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Columnista - 17 agosto, 2017

Bye-bye a las armas de las Farc

Ninguna agrupación social, llámela como quiera: país, región, familia, podrán ser sostenibles sin paz. En consecuencia, la perseverancia del presidente JM Santos en la consecución de la paz de nuestro país, además de admirable, es digna de resaltar cada vez que avanza un peldaño más. Los colombianos que el pasado 15 de agosto no sintieron […]

Ninguna agrupación social, llámela como quiera: país, región, familia, podrán ser sostenibles sin paz. En consecuencia, la perseverancia del presidente JM Santos en la consecución de la paz de nuestro país, además de admirable, es digna de resaltar cada vez que avanza un peldaño más.

Los colombianos que el pasado 15 de agosto no sintieron ni pizca de satisfacción por la salida de las últimas armas de las FARC-EP del Punto Transitorio de Normalización de Pondores, vereda del corregimiento de Conejo del municipio de Fonseca, La Guajira, es porque en verdad sus odios al presidente JM Santos están por encima de los beneficios superiores del país, de sus regiones y de sus familias, que se supone son los máximos intereses que desde muy pequeñitos nos han enseñado en todos los ámbitos, tales como hogares, escuelas, colegios, universidades y ejércitos, entre otros.

Con este acontecimiento de la vereda de Pondores podemos decirle “Bye-bye a las armas de las Farc”, y digo a las armas, porque ‘Iván Márquez’ fue muy enfático al afirmar que solo han cambiado la lucha armada por la puja política y en adelante la sigla FARC significa Fuerza Alternativa Revolucionaria de Colombia, es decir, partido político Farc, con el cual emprenderán la conquista del poder.

El gobierno con la ayuda incuestionable de la ONU, sacaron de las 26 zonas veredales transitoria de normalización (ZVTN) las armas dejadas por los guerrilleros de las Farc, quienes seguirán viviendo en esas zonas durante tres años, mientras se rehabilitan y capacitan, bajo la vigilancia de los miembros de la fuerza pública. Después se reincorporarán a la vida civil sin recibir el estipendio equivalente al 90 % de un salario mínimo mensual, que comenzarán a recibirlos a partir del próximo mes de noviembre cuando el gobierno les suspenda la alimentación y el sostenimiento, entre tanto, se seguirán implementando los otros acuerdos pactados entre el gobierno y las Farc.

El 27 de mayo de 2018 será la elección presidencial de Colombia, en la cual, por orden constitucional, no puede participar el presidente JM Santos.  Ya hay candidatos y precandidatos en la palestra, anuncio mi voto por Humberto de la Calle Lombana, quien lideró los acuerdos del actual gobierno con las Farc. El propósito es consolidar la implementación de la paz, que estaría en peligro de esfumarse en caso de que gane la presidencia el candidato de la coalición del NO contra el plebiscito, conformada  por el expresidente y senador Álvaro Uribe Vélez, el exprocurador Alejandro Ordóñez, el expresidente  Andrés Pastrana, algunas falsas liberales como las senadoras Viviane Morales Hoyos y Sofía Gaviria Correa y el exministro Fernando Londoño Hoyos, quien dijo que de llegar el uribismo a la presidencia harían trizas los acuerdos con las Farc. Germán Vargas Lleras es poco confiable, nunca ha estado de acuerdo con la negociación de la paz. Del resto de candidatas y candidatos, habrá quienes desistirán  en la primera vuelta electoral y los que persistan, en caso tal de que haya segunda vuelta, se unirán a su preferencia o dejarán en libertad a sus seguidores para que apoyen a quien quieran. Como siempre, algunos se inclinarán por quien más les ofrezca o prometa.

Por José Romero Churio

 

Columnista
17 agosto, 2017

Bye-bye a las armas de las Farc

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Romero Churio

Ninguna agrupación social, llámela como quiera: país, región, familia, podrán ser sostenibles sin paz. En consecuencia, la perseverancia del presidente JM Santos en la consecución de la paz de nuestro país, además de admirable, es digna de resaltar cada vez que avanza un peldaño más. Los colombianos que el pasado 15 de agosto no sintieron […]


Ninguna agrupación social, llámela como quiera: país, región, familia, podrán ser sostenibles sin paz. En consecuencia, la perseverancia del presidente JM Santos en la consecución de la paz de nuestro país, además de admirable, es digna de resaltar cada vez que avanza un peldaño más.

Los colombianos que el pasado 15 de agosto no sintieron ni pizca de satisfacción por la salida de las últimas armas de las FARC-EP del Punto Transitorio de Normalización de Pondores, vereda del corregimiento de Conejo del municipio de Fonseca, La Guajira, es porque en verdad sus odios al presidente JM Santos están por encima de los beneficios superiores del país, de sus regiones y de sus familias, que se supone son los máximos intereses que desde muy pequeñitos nos han enseñado en todos los ámbitos, tales como hogares, escuelas, colegios, universidades y ejércitos, entre otros.

Con este acontecimiento de la vereda de Pondores podemos decirle “Bye-bye a las armas de las Farc”, y digo a las armas, porque ‘Iván Márquez’ fue muy enfático al afirmar que solo han cambiado la lucha armada por la puja política y en adelante la sigla FARC significa Fuerza Alternativa Revolucionaria de Colombia, es decir, partido político Farc, con el cual emprenderán la conquista del poder.

El gobierno con la ayuda incuestionable de la ONU, sacaron de las 26 zonas veredales transitoria de normalización (ZVTN) las armas dejadas por los guerrilleros de las Farc, quienes seguirán viviendo en esas zonas durante tres años, mientras se rehabilitan y capacitan, bajo la vigilancia de los miembros de la fuerza pública. Después se reincorporarán a la vida civil sin recibir el estipendio equivalente al 90 % de un salario mínimo mensual, que comenzarán a recibirlos a partir del próximo mes de noviembre cuando el gobierno les suspenda la alimentación y el sostenimiento, entre tanto, se seguirán implementando los otros acuerdos pactados entre el gobierno y las Farc.

El 27 de mayo de 2018 será la elección presidencial de Colombia, en la cual, por orden constitucional, no puede participar el presidente JM Santos.  Ya hay candidatos y precandidatos en la palestra, anuncio mi voto por Humberto de la Calle Lombana, quien lideró los acuerdos del actual gobierno con las Farc. El propósito es consolidar la implementación de la paz, que estaría en peligro de esfumarse en caso de que gane la presidencia el candidato de la coalición del NO contra el plebiscito, conformada  por el expresidente y senador Álvaro Uribe Vélez, el exprocurador Alejandro Ordóñez, el expresidente  Andrés Pastrana, algunas falsas liberales como las senadoras Viviane Morales Hoyos y Sofía Gaviria Correa y el exministro Fernando Londoño Hoyos, quien dijo que de llegar el uribismo a la presidencia harían trizas los acuerdos con las Farc. Germán Vargas Lleras es poco confiable, nunca ha estado de acuerdo con la negociación de la paz. Del resto de candidatas y candidatos, habrá quienes desistirán  en la primera vuelta electoral y los que persistan, en caso tal de que haya segunda vuelta, se unirán a su preferencia o dejarán en libertad a sus seguidores para que apoyen a quien quieran. Como siempre, algunos se inclinarán por quien más les ofrezca o prometa.

Por José Romero Churio