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Editorial - 25 agosto, 2017

Un buen ejemplo en La Mina

A solo 40 minutos de Valledupar existe una buena experiencia para mostrar al resto del país. Hace cinco meses en el corregimiento de La Mina, ubicado en el resguardo indígena Kankuamo del norte de Valledupar, inició un proyecto para la producción de hortalizas, tales como cilantro, lechuga, pepino, cebolla larga, pimentón, acelga y frijol. No […]

A solo 40 minutos de Valledupar existe una buena experiencia para mostrar al resto del país. Hace cinco meses en el corregimiento de La Mina, ubicado en el resguardo indígena Kankuamo del norte de Valledupar, inició un proyecto para la producción de hortalizas, tales como cilantro, lechuga, pepino, cebolla larga, pimentón, acelga y frijol.

No se trata propiamente de campesinos experimentados. Son 280 estudiantes de la Institución Educativa Agrícola La Mina, donde con el apoyo de la Agencia de Tierras construyeron un invernadero para que los jóvenes se capaciten en prácticas agrícolas.

A simple vista podría ser un proyecto productivo más, pero realmente es una gran semilla la que está sembrada en el invernadero que es guiado por expertos de la Corporación Colombia Orgánica. La técnica usada, más el empeño y compromiso que ponen los jóvenes de La Mina y de comunidades cercanas es el mejor insumo para que el proyecto arroje el saldo positivo que se esperaba.

 

El invernadero se materializó a través del programa de Seguridad y Soberanía Alimentaria que impulsa la Agencia Nacional de Tierras en convenio con la institución educativa Agrícola de La Mina y la Corporación Orgánica de Colombia. La comunidad de La Mina recibió infraestructura, maquinaria y equipo; los insumos de producción y la asesoría técnica, así como la transferencia de tecnología.

La operación del invernadero, el cual cuenta con tecnología de punta, estuvo a cargo de niños de sexto a once grado de bachillerato del colegio en mención, que además de la satisfacción de haberlo hecho bien, recibieron capacitación y certificados por su labor.

 

EL PILÓN visitó el corregimiento de La Mina el pasado mes de julio, cuando publicamos en nuestro Tema del Día la consolidación de este proyecto, que ya fue entregado a la comunidad, dejando la capacidad instalada para que en lo sucesivo puedan trabajar para obtener la alimentación de las familias del entorno.

 

Lo que se produzca en el invernadero es en su gran mayoría para el consumo de la comunidad, y en caso de que quede, es vendida a los vecinos, y a corto plazo tienen proyectado negociar los productos con una importante cadena de supermercados de la Costa Caribe colombiana.

Estos son los buenos ejemplos que hoy se encuentran en zonas como esta, que fueron golpeadas por el conflicto armado, pero donde renace la esperanza de los habitantes, especialmente de los jóvenes para construir una mejor comunidad.

En los tres invernaderos la Agencia invirtió cerca de 1.060 millones de pesos para la alimentación de unas 355 familias y espera que produzcan al año unas 200 toneladas de alimentos.

 

Editorial
25 agosto, 2017

Un buen ejemplo en La Mina

A solo 40 minutos de Valledupar existe una buena experiencia para mostrar al resto del país. Hace cinco meses en el corregimiento de La Mina, ubicado en el resguardo indígena Kankuamo del norte de Valledupar, inició un proyecto para la producción de hortalizas, tales como cilantro, lechuga, pepino, cebolla larga, pimentón, acelga y frijol. No […]


A solo 40 minutos de Valledupar existe una buena experiencia para mostrar al resto del país. Hace cinco meses en el corregimiento de La Mina, ubicado en el resguardo indígena Kankuamo del norte de Valledupar, inició un proyecto para la producción de hortalizas, tales como cilantro, lechuga, pepino, cebolla larga, pimentón, acelga y frijol.

No se trata propiamente de campesinos experimentados. Son 280 estudiantes de la Institución Educativa Agrícola La Mina, donde con el apoyo de la Agencia de Tierras construyeron un invernadero para que los jóvenes se capaciten en prácticas agrícolas.

A simple vista podría ser un proyecto productivo más, pero realmente es una gran semilla la que está sembrada en el invernadero que es guiado por expertos de la Corporación Colombia Orgánica. La técnica usada, más el empeño y compromiso que ponen los jóvenes de La Mina y de comunidades cercanas es el mejor insumo para que el proyecto arroje el saldo positivo que se esperaba.

 

El invernadero se materializó a través del programa de Seguridad y Soberanía Alimentaria que impulsa la Agencia Nacional de Tierras en convenio con la institución educativa Agrícola de La Mina y la Corporación Orgánica de Colombia. La comunidad de La Mina recibió infraestructura, maquinaria y equipo; los insumos de producción y la asesoría técnica, así como la transferencia de tecnología.

La operación del invernadero, el cual cuenta con tecnología de punta, estuvo a cargo de niños de sexto a once grado de bachillerato del colegio en mención, que además de la satisfacción de haberlo hecho bien, recibieron capacitación y certificados por su labor.

 

EL PILÓN visitó el corregimiento de La Mina el pasado mes de julio, cuando publicamos en nuestro Tema del Día la consolidación de este proyecto, que ya fue entregado a la comunidad, dejando la capacidad instalada para que en lo sucesivo puedan trabajar para obtener la alimentación de las familias del entorno.

 

Lo que se produzca en el invernadero es en su gran mayoría para el consumo de la comunidad, y en caso de que quede, es vendida a los vecinos, y a corto plazo tienen proyectado negociar los productos con una importante cadena de supermercados de la Costa Caribe colombiana.

Estos son los buenos ejemplos que hoy se encuentran en zonas como esta, que fueron golpeadas por el conflicto armado, pero donde renace la esperanza de los habitantes, especialmente de los jóvenes para construir una mejor comunidad.

En los tres invernaderos la Agencia invirtió cerca de 1.060 millones de pesos para la alimentación de unas 355 familias y espera que produzcan al año unas 200 toneladas de alimentos.