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Columnista - 29 julio, 2010

Cesar 2032 y la Loperena.

DOS PUNTOS Por: Germán Piedrahíta R. Continúan las mesas de trabajo en las que un grupo de cesarenses dejan volar sus sueños en busca de un futuro promisorio. La revisión de nuestro árbol desde un pasado no muy lejano para tratar de avizorar un follaje que pueda acoger a las más bellas aves del paraíso […]

DOS PUNTOS

Por: Germán Piedrahíta R.

Continúan las mesas de trabajo en las que un grupo de cesarenses dejan volar sus sueños en busca de un futuro promisorio.
La revisión de nuestro árbol desde un pasado no muy lejano para tratar de avizorar un follaje que pueda acoger a las más bellas aves del paraíso vallenato.
En la biblioteca de la Universidad del Área Andina escuchamos las reminiscencias de lo sociocultural recordando nuestra diversidad étnica, solidaria, arraigada  a sus costumbres, pero invisible para el resto del país. Con deficiencias en la educación, en la tecnología, en el número de centros educativos superiores y con un régimen de caciquismo, en lo político.
El Cesar producía arroz, sorgo, ajonjolí y estalló con el algodón, recibiendo las migraciones interioranas que se convierten en el factor de cambio para una nueva estructura socioeconómica que impulsa lo cultural y con la Constitución del 91 nos lleva a otra forma de afrontar la política y un naciente Ministerio de Cultura para direccionar los sentires y expresiones de manera más autónoma.

Lo anterior nos deja un presente donde ya somos reconocidos  nacional e internacionalmente, valorada la parte indígena y negra. Crecen los centros educativos, manejamos las nuevas tecnologías  y la voluntad del pueblo nos lleva un gobierno con una mayor inclusión de sectores políticos  y sociales que antes eran repudiados o por lo menos negados.
Si hace veinticinco años se respaldaba a los acordeoneros  para su participación en el Festival, hoy, siendo la mejor muestra socioeconómica y cultural, los músicos invierten su tiempo y dinero para subir a la tarima.
¿Y soñamos? Sí, un Cesar abiertamente democrático, incluyente y con un decidido camino hacia el desarrollo sociocultural aplicando al máximo las nuevas tecnologías, reforzando la educación  desde la cuna hasta la profesionalización e impulsando la música, las artes y el turismo para desembocar en un futuro con una cultura productiva.
El futuro no nos debe alcanzar  sin recoger los frutos de éstos años y de lo que debemos seguir sembrando como es el caso de éstos insumos, o de las mesas Cesar 2032, para el uso de todos aquellos que desean el cambio desde la actividad política . Ya están los documentos, ¿por lo menos los pedirán?.
– María Concepción Loperena Ustáriz de Fernández de Castro, ¿quién fue? No es atacando a los historiadores que llaman la atención, no es ensalzando  lo escrito por romanticismo sino demostrando con documentos  la verdad de lo puesto en duda.
No es la primera vez que se toca el tema y ya que estamos en el Bicentenario es  saludable  para todos los cesarenses y valduparenses y la historia, que los documentos  que dicen sus deudos tener en su poder  sean mostrados, que lo dicho por el investigador Tomás Darío Gutiérrez, de haber visto, tenido y enviado a revisión documentos originales, nos enseñe la certificación del experto que muy seguramente debió enviar con la respuesta sobre la legalidad de lo analizado. Y repito una vieja solicitud, salgamos de dudas para el bien de la historia, de los que repetimos, enseñamos y defendemos un hecho que sigue siendo paradigma, pero que ante las dudas planteadas éstas deben ser dilucidadas por el medio más lógico y real: mostremos los documentos, cartas, testamentos, certificados, notas, enviémoslos a los expertos para certificar su legalidad  en el Archivo General, en Patrimonio y ya con las respuestas en la mano podremos exigir, ya no a nuestros historiadores,  sino a la historia nacional,  el reconocimiento del país a la heroína vallenata y su inclusión  en las páginas del pasado glorioso de nuestro país.
No denigremos de los que dudan, seamos correctos  y probemos que las dudas eran infundadas. Lo merece la historia, la Loperena y la verdad.
– Invitamos a las dos muestras en el Centro Comercial Guatapurí, una sobre el Bicentenario y la gigantesca de los dinosaurios.

[email protected]

PD_ ¿Cómo hace la guerrilla para salir de Venezuela, atacar poblaciones a 50 o más kilómetros de ella en Colombia y regresar a Venezuela sin que sea detectada por nuestros militares? ¿Vuelan? ¿Supermanes?

Columnista
29 julio, 2010

Cesar 2032 y la Loperena.

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Germán Piedrahíta R.

DOS PUNTOS Por: Germán Piedrahíta R. Continúan las mesas de trabajo en las que un grupo de cesarenses dejan volar sus sueños en busca de un futuro promisorio. La revisión de nuestro árbol desde un pasado no muy lejano para tratar de avizorar un follaje que pueda acoger a las más bellas aves del paraíso […]


DOS PUNTOS

Por: Germán Piedrahíta R.

Continúan las mesas de trabajo en las que un grupo de cesarenses dejan volar sus sueños en busca de un futuro promisorio.
La revisión de nuestro árbol desde un pasado no muy lejano para tratar de avizorar un follaje que pueda acoger a las más bellas aves del paraíso vallenato.
En la biblioteca de la Universidad del Área Andina escuchamos las reminiscencias de lo sociocultural recordando nuestra diversidad étnica, solidaria, arraigada  a sus costumbres, pero invisible para el resto del país. Con deficiencias en la educación, en la tecnología, en el número de centros educativos superiores y con un régimen de caciquismo, en lo político.
El Cesar producía arroz, sorgo, ajonjolí y estalló con el algodón, recibiendo las migraciones interioranas que se convierten en el factor de cambio para una nueva estructura socioeconómica que impulsa lo cultural y con la Constitución del 91 nos lleva a otra forma de afrontar la política y un naciente Ministerio de Cultura para direccionar los sentires y expresiones de manera más autónoma.

Lo anterior nos deja un presente donde ya somos reconocidos  nacional e internacionalmente, valorada la parte indígena y negra. Crecen los centros educativos, manejamos las nuevas tecnologías  y la voluntad del pueblo nos lleva un gobierno con una mayor inclusión de sectores políticos  y sociales que antes eran repudiados o por lo menos negados.
Si hace veinticinco años se respaldaba a los acordeoneros  para su participación en el Festival, hoy, siendo la mejor muestra socioeconómica y cultural, los músicos invierten su tiempo y dinero para subir a la tarima.
¿Y soñamos? Sí, un Cesar abiertamente democrático, incluyente y con un decidido camino hacia el desarrollo sociocultural aplicando al máximo las nuevas tecnologías, reforzando la educación  desde la cuna hasta la profesionalización e impulsando la música, las artes y el turismo para desembocar en un futuro con una cultura productiva.
El futuro no nos debe alcanzar  sin recoger los frutos de éstos años y de lo que debemos seguir sembrando como es el caso de éstos insumos, o de las mesas Cesar 2032, para el uso de todos aquellos que desean el cambio desde la actividad política . Ya están los documentos, ¿por lo menos los pedirán?.
– María Concepción Loperena Ustáriz de Fernández de Castro, ¿quién fue? No es atacando a los historiadores que llaman la atención, no es ensalzando  lo escrito por romanticismo sino demostrando con documentos  la verdad de lo puesto en duda.
No es la primera vez que se toca el tema y ya que estamos en el Bicentenario es  saludable  para todos los cesarenses y valduparenses y la historia, que los documentos  que dicen sus deudos tener en su poder  sean mostrados, que lo dicho por el investigador Tomás Darío Gutiérrez, de haber visto, tenido y enviado a revisión documentos originales, nos enseñe la certificación del experto que muy seguramente debió enviar con la respuesta sobre la legalidad de lo analizado. Y repito una vieja solicitud, salgamos de dudas para el bien de la historia, de los que repetimos, enseñamos y defendemos un hecho que sigue siendo paradigma, pero que ante las dudas planteadas éstas deben ser dilucidadas por el medio más lógico y real: mostremos los documentos, cartas, testamentos, certificados, notas, enviémoslos a los expertos para certificar su legalidad  en el Archivo General, en Patrimonio y ya con las respuestas en la mano podremos exigir, ya no a nuestros historiadores,  sino a la historia nacional,  el reconocimiento del país a la heroína vallenata y su inclusión  en las páginas del pasado glorioso de nuestro país.
No denigremos de los que dudan, seamos correctos  y probemos que las dudas eran infundadas. Lo merece la historia, la Loperena y la verdad.
– Invitamos a las dos muestras en el Centro Comercial Guatapurí, una sobre el Bicentenario y la gigantesca de los dinosaurios.

[email protected]

PD_ ¿Cómo hace la guerrilla para salir de Venezuela, atacar poblaciones a 50 o más kilómetros de ella en Colombia y regresar a Venezuela sin que sea detectada por nuestros militares? ¿Vuelan? ¿Supermanes?