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Editorial - 16 enero, 2017

Austeridad y calidad

Un comienzo de año escandaloso ha tenido el 2017. Inconformidad de los ciudadanos por la reforma tributaria, el aumento del 7 % en el salario mínimo, las dificultades para la implementación de los acuerdos de paz con las Farc, capturados por corrupción en la licitación del tramo 2 de la Ruta del Sol, entre otros […]

Un comienzo de año escandaloso ha tenido el 2017. Inconformidad de los ciudadanos por la reforma tributaria, el aumento del 7 % en el salario mínimo, las dificultades para la implementación de los acuerdos de paz con las Farc, capturados por corrupción en la licitación del tramo 2 de la Ruta del Sol, entre otros temas, marcan el inicio de un periodo no muy claro para el país.

Hay incertidumbre por el comportamiento de la economía colombiana, por lo que este año será clave la austeridad y la calidad, tanto en el gasto público como en el privado, teniendo en cuenta que la crisis financieraafecta a todos los sectores.

Austeridad: sencillez y moderación de la persona o cosa austera. También se define como la rigurosidad en el cumplimiento de las normas morales.

Calidad: conjunto de propiedades inherentes a una cosa que permite caracterizarla y valorarla con respecto a las restantes de su especie. Es superioridad o excelencia de algo o de alguien.

Al repasar estos conceptos es válido reiterar que en Colombia se requiere de austeridad y calidad para aprovechar mejor los recursos y así achicar la gigantesca desigualdad social.

El Banco de la República define el gasto público como aquel que realiza el sector público en un período determinado. Incluye todo el gasto fiscal, más todos los gastos de las empresas fiscales y semifiscales con administración autónoma del Gobierno central. El gasto público se destina a bienes de consumo público y a bienes de capital, inversión pública.

Sin embargo, a lo largo de la historia ha quedado demostrado que el mayor interés de los ordenadores del gasto público, lamentablemente, no es generar bienestar para la sociedad, hay otros asuntos que les preocupan más: dejar una buena imagen de su gestión (sin importarles lo que cueste) y en obtener beneficiosparticulares a través de sobornos, tráfico de influencias, prevaricato, clientelismo y nepotismo. O mejor dicho: con corrupción.

Que sea esta la oportunidad para conminara los ciudadanos del común y a los ordenadores del gasto público mesura en el manejo de los recursos ante un futuro que no tiene los mejores pronósticos.

“Esperamos mayor demanda agregada, más consumo interno y más dinamismo de la economía, para llegar a un crecimiento que esté entre el 2.5 % y 3 % para 2017”. Así se ha referido el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, a las expectativas que hay con la implementación de las políticas fiscales necesarias para atraer más inversión.

En el caso del Cesar,el buen manejo del gasto público también es vital y necesario para mejorar la productividad. Si los $544.374 millones presupuestados para la vigencia 2017 son invertidos con austeridad y calidad de seguro el departamento comenzará a transitar por el camino del desarrollo y la paz. Un 83 % de los recursos serán destinados a inversión, un 12.83 % a gastos de funcionamiento, mientras que el 3.77 % a servicios a la deuda.

En cuanto a la capital del departamento, el alcalde Augusto Ramírez tiene un presupuesto aprobado de $703.067 millones, del cual el 88.41 % está destinado a la inversión, un 6.67 % para gastos de funcionamiento y un 4.92 % para servicios a la deuda. El gobierno municipal ha anunciado que este será el año de las inversiones, por lo que deben evitarse las malas prácticas para que a la ciudad le sea posible avanzar.

Editorial
16 enero, 2017

Austeridad y calidad

Un comienzo de año escandaloso ha tenido el 2017. Inconformidad de los ciudadanos por la reforma tributaria, el aumento del 7 % en el salario mínimo, las dificultades para la implementación de los acuerdos de paz con las Farc, capturados por corrupción en la licitación del tramo 2 de la Ruta del Sol, entre otros […]


Un comienzo de año escandaloso ha tenido el 2017. Inconformidad de los ciudadanos por la reforma tributaria, el aumento del 7 % en el salario mínimo, las dificultades para la implementación de los acuerdos de paz con las Farc, capturados por corrupción en la licitación del tramo 2 de la Ruta del Sol, entre otros temas, marcan el inicio de un periodo no muy claro para el país.

Hay incertidumbre por el comportamiento de la economía colombiana, por lo que este año será clave la austeridad y la calidad, tanto en el gasto público como en el privado, teniendo en cuenta que la crisis financieraafecta a todos los sectores.

Austeridad: sencillez y moderación de la persona o cosa austera. También se define como la rigurosidad en el cumplimiento de las normas morales.

Calidad: conjunto de propiedades inherentes a una cosa que permite caracterizarla y valorarla con respecto a las restantes de su especie. Es superioridad o excelencia de algo o de alguien.

Al repasar estos conceptos es válido reiterar que en Colombia se requiere de austeridad y calidad para aprovechar mejor los recursos y así achicar la gigantesca desigualdad social.

El Banco de la República define el gasto público como aquel que realiza el sector público en un período determinado. Incluye todo el gasto fiscal, más todos los gastos de las empresas fiscales y semifiscales con administración autónoma del Gobierno central. El gasto público se destina a bienes de consumo público y a bienes de capital, inversión pública.

Sin embargo, a lo largo de la historia ha quedado demostrado que el mayor interés de los ordenadores del gasto público, lamentablemente, no es generar bienestar para la sociedad, hay otros asuntos que les preocupan más: dejar una buena imagen de su gestión (sin importarles lo que cueste) y en obtener beneficiosparticulares a través de sobornos, tráfico de influencias, prevaricato, clientelismo y nepotismo. O mejor dicho: con corrupción.

Que sea esta la oportunidad para conminara los ciudadanos del común y a los ordenadores del gasto público mesura en el manejo de los recursos ante un futuro que no tiene los mejores pronósticos.

“Esperamos mayor demanda agregada, más consumo interno y más dinamismo de la economía, para llegar a un crecimiento que esté entre el 2.5 % y 3 % para 2017”. Así se ha referido el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, a las expectativas que hay con la implementación de las políticas fiscales necesarias para atraer más inversión.

En el caso del Cesar,el buen manejo del gasto público también es vital y necesario para mejorar la productividad. Si los $544.374 millones presupuestados para la vigencia 2017 son invertidos con austeridad y calidad de seguro el departamento comenzará a transitar por el camino del desarrollo y la paz. Un 83 % de los recursos serán destinados a inversión, un 12.83 % a gastos de funcionamiento, mientras que el 3.77 % a servicios a la deuda.

En cuanto a la capital del departamento, el alcalde Augusto Ramírez tiene un presupuesto aprobado de $703.067 millones, del cual el 88.41 % está destinado a la inversión, un 6.67 % para gastos de funcionamiento y un 4.92 % para servicios a la deuda. El gobierno municipal ha anunciado que este será el año de las inversiones, por lo que deben evitarse las malas prácticas para que a la ciudad le sea posible avanzar.