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Columnista - 29 diciembre, 2016

Balance  del 2016

En Colombia el balance del año 2016, a pesar de tantos enfrentamientos por el poder político con resultados cubiertos por incertidumbres, podría decirse que fue un año más beneficioso que perjudicial, porque al fin y al cabo, las Farc, después de más 50 años de estar cometiendo todo tipo de violaciones y crímenes dejó de […]

En Colombia el balance del año 2016, a pesar de tantos enfrentamientos por el poder político con resultados cubiertos por incertidumbres, podría decirse que fue un año más beneficioso que perjudicial, porque al fin y al cabo, las Farc, después de más 50 años de estar cometiendo todo tipo de violaciones y crímenes dejó de ser una organización guerrillera para convertirse en partido político.

A la postre, en tan implacable choque de fuerzas, sin duda alguna, el más beneficiado  ha sido el presidente JM Santos y terminó como gran perdedor el expresidente senador, por su terca pretensión de querer ignorar el régimen político colombiano; es decir, quiso mandar más que el Presidente de la República, dentro de un sistema gubernamental presidencial. En otras palabras, esto fue pelea de tigre con burro amarrado.

En tal reyerta me incliné hacia el presidente JM Santos, por su decidida intención de acabar el conflicto interno armado causante de muertes violentas y sufrimientos a lo largo y ancho del país, cuya médula eran las Farc como organización guerrillera, ahora como partido político el panorama de nuestro país será diferente.

Que corremos el riesgo de que sus militantes lleguen a tomarse el poder, eso depende de los dirigentes políticos con otras ideologías, porque si siguen permitiendo la injusticia social, más temprano que tarde tendremos un régimen socialista  a la ultranza del castro-chavismo, cuya consecuencia, ya sabemos es el acabose  de la propiedad privada.

Si bien soy partidario de la propiedad privada, a la vez no comparto el capitalismo que se vale de los pobres, quienes son utilizados para perpetrar o realizar las acciones más viles, mientras los arribistas capitalistas conservan y alcanzan las más altas posiciones  posando como impolutos; por ende, la sociedad cada día se degrada.

Aunque para muchos la honestidad es un valor moral en vías de extinción, todavía quienes la defienden y profesan son respetados a donde llegan; sin embargo, son apartados o no les dan cabida  en las administraciones  de dineros porque entorpecen los desfalcos y los conciertos para delinquir.

Da grima ver tanta pobreza, que es aprovechada, a veces hábilmente o grotescamente, tanto por los regímenes gubernamentales socialistas como por los de ideologías capitalistas salvajes, ambos liderados por personajes ególatras, cuyas psicopatías les impide reconocer los nocivos que son para sus respectivas sociedades.

A mis lectores y a la gente de todo el mundo les deseo un próspero año 2017,  que ojalá todos los colombianos nos reconciliáramos para lograr convivir en paz, buena educación y salud que nos permita vivir feliz.

Columnista
29 diciembre, 2016

Balance  del 2016

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Romero Churio

En Colombia el balance del año 2016, a pesar de tantos enfrentamientos por el poder político con resultados cubiertos por incertidumbres, podría decirse que fue un año más beneficioso que perjudicial, porque al fin y al cabo, las Farc, después de más 50 años de estar cometiendo todo tipo de violaciones y crímenes dejó de […]


En Colombia el balance del año 2016, a pesar de tantos enfrentamientos por el poder político con resultados cubiertos por incertidumbres, podría decirse que fue un año más beneficioso que perjudicial, porque al fin y al cabo, las Farc, después de más 50 años de estar cometiendo todo tipo de violaciones y crímenes dejó de ser una organización guerrillera para convertirse en partido político.

A la postre, en tan implacable choque de fuerzas, sin duda alguna, el más beneficiado  ha sido el presidente JM Santos y terminó como gran perdedor el expresidente senador, por su terca pretensión de querer ignorar el régimen político colombiano; es decir, quiso mandar más que el Presidente de la República, dentro de un sistema gubernamental presidencial. En otras palabras, esto fue pelea de tigre con burro amarrado.

En tal reyerta me incliné hacia el presidente JM Santos, por su decidida intención de acabar el conflicto interno armado causante de muertes violentas y sufrimientos a lo largo y ancho del país, cuya médula eran las Farc como organización guerrillera, ahora como partido político el panorama de nuestro país será diferente.

Que corremos el riesgo de que sus militantes lleguen a tomarse el poder, eso depende de los dirigentes políticos con otras ideologías, porque si siguen permitiendo la injusticia social, más temprano que tarde tendremos un régimen socialista  a la ultranza del castro-chavismo, cuya consecuencia, ya sabemos es el acabose  de la propiedad privada.

Si bien soy partidario de la propiedad privada, a la vez no comparto el capitalismo que se vale de los pobres, quienes son utilizados para perpetrar o realizar las acciones más viles, mientras los arribistas capitalistas conservan y alcanzan las más altas posiciones  posando como impolutos; por ende, la sociedad cada día se degrada.

Aunque para muchos la honestidad es un valor moral en vías de extinción, todavía quienes la defienden y profesan son respetados a donde llegan; sin embargo, son apartados o no les dan cabida  en las administraciones  de dineros porque entorpecen los desfalcos y los conciertos para delinquir.

Da grima ver tanta pobreza, que es aprovechada, a veces hábilmente o grotescamente, tanto por los regímenes gubernamentales socialistas como por los de ideologías capitalistas salvajes, ambos liderados por personajes ególatras, cuyas psicopatías les impide reconocer los nocivos que son para sus respectivas sociedades.

A mis lectores y a la gente de todo el mundo les deseo un próspero año 2017,  que ojalá todos los colombianos nos reconciliáramos para lograr convivir en paz, buena educación y salud que nos permita vivir feliz.