Durante tres días las danzas tradicionales y tamboras alegraron a la población de Chimichagua, durante la versión número 20 del Festival Nacional que año tras año se hace con el fin de mantener viva la tradición de la tierra de la piragua.

Del 1 al 3 de julio, 20 grupos de danzas y 15 de tamboras, provenientes desde distintos puntos del país se dieron cita en la plaza Santander, tarima Camilo Namén, de esta población, para dar a conocer su trabajo al público y al jurado que integraron Víctor Hugo Guzmán Lengua, Henry Díaz Moreno y Gary Julio Guzmán.

Este año el evento se realizó en homenaje al docente y creador del Festival Nacional de Danzas y Tamboras, Trino Flórez Salas, quien agradeció los reconocimientos y contó detalles del proceso que convirtió al evento con el paso de los años en Patrimonio Cultural del Cesar.

Ganadores

El jurado después de ver el desempeño de los distintos grupos de danzas y tamboras, dio como ganadores al grupo Macondo de la Universidad Industrial de Santander de Bucaramanga que dirige el maestro Nicolás Maestre Martínez, en la categoría de Danzas.

En segundo lugar se ubicó el grupo Pintoresco de Ciénaga, Magdalena y en tercero el grupo Casa de la Cultura de Tocancipá, Cundinamarca.

En la categoría de Tamboras el ganador fue el grupo San Marcos, de El Paso, dirigido por César Botero; en segundo lugar el grupo Chandé de Gamarra y en tercera posición, Los hijos de Chaulo de Tamalameque.

En cuanto al concurso donde se premia la más bonita y mejor bailadora entre las participantes de los grupos de danzas y tambora, y que promueve el periodista Juan Rincón Vanegas, la ganadora fue la joven Francia Oliveros Dávila, del grupo Ballet Folclórico de Curumaní.

Al finalizar, el presidente del certamen folclórico, José Manuel Ahumada Acuña, entregó un parte positivo porque este año se tuvo una gran cantidad de grupos participantes, numerosa afluencia de visitantes, y se le rindió el más grande homenaje al gestor cultural Trino Flórez Salas.

Del 1 al 3 de julio, 20 grupos de danzas y 15 de tamboras, se dieron cita en Chimichagua con el fin de mantener la tradición cultural de un evento que se convirtió en Patrimonio del Cesar.