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Columnista - 22 marzo, 2018

Censo en las urnas, como en la vecindad

Grave la denuncia que hace el escritor y periodista Gustavo Álvarez Gardeazabal en su columna titulada ‘Empadronamiento ideológico’, publicada el 14 de marzo en El Jodario, su sitio de internet y replicada por el diario ADN donde es columnista. También el caricaturista del periódico El Tiempo, Julio César González, conocido como Matador, en un mensaje […]

Grave la denuncia que hace el escritor y periodista Gustavo Álvarez Gardeazabal en su columna titulada ‘Empadronamiento ideológico’, publicada el 14 de marzo en El Jodario, su sitio de internet y replicada por el diario ADN donde es columnista. También el caricaturista del periódico El Tiempo, Julio César González, conocido como Matador, en un mensaje por redes sociales categoriza como muy grave el hecho de que los sufragantes, de una u otra consulta, quedaran reseñados en los formularios E 11, diligenciados en las mesas de votación por los jurados, como seguidores de una de las dos vertientes ideológicas, que sometieron a sus precandidatos presidenciales a la consulta.

Si hacemos memoria, infortunadamente una práctica social en desuso, encontramos que en el siglo XX por ejemplo, pintarse el dedo de algún color luego de atender el deber civil de elegir, era peligroso para la vida propia o de las personas cercanas. Más atrás, si de escarbar se trata, las “cédulas” rojas o azules representaban también la diferencia entre vivir o partir hacia el más allá. Ahora bien, si observamos con menor rigor trágico el censo al que nos vimos sometidos, sin tener conocimiento de que fuera así, quienes votamos las consultas encontramos dos elementos preocupantes: uno inconstitucional pues el voto es secreto, y otro de índole administrativo, porque se confeccionó una posible herramienta que permitiría descartar a ciertos documentos de identidad en caso por ejemplo de un concurso público.

Fotocopias, empadronamiento, compra de votos, estrategias que representan la bajeza a la que llegó nuestro sistema político y electoral. Considero que necesitamos una nueva forma de elegir a nuestros representantes, el conteo de votos no infunde confianza desde la década del setenta, ahora, al sumar estos desatinos nos da como resultado que Colombia no es la democracia que muchos aseguran; se parece más a lo que sucede en la vecindad.

El Registrador Nacional en su escritorio, los medios en silencio; son muy pocos los protagonistas de la vida pública que se refirieron a este hecho y el pueblo sigue a ciegas el camino que marca el mejor postor.

Columnista
22 marzo, 2018

Censo en las urnas, como en la vecindad

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Alexander Moreno Suarez

Grave la denuncia que hace el escritor y periodista Gustavo Álvarez Gardeazabal en su columna titulada ‘Empadronamiento ideológico’, publicada el 14 de marzo en El Jodario, su sitio de internet y replicada por el diario ADN donde es columnista. También el caricaturista del periódico El Tiempo, Julio César González, conocido como Matador, en un mensaje […]


Grave la denuncia que hace el escritor y periodista Gustavo Álvarez Gardeazabal en su columna titulada ‘Empadronamiento ideológico’, publicada el 14 de marzo en El Jodario, su sitio de internet y replicada por el diario ADN donde es columnista. También el caricaturista del periódico El Tiempo, Julio César González, conocido como Matador, en un mensaje por redes sociales categoriza como muy grave el hecho de que los sufragantes, de una u otra consulta, quedaran reseñados en los formularios E 11, diligenciados en las mesas de votación por los jurados, como seguidores de una de las dos vertientes ideológicas, que sometieron a sus precandidatos presidenciales a la consulta.

Si hacemos memoria, infortunadamente una práctica social en desuso, encontramos que en el siglo XX por ejemplo, pintarse el dedo de algún color luego de atender el deber civil de elegir, era peligroso para la vida propia o de las personas cercanas. Más atrás, si de escarbar se trata, las “cédulas” rojas o azules representaban también la diferencia entre vivir o partir hacia el más allá. Ahora bien, si observamos con menor rigor trágico el censo al que nos vimos sometidos, sin tener conocimiento de que fuera así, quienes votamos las consultas encontramos dos elementos preocupantes: uno inconstitucional pues el voto es secreto, y otro de índole administrativo, porque se confeccionó una posible herramienta que permitiría descartar a ciertos documentos de identidad en caso por ejemplo de un concurso público.

Fotocopias, empadronamiento, compra de votos, estrategias que representan la bajeza a la que llegó nuestro sistema político y electoral. Considero que necesitamos una nueva forma de elegir a nuestros representantes, el conteo de votos no infunde confianza desde la década del setenta, ahora, al sumar estos desatinos nos da como resultado que Colombia no es la democracia que muchos aseguran; se parece más a lo que sucede en la vecindad.

El Registrador Nacional en su escritorio, los medios en silencio; son muy pocos los protagonistas de la vida pública que se refirieron a este hecho y el pueblo sigue a ciegas el camino que marca el mejor postor.