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General - 29 julio, 2015

‘Caño lindo’, rezandero milagroso de La Loma

No conoció al autor Adriano Salas, pero a través de la interpretación de los Hermanos Zuleta se enamoró perdidamente de la canción.

‘Caño lindo’ atiende a las personas de manera espontánea. No tiene tarifa, dice que eso depende de cada quien.
‘Caño lindo’ atiende a las personas de manera espontánea. No tiene tarifa, dice que eso depende de cada quien.

La vida le cambió del cielo a la tierra a Donisel Ubaldo Yunes Novoa cuando siendo muy joven le descubrieron que tenía el don para curar a través de los rezos. Todo sucedió cuando ayudaba en trabajos sanatorios a Juan Sebastián Lúquez, un viejo rezandero de su tierra natal, Las Piedras, corregimiento de Tolú Viejo, Sucre.
Hoy, a sus 72 años, cuenta que hace 50 se inició en esta labor que le ha permitido curar enfermedades y alargarles la vida a muchas personas y todo a través de los rezos. “No mando pastillas, ni baños con plantas porque está curando Dios a través de mi persona”, dice muy convencido.

Cuando se llega a La Loma, corregimiento del municipio de El Paso, Cesar, nada más es preguntar por ‘Caño lindo’ y enseguida indican donde vive el rezandero milagroso.
Al sentarse con el popular ‘Caño lindo’, nombre que se ganó porque se la pasa interpretando la canción de Adriano Salas, comienza a explicar que es un rezandero diferente. “Nunca he cobrado plata. Lo mío es un don de Dios y lo dejo a la voluntad de la persona que recibe el beneficio. Con el favor de Dios curo de todo, desde un cáncer hasta un dolor de cabeza, pasando por el corazón, problemas de erección y toda clase de males del cuerpo”.
Mientras se realiza esta entrevista llegó un joven y le dijo algo en el oído. Debió ser preocupante porque varias lágrimas visitaron su rostro.

‘Caño lindo’ lo hizo sentar y enseguida le pidió que cerrara los ojos y se concentrara. Él, se quitó su cachucha, cerró sus ojos, le puso su mano derecha en la cabeza y comenzó su ritual sagrado.
No musitó palabra. Solo movía la boca y el rezo se extendió por varios minutos. Al terminar en voz baja le hizo algunas recomendaciones y lo invitó a que regresara la próxima semana. El joven le dio las gracias y enseguida sacó su cartera para darle algún dinero y ‘Caño lindo’ no lo dejó porque le frenó la acción con estas palabras: “Muchacho, todo tiene su tiempo, deja que Dios haga el milagro”.
Después del rezo se sentó para seguir dialogando y señaló: “Lo mío no se enseña, nace y por eso no le he dicho mi secreto a nadie y muchas personas dan fe de los milagros de sanidad”.

El médico incrédulo

Para ratificar lo anterior cuenta la historia de un médico que se negaba a traer a su progenitor para que lo rezara. “El papá del médico sufría del corazón. Ya lo habían operado y fue poco el resultado. El papá, un conocido ganadero, insistía en venir hasta que el médico aceptó traerlo. Vino a ocho rezos consecutivos y ahora está sano gracias a Dios. El médico ahora me recomienda para rezar toda clase de enfermedades. Aclaro, que no estoy en contra de la medicina, lo mío es un trabajo social y de curación divina”.
Entonces hace énfasis en que atiende un promedio de 100 personas a la semana y cada cual viene con un problema que le cuenta rápidamente y enseguida comienzan los rezos. “Todo dependen del mal y van de tres a 12 rezos. Nunca digo nombres, ni que tiene la persona, eso es secreto”.

Cuando se le indaga como fue el comienzo de su trabajo curativo a través de los rezos, tradición de nuestros abuelos que está en vía de extinción, manifiesta que comenzó con niños que se recuperaban de inmediato. “Eso me dio confianza y en eso he estado todo el tiempo, vivo en La Loma desde hace 22 años. En esta tierra, ahora llena de carbón, antes era un pueblito tranquilo, me quieren mucho, especialmente el amigo Víctor Julio Cuadro, cuya señora puede dar fe de los milagros”.

Caño lindo…

Deja un momento los rezos y le pide a una persona que llegó que espere para explicar lo de ‘Caño lindo’. “Esa canción siempre me ha gustado y la canto a cada rato y por eso la gente me puso ese nombre. Nadie me conoce como Donisel Ubaldo Yunes Novoa”. Sin pedírselo comenzó a cantar pausadamente y con buena entonación:

Adiós Caño lindo, ya me voy despidiendo
adiós panorama delicioso de los llanos,
se va Adriano Salas y es por motivos de invierno
ahora volveré con el próximo verano.

Al indicarle que hiciera un esbozo de su vida indica que ha sido andariego, pobre, caritativo, que no ha tenido hijos, pocas mujeres y enseguida hace la explicación. “El amor ha llegado y se ha ido de repente, y por eso decidí estar solo. Una fórmula buena es depender de uno mismo”.
Se queda pensativo y dice: “Gracias a Dios, a mis 72 años nunca he sufrido ni de un dolor de cabeza”.
En eso pasó por el lugar un adulto mayor y ‘Caño lindo’ lo llamó para que diera testimonio de que estuvo inválido y con los rezos pudo caminar. “Si es verdad, gracias a Dios y a ‘Caño lindo’ estoy bien”, manifestó.

El famoso personaje de La Loma, que tiene sus secretos para curar a través de los rezos se quedó en su oficio con el único afán de darle alegrías a los que buscan sus servicios, le ponen la fe necesaria y de esta manera permiten dar en el blanco de sus males.
Al final se le pregunta a ‘Caño lindo’ si conoció a Adriano Salas, el autor de ese vallenato auténtico, y dice que no. “No tuve el honor de conocerlo, pero sigue siendo mi ídolo porque sin falta lo recuerdo todos los días. Ese es mucho canto hermoso grabado por los Hermanos Zuleta en 1982”. Y vuelve a cantar:

Adiós Caño lindo con tus aguas encantadas
tu bella rivera y tu rica vegetación.
Se queda la sierra y eso si me parte el alma
por eso me voy sufriendo del corazón.
Me voy muy triste y lleno de guayabo
para salir y no encuentro el camino,
con la esperanza que llegue el verano
para volver de nuevo a Caño lindo.

Por Juan Rincón Vanegas
@juanrinconv

General
29 julio, 2015

‘Caño lindo’, rezandero milagroso de La Loma

No conoció al autor Adriano Salas, pero a través de la interpretación de los Hermanos Zuleta se enamoró perdidamente de la canción.


‘Caño lindo’ atiende a las personas de manera espontánea. No tiene tarifa, dice que eso depende de cada quien.
‘Caño lindo’ atiende a las personas de manera espontánea. No tiene tarifa, dice que eso depende de cada quien.

La vida le cambió del cielo a la tierra a Donisel Ubaldo Yunes Novoa cuando siendo muy joven le descubrieron que tenía el don para curar a través de los rezos. Todo sucedió cuando ayudaba en trabajos sanatorios a Juan Sebastián Lúquez, un viejo rezandero de su tierra natal, Las Piedras, corregimiento de Tolú Viejo, Sucre.
Hoy, a sus 72 años, cuenta que hace 50 se inició en esta labor que le ha permitido curar enfermedades y alargarles la vida a muchas personas y todo a través de los rezos. “No mando pastillas, ni baños con plantas porque está curando Dios a través de mi persona”, dice muy convencido.

Cuando se llega a La Loma, corregimiento del municipio de El Paso, Cesar, nada más es preguntar por ‘Caño lindo’ y enseguida indican donde vive el rezandero milagroso.
Al sentarse con el popular ‘Caño lindo’, nombre que se ganó porque se la pasa interpretando la canción de Adriano Salas, comienza a explicar que es un rezandero diferente. “Nunca he cobrado plata. Lo mío es un don de Dios y lo dejo a la voluntad de la persona que recibe el beneficio. Con el favor de Dios curo de todo, desde un cáncer hasta un dolor de cabeza, pasando por el corazón, problemas de erección y toda clase de males del cuerpo”.
Mientras se realiza esta entrevista llegó un joven y le dijo algo en el oído. Debió ser preocupante porque varias lágrimas visitaron su rostro.

‘Caño lindo’ lo hizo sentar y enseguida le pidió que cerrara los ojos y se concentrara. Él, se quitó su cachucha, cerró sus ojos, le puso su mano derecha en la cabeza y comenzó su ritual sagrado.
No musitó palabra. Solo movía la boca y el rezo se extendió por varios minutos. Al terminar en voz baja le hizo algunas recomendaciones y lo invitó a que regresara la próxima semana. El joven le dio las gracias y enseguida sacó su cartera para darle algún dinero y ‘Caño lindo’ no lo dejó porque le frenó la acción con estas palabras: “Muchacho, todo tiene su tiempo, deja que Dios haga el milagro”.
Después del rezo se sentó para seguir dialogando y señaló: “Lo mío no se enseña, nace y por eso no le he dicho mi secreto a nadie y muchas personas dan fe de los milagros de sanidad”.

El médico incrédulo

Para ratificar lo anterior cuenta la historia de un médico que se negaba a traer a su progenitor para que lo rezara. “El papá del médico sufría del corazón. Ya lo habían operado y fue poco el resultado. El papá, un conocido ganadero, insistía en venir hasta que el médico aceptó traerlo. Vino a ocho rezos consecutivos y ahora está sano gracias a Dios. El médico ahora me recomienda para rezar toda clase de enfermedades. Aclaro, que no estoy en contra de la medicina, lo mío es un trabajo social y de curación divina”.
Entonces hace énfasis en que atiende un promedio de 100 personas a la semana y cada cual viene con un problema que le cuenta rápidamente y enseguida comienzan los rezos. “Todo dependen del mal y van de tres a 12 rezos. Nunca digo nombres, ni que tiene la persona, eso es secreto”.

Cuando se le indaga como fue el comienzo de su trabajo curativo a través de los rezos, tradición de nuestros abuelos que está en vía de extinción, manifiesta que comenzó con niños que se recuperaban de inmediato. “Eso me dio confianza y en eso he estado todo el tiempo, vivo en La Loma desde hace 22 años. En esta tierra, ahora llena de carbón, antes era un pueblito tranquilo, me quieren mucho, especialmente el amigo Víctor Julio Cuadro, cuya señora puede dar fe de los milagros”.

Caño lindo…

Deja un momento los rezos y le pide a una persona que llegó que espere para explicar lo de ‘Caño lindo’. “Esa canción siempre me ha gustado y la canto a cada rato y por eso la gente me puso ese nombre. Nadie me conoce como Donisel Ubaldo Yunes Novoa”. Sin pedírselo comenzó a cantar pausadamente y con buena entonación:

Adiós Caño lindo, ya me voy despidiendo
adiós panorama delicioso de los llanos,
se va Adriano Salas y es por motivos de invierno
ahora volveré con el próximo verano.

Al indicarle que hiciera un esbozo de su vida indica que ha sido andariego, pobre, caritativo, que no ha tenido hijos, pocas mujeres y enseguida hace la explicación. “El amor ha llegado y se ha ido de repente, y por eso decidí estar solo. Una fórmula buena es depender de uno mismo”.
Se queda pensativo y dice: “Gracias a Dios, a mis 72 años nunca he sufrido ni de un dolor de cabeza”.
En eso pasó por el lugar un adulto mayor y ‘Caño lindo’ lo llamó para que diera testimonio de que estuvo inválido y con los rezos pudo caminar. “Si es verdad, gracias a Dios y a ‘Caño lindo’ estoy bien”, manifestó.

El famoso personaje de La Loma, que tiene sus secretos para curar a través de los rezos se quedó en su oficio con el único afán de darle alegrías a los que buscan sus servicios, le ponen la fe necesaria y de esta manera permiten dar en el blanco de sus males.
Al final se le pregunta a ‘Caño lindo’ si conoció a Adriano Salas, el autor de ese vallenato auténtico, y dice que no. “No tuve el honor de conocerlo, pero sigue siendo mi ídolo porque sin falta lo recuerdo todos los días. Ese es mucho canto hermoso grabado por los Hermanos Zuleta en 1982”. Y vuelve a cantar:

Adiós Caño lindo con tus aguas encantadas
tu bella rivera y tu rica vegetación.
Se queda la sierra y eso si me parte el alma
por eso me voy sufriendo del corazón.
Me voy muy triste y lleno de guayabo
para salir y no encuentro el camino,
con la esperanza que llegue el verano
para volver de nuevo a Caño lindo.

Por Juan Rincón Vanegas
@juanrinconv