Un total de 32 casos de internos de la Cárcel Judicial de Valledupar con varicela se detectaron desde septiembre del 2015 hasta la fecha. Así lo dio a conocer la secretaria de Salud Municipal, Claudia Margarita Zuleta Murgas.

“Desde que tuvimos conocimiento de estos episodios, dispusimos al equipo de Vigilancia Epidemiológica, junto con el Instituto Nacional de Salud y la Secretaría de Salud Departamental, para que realizara el control respectivo de la situación que inició en el patio 3 de la Cárcel”, aseguró la funcionaria.

Dentro de las medidas recomendadas por la Secretaría de Salud están: usar de manera individual los elementos de aseo, aislar a los enfermos, puesto que constituye un riesgo para los demás; restringir las visitas de adultos mayores, embarazadas y niños; realizar control médico y tomar los medicamentos necesarios. “En la última visita que realizamos al penal, notamos que algunas de estas recomendaciones no se vienen implementando, razón por la cual le envié una carta a la Dirección de la Cárcel para hacer la advertencia de estas irregularidades”, acotó Zuleta Murgas.

La titular de la cartera de Salud explicó que los síntomas de esa enfermedad son: fiebre, dolor de cabeza y dolor de estómago, indicando que el sarpullido ocurre entre 10 y 21 días después de haber tenido contacto con alguien que tenía la enfermedad.

Cabe recordar que el hacinamiento que existe en la Cárcel Judicial de Valledupar se convierte en un factor de riesgo para la aparición de la varicela.

Tratamiento
Dentro de las sugerencias que los expertos en salud dan si se tiene la enfermedad están:

-Evitar rascarse o sobarse las áreas de picazón.
-Mantener las uñas cortas para evitar daños en la piel al rascarse.
-Usar ropa fresca, suave y suelta, evitando ropa áspera, particularmente de lana, sobre una zona con picazón.
-Tomar baños de agua tibia con poco jabón y enjuagar completamente.
-Aplicar un humectante y calmante después de bañarse para suavizar y refrescar la piel.
-Evitar la exposición prolongada a la humedad y calor excesivos.

Annelise Barriga Ramírez/EL PILÓN