A través de los instrumentos vallenatos, en el corregimiento de Atánquez, al norte de Valledupar, buscan que los niños y adolescentes usen su tiempo libre para aprender de la música que fue declarada por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

El bacteriólogo y locutor Orlando Velázquez García es uno de los fundadores del Centro Cultural Pedro García Díaz, donde alrededor de 25 jóvenes del corregimiento asisten para aprender a interpretar el acordeón, la caja y la guacharaca.

“Muchas personas y yo hemos organizados un evento cívico cultural que se llama sinfonía folclórica del Cesar, encontramos unos niños dedicados a ciertas actividades no acordes con los principios fundamentales de su formación y resolvimos que organizáramos muchos eventos cívicos y culturales que redundan al beneficio de la comunidad”, manifestó Velázquez García.

La música, según expertos de la educación, contribuye de forma importante en la personalidad humana ya que brinda un enriquecimiento estético y favorece el desarrollo del optimismo y el bienestar personal, además de impulsar y mantener las costumbres de una región, objetivos de la escuela musical Pedro García Díaz, que hace pocos meses trabaja en beneficio de los niños y adolescentes de Atánquez.

“Que los muchachos vayan aprender instrumentos allí, se distraigan, se ocupan más y como todos no pueden practicar música porque no tienen el incentivo o no les gusta. Estamos organizando también una cancha de microfútbol para que los que no vayan a la música hagan deporte, el fin es buscarles algo que hacer”, acotó Velázquez García.

El centro cultural ha recibido donaciones de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata y de empresas privadas interesadas en el bienestar de los niños y adolescentes de Atánquez.

Mohamed Osman Díaz
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