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Columnista - 22 mayo, 2018

¡Atrévete!

En un video didáctico sobre El Conocimiento desde la escuela de Emmanuel Kant, el filósofo prusiano define al Siglo de la Ilustración de su nacimiento en una frase, ‘Atrévete a pensar por ti mismo’, invitando a cada ser humano mayor de edad intelectualmente a independizarse en el pensamiento. Fue este axioma el que llevó a […]

En un video didáctico sobre El Conocimiento desde la escuela de Emmanuel Kant, el filósofo prusiano define al Siglo de la Ilustración de su nacimiento en una frase, ‘Atrévete a pensar por ti mismo’, invitando a cada ser humano mayor de edad intelectualmente a independizarse en el pensamiento. Fue este axioma el que llevó a la Europa del siglo XVIII a cambiar las tinieblas de la ignorancia por la luz del conocimiento y la razón. Oportuna reflexión a pocos días de cumplirse en nuestro país el día D en el tema electoral.

Y que cobra importancia esta semana donde a cambio de apariciones en plaza pública, las campañas presidenciales, algunos medios de comunicación y activistas profesionales tendrán todo el tiempo del mundo para inundarnos de miedos, resentimientos, rencores, desinformaciones, falsas promesas y todo lo que le quepa a la cloaca de la irresponsabilidad en que se han convertido las redes sociales.

Esta elección presidencial no es igual a las recientes anteriores, nuestro país viene de sesenta años de guerra sin cuartel ni ley, aquí ha pasado de todo, todos hemos sido víctimas de una equivocación histórica que el gobierno Santos, gústenos o no, llevó al punto de quiebre en una negociación que para desarrollarse necesita del concurso de las fuerzas políticas y del conglomerado social, decidiendo si avanzamos hacia un país reconciliado o nos regresamos a los tiempos en que solo esperábamos el turno para llorar los rigores de una guerra estéril. La confrontación perpetua no nos va a devolver al ser querido.

Pero paradójicamente en esta campaña presidencial el qué, cómo y cuándo de un estudio serio que plantee soluciones realizables o por lo menos abra el debate sobre la problemática nacional, se ha visto ensombrecido por versiones que, sin importar su veracidad, solo buscan manipular nuestra intención de voto. En estos días no es raro ver a algún amigo nervioso porque ya viene el ‘castrochavismo’ a expropiarlo, sin tener un centímetro de tierra, o a otro sumido en una profunda autocensura por susto a la desmembración con una ‘motosierra’, cuando afortunadamente esas prácticas quedaron en el pasado. Hoy nuestro país es otro.

Por todo esto me atrevo a insistir en la frase con que Kant sintetizó el origen del Siglo de las Luces e invitarlos a pensar por ustedes mismos, yo intento hacerlo y creo que lo hago sin infundados miedos o sin ajenos deseos de venganza, solo concentrado en una elección que marcará el futuro del país. Ojalá los guarismos electorales ciertamente reflejen a voluntad del pueblo y que en honor y grandeza de la democracia gane quien tenga las mayorías. Atrévete a pensar en ti, vota bien. Un abrazo.
Por Antonio María Araújo Calderón
[email protected]
@antoniomaria A

Columnista
22 mayo, 2018

¡Atrévete!

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Antonio María Araujo

En un video didáctico sobre El Conocimiento desde la escuela de Emmanuel Kant, el filósofo prusiano define al Siglo de la Ilustración de su nacimiento en una frase, ‘Atrévete a pensar por ti mismo’, invitando a cada ser humano mayor de edad intelectualmente a independizarse en el pensamiento. Fue este axioma el que llevó a […]


En un video didáctico sobre El Conocimiento desde la escuela de Emmanuel Kant, el filósofo prusiano define al Siglo de la Ilustración de su nacimiento en una frase, ‘Atrévete a pensar por ti mismo’, invitando a cada ser humano mayor de edad intelectualmente a independizarse en el pensamiento. Fue este axioma el que llevó a la Europa del siglo XVIII a cambiar las tinieblas de la ignorancia por la luz del conocimiento y la razón. Oportuna reflexión a pocos días de cumplirse en nuestro país el día D en el tema electoral.

Y que cobra importancia esta semana donde a cambio de apariciones en plaza pública, las campañas presidenciales, algunos medios de comunicación y activistas profesionales tendrán todo el tiempo del mundo para inundarnos de miedos, resentimientos, rencores, desinformaciones, falsas promesas y todo lo que le quepa a la cloaca de la irresponsabilidad en que se han convertido las redes sociales.

Esta elección presidencial no es igual a las recientes anteriores, nuestro país viene de sesenta años de guerra sin cuartel ni ley, aquí ha pasado de todo, todos hemos sido víctimas de una equivocación histórica que el gobierno Santos, gústenos o no, llevó al punto de quiebre en una negociación que para desarrollarse necesita del concurso de las fuerzas políticas y del conglomerado social, decidiendo si avanzamos hacia un país reconciliado o nos regresamos a los tiempos en que solo esperábamos el turno para llorar los rigores de una guerra estéril. La confrontación perpetua no nos va a devolver al ser querido.

Pero paradójicamente en esta campaña presidencial el qué, cómo y cuándo de un estudio serio que plantee soluciones realizables o por lo menos abra el debate sobre la problemática nacional, se ha visto ensombrecido por versiones que, sin importar su veracidad, solo buscan manipular nuestra intención de voto. En estos días no es raro ver a algún amigo nervioso porque ya viene el ‘castrochavismo’ a expropiarlo, sin tener un centímetro de tierra, o a otro sumido en una profunda autocensura por susto a la desmembración con una ‘motosierra’, cuando afortunadamente esas prácticas quedaron en el pasado. Hoy nuestro país es otro.

Por todo esto me atrevo a insistir en la frase con que Kant sintetizó el origen del Siglo de las Luces e invitarlos a pensar por ustedes mismos, yo intento hacerlo y creo que lo hago sin infundados miedos o sin ajenos deseos de venganza, solo concentrado en una elección que marcará el futuro del país. Ojalá los guarismos electorales ciertamente reflejen a voluntad del pueblo y que en honor y grandeza de la democracia gane quien tenga las mayorías. Atrévete a pensar en ti, vota bien. Un abrazo.
Por Antonio María Araújo Calderón
[email protected]
@antoniomaria A