¿Cuánto gastamos en Investigación y Desarrollo? Hoy solo el 0.19% de nuestro PIB, equivalente a 1.6 mil millones de pesos. Brasil invierte 1.2% y la empobrecida Cuba, 0.47%, 2.5 veces lo que invierte Colombia. En el Brasil se hace más de la mitad de la inversión en investigación y desarrollo de Latinoamérica y allá las universidades más prestigiosas son las públicas. La meta presidencial fijada por el presidente Santos para el año 2025, es una ilusión demagógica; lo primero es cambiar el modelo pedagógico.

Por su lado, Israel, un estado del tamaño del Cesar, casi todo desértico, un paria de la naturaleza, invierte 4.1% del PIB en I+D, (UNESCO). Por eso ostentan el honroso puesto de tener más de la tercera parte de los Nobeles en medicina y casi la tercera en física. Mientras tanto, la República de Corea invierte el 4.3% del PIB. Esto le ha permitido a Corea del Sur ser hoy la 11ª economía del mundo. ¡Qué vergüenza para Colombia! Colciencias es la cenicienta en temas presupuestales y como si fuera poco, ahora gran parte de sus recursos se destinarán a la construcción de vías terciarias según directivas del gobierno nacional, que si bien son necesarias, no es sacrificando el motor del crecimiento; “el niño que es llorón y la mamá que lo pellizca”. Según la Organización Mundial de Propiedad Industrial (Ompi), en el 2013 ningún país de Latinoamérica figura dentro de los primeros 20 que solicitan patentes. El país se encuentra por debajo de Brasil, Perú, Chile y Argentina en materia de patentes y la mayoría de ellas, a nivel nacional, se las otorgan a multinacionales.

Para el próximo debate electoral, quien no tenga una propuesta estructurada para el sector educación, no merece ser candidato a la presidencia de la República, así de sencillo. E igualmente, quien no la tenga sobre medio ambiente. De ahora en adelante, estas dos variables afectarán transversalmente todas las líneas del saber y de la economía.

Por Luis Napoleón de Armas P.

[email protected]

Columnista
2 marzo, 2017

Ciencia y tecnología en Colombia, un imposible

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Napoleón de Armas P.

En materia de calidad en la educación todos los gobiernos de Colombia han tenido poca coherencia y el actual no es la excepción. Santos anunció que en el 2025 seríamos una potencia educativa; sin embargo, sus políticas dicen lo contrario, no hemos superado las consignas de la colonia española; ante la súplica para que Morillo […]


En materia de calidad en la educación todos los gobiernos de Colombia han tenido poca coherencia y el actual no es la excepción. Santos anunció que en el 2025 seríamos una potencia educativa; sin embargo, sus políticas dicen lo contrario, no hemos superado las consignas de la colonia española; ante la súplica para que Morillo no fusilara al sabio Caldas, aquel respondió que “España no necesita sabios”. Igual ocurre ahora; el país tiene más pillos que pilos. Se creyó que con la creación del Fondo de Ciencia y Tecnología alimentado con las regalías (10% de estas para este fondo), Colciencias y la Investigación más Desarrollo en el país arrancarían y que en los OCAD, serían los científicos los que evaluarían los tipos de proyectos a financiar y no los políticos, pero no es así.

Financiar un doctorado se volvió una hazaña. Y la masa crítica es que un país gradúe, por lo menos, 35 doctores por millón de habitantes por año para que pueda desarrollarse; Colombia gradúa 5.6 mientras que Brasil lo hace con 63, Chile y Argentina con 23; la media latinoamericana es de 20. ¿Cuánto gastamos en Investigación y Desarrollo? Hoy solo el 0.19% de nuestro PIB, equivalente a 1.6 mil millones de pesos. Brasil invierte 1.2% y la empobrecida Cuba, 0.47%, 2.5 veces lo que invierte Colombia. En el Brasil se hace más de la mitad de la inversión en investigación y desarrollo de Latinoamérica y allá las universidades más prestigiosas son las públicas. La meta presidencial fijada por el presidente Santos para el año 2025, es una ilusión demagógica; lo primero es cambiar el modelo pedagógico.

Por su lado, Israel, un estado del tamaño del Cesar, casi todo desértico, un paria de la naturaleza, invierte 4.1% del PIB en I+D, (UNESCO). Por eso ostentan el honroso puesto de tener más de la tercera parte de los Nobeles en medicina y casi la tercera en física. Mientras tanto, la República de Corea invierte el 4.3% del PIB. Esto le ha permitido a Corea del Sur ser hoy la 11ª economía del mundo. ¡Qué vergüenza para Colombia! Colciencias es la cenicienta en temas presupuestales y como si fuera poco, ahora gran parte de sus recursos se destinarán a la construcción de vías terciarias según directivas del gobierno nacional, que si bien son necesarias, no es sacrificando el motor del crecimiento; “el niño que es llorón y la mamá que lo pellizca”. Según la Organización Mundial de Propiedad Industrial (Ompi), en el 2013 ningún país de Latinoamérica figura dentro de los primeros 20 que solicitan patentes. El país se encuentra por debajo de Brasil, Perú, Chile y Argentina en materia de patentes y la mayoría de ellas, a nivel nacional, se las otorgan a multinacionales.

Para el próximo debate electoral, quien no tenga una propuesta estructurada para el sector educación, no merece ser candidato a la presidencia de la República, así de sencillo. E igualmente, quien no la tenga sobre medio ambiente. De ahora en adelante, estas dos variables afectarán transversalmente todas las líneas del saber y de la economía.

Por Luis Napoleón de Armas P.

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