Publicidad
Categorías
Categorías
Columnista - 4 septiembre, 2017

El cartel de la toga

El momento que vive Colombia es verdaderamente dramático, cuando creemos haberlo visto todo, sale otro caso de corrupción peor; hoy, lo que prima es saquear al Estado a través del poder político, a costa de las necesidades de la gente. El país está tomado por mafias en todos sus frentes, es un tsunami sin control. […]

El momento que vive Colombia es verdaderamente dramático, cuando creemos haberlo visto todo, sale otro caso de corrupción peor; hoy, lo que prima es saquear al Estado a través del poder político, a costa de las necesidades de la gente. El país está tomado por mafias en todos sus frentes, es un tsunami sin control. Lo revelado la semana anterior, es el peor escándalo de la historia reciente de Colombia, relaciona varios entramados de corrupción: el caso del departamento de Córdoba; la multinacional del crimen Odebrecht que llegó hasta las más altas Cortes, el Congreso de la República y la Fiscalía; las revelaciones del exgobernador Lyons, la Ñoñomanía y todavía falta mucho por conocerse, apenas va un 10 %, según dijo la Fiscalía de todas las grabaciones de la DEA, lo que tiene a más de uno con los nervios de punta.

Un Estado sin justicia, es un Estado fallido, las Cortes se convirtieron en un mercado de tripa gorda, vísceras y algo más, donde se negocian fallos para absolver, archivar y engavetar, está sucediendo en todos los niveles, desde el más apartado pueblo hasta la encopetada Bogotá, el cartel de la toga, un cartel muy elegante, pero siniestro. Lo que se ha venido destapando después de la captura de Luis Gustavo Moreno da asco, presidentes del más alto tribunal, como Leónidas Bustos y Francisco Ricaurte, cobrando de frente 6.000 millones de pesos a congresistas, que dicho sea de paso, muy al estilo mafioso, como hizo el senador Musa Besaile, logran rebajar la cifra a 2.000, definitivamente los turcos saben negociar; otro pago fue del senador Hernán Andrade, de 2.300 millones y recibió como premio la ratificación como presidente del Partido Conservador, que mal mensaje le envían los godos al país; el uribista Luis Alfredo Ramos, que pagó 1.300 millones y sirvió de conejillo de indias para que hicieran un libro de falsos testigos con su caso ¡Por favor! Ese libro debería ser retirado de las librerías; lo de Jorge Prettel y los 500 millones que le cobró a Fidupetrol, fue un dulce caramelo ante toda la podredumbre que se mueve en el sistema judicial colombiano.

Quedan en el ambiente muchas preguntas que nadie quiere responder ¿Quién recomendó a Luis Gustavo Moreno en la Fiscalía? ¿Qué tiene que ver el Fiscal Néstor Humberto Martínez con Bustos y Ricaurte? ¿Qué casos manejaron los magistrados Tarquino y Malo? ¿Cuántos magistrados más están en esta porquería? ¿Qué pasa en el Consejo de Estado y la Constitucional? ¿Que pasó con la investigación que absolvió a Vargas Lleras y que fue adelantada por Leónidas Bustos? ¿Qué papel jugaron este par de magistrados corruptos en la nominación del actual Fiscal? ¿Qué tienen que decir el exfiscal Montealegre y el exvicefiscal Perdomo de su exasesor Gustavo Moreno? ¿Cuáles son los otros congresistas y funcionarios metidos en este tráfico de fallos? Hay mucha brisa y la cometa está pidiendo hilo para que se conozca la verdad, ojalá la Comisión Nacional de Acusaciones de la Cámara le dé un ejemplo al país con resultados contundentes, porque no aguantamos más este fango de robo, soborno y tráfico de influencias con los recursos públicos.

@JACOBOSOLANOC*

Por Jacobo Solano C.*

 

 

 

Columnista
4 septiembre, 2017

El cartel de la toga

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jacobo Solano Cerchiaro

El momento que vive Colombia es verdaderamente dramático, cuando creemos haberlo visto todo, sale otro caso de corrupción peor; hoy, lo que prima es saquear al Estado a través del poder político, a costa de las necesidades de la gente. El país está tomado por mafias en todos sus frentes, es un tsunami sin control. […]


El momento que vive Colombia es verdaderamente dramático, cuando creemos haberlo visto todo, sale otro caso de corrupción peor; hoy, lo que prima es saquear al Estado a través del poder político, a costa de las necesidades de la gente. El país está tomado por mafias en todos sus frentes, es un tsunami sin control. Lo revelado la semana anterior, es el peor escándalo de la historia reciente de Colombia, relaciona varios entramados de corrupción: el caso del departamento de Córdoba; la multinacional del crimen Odebrecht que llegó hasta las más altas Cortes, el Congreso de la República y la Fiscalía; las revelaciones del exgobernador Lyons, la Ñoñomanía y todavía falta mucho por conocerse, apenas va un 10 %, según dijo la Fiscalía de todas las grabaciones de la DEA, lo que tiene a más de uno con los nervios de punta.

Un Estado sin justicia, es un Estado fallido, las Cortes se convirtieron en un mercado de tripa gorda, vísceras y algo más, donde se negocian fallos para absolver, archivar y engavetar, está sucediendo en todos los niveles, desde el más apartado pueblo hasta la encopetada Bogotá, el cartel de la toga, un cartel muy elegante, pero siniestro. Lo que se ha venido destapando después de la captura de Luis Gustavo Moreno da asco, presidentes del más alto tribunal, como Leónidas Bustos y Francisco Ricaurte, cobrando de frente 6.000 millones de pesos a congresistas, que dicho sea de paso, muy al estilo mafioso, como hizo el senador Musa Besaile, logran rebajar la cifra a 2.000, definitivamente los turcos saben negociar; otro pago fue del senador Hernán Andrade, de 2.300 millones y recibió como premio la ratificación como presidente del Partido Conservador, que mal mensaje le envían los godos al país; el uribista Luis Alfredo Ramos, que pagó 1.300 millones y sirvió de conejillo de indias para que hicieran un libro de falsos testigos con su caso ¡Por favor! Ese libro debería ser retirado de las librerías; lo de Jorge Prettel y los 500 millones que le cobró a Fidupetrol, fue un dulce caramelo ante toda la podredumbre que se mueve en el sistema judicial colombiano.

Quedan en el ambiente muchas preguntas que nadie quiere responder ¿Quién recomendó a Luis Gustavo Moreno en la Fiscalía? ¿Qué tiene que ver el Fiscal Néstor Humberto Martínez con Bustos y Ricaurte? ¿Qué casos manejaron los magistrados Tarquino y Malo? ¿Cuántos magistrados más están en esta porquería? ¿Qué pasa en el Consejo de Estado y la Constitucional? ¿Que pasó con la investigación que absolvió a Vargas Lleras y que fue adelantada por Leónidas Bustos? ¿Qué papel jugaron este par de magistrados corruptos en la nominación del actual Fiscal? ¿Qué tienen que decir el exfiscal Montealegre y el exvicefiscal Perdomo de su exasesor Gustavo Moreno? ¿Cuáles son los otros congresistas y funcionarios metidos en este tráfico de fallos? Hay mucha brisa y la cometa está pidiendo hilo para que se conozca la verdad, ojalá la Comisión Nacional de Acusaciones de la Cámara le dé un ejemplo al país con resultados contundentes, porque no aguantamos más este fango de robo, soborno y tráfico de influencias con los recursos públicos.

@JACOBOSOLANOC*

Por Jacobo Solano C.*