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Columnista - 23 febrero, 2012

Aquí estamos.

DOS PUNTOS. Germán Piedrahíta R. Son tantas las cosas que suceden en nuestro país que nos da por pensar cuanta verdad y cuanta mentira en lo que oímos, leemos o vemos. De corrupción ya no cabe una situación más y hasta con estudiantes fantasmas se  terminan robando dineros en la educación, después que la DIAN […]

DOS PUNTOS.

Germán Piedrahíta R.

Son tantas las cosas que suceden en nuestro país que nos da por pensar cuanta verdad y cuanta mentira en lo que oímos, leemos o vemos.

De corrupción ya no cabe una situación más y hasta con estudiantes fantasmas se  terminan robando dineros en la educación, después que la DIAN sorprendió con el carrusel no solo de la chatarra sino en todos los productos exportables.
Lo cínico de la familia Nule solo es comparable con los trinos del expresidente que siendo un apátrida por su respaldo inmoral a sus subalternos descalifica a las cortes, fiscalía, procuraduría, contraloría y todos los entes del gobierno que él dejó en ese estado.
No se logra entender que alcaldes o gobernadores sean culpables por delitos de sus subalternos, secretarios, asesores y hasta mensajeros y en el caso de nuestros expresidentes, ellos, nunca serán culpables de nada. Samper del elefante; Pastrana del Caguán; Belisario del Palacio; López de la ventanilla; Gaviria de la apertura; Turbay del narcogobierno y  Uribe que termina siendo el más falso positivo de todos los paragobiernos.

Un comisionado que no se dio cuenta de nada y nada es nada, aunque muy seguramente si los periodistas que acompañaron todas esas “desmovilizaciones” desempolvan sus recuerdos, fotos, grabaciones y escritos recordarán las risas cómplices de esos cientos de muchachos recién desempacados para ganarse unos pesitos al presentarse como paracos o guerrillos. El cuchicheo de los comunicadores al “descubrir” gente “conocida” en las tan mentadas y publicitadas entregas sería un nuevo e hilarante capítulo de nuestras farsas victoriosas, de uniformes nuevos, cabellos largos, piercing y hasta símbolos de la cruz roja chimbiados en helicópteros extrañamente desconocidos.
Si pasan cosas a nivel nacional, localmente no dejan de ser llamativas: por la democracia se quiere que los mandatarios entrantes dejen de revisar lo hecho por los anteriores y se quiere hacer creer que es poco ético “poner el retrovisor” si ese es precisamente el que más se debe usar porque al mirar hacia atrás se puede saber lo que hay, lo que falta y lo que no se hizo. Claro que también hay que mirar si se gastó todo lo que había y si se hizo bien, regular o mal. Ese cuentico de falta de respeto por revisar lo hecho no debe seguir adelante. Espejo retrovisor y a corregir lo malo.

Y sí, estamos aquí y escribíamos que algunos cercanos al alcalde le montarían lo del “espacio público” y he aquí al alcalde, a salir a perseguir las ventas de arepa y empanada como Quijote mal montado y como ese Sancho se sintió poderoso impulsó al burgomaestre a una flecha al vacío con la ley zanahoria que va en contra de la poca economía del entretenimiento del municipio.
Alcalde no por irse para la casa a las dos dejarán de matarse los que conducen mal y con tragos, también se matan a las diez de la mañana de un domingo. Alcalde, la responsabilidad de la vida de sus conciudadanos no es suya si ellos no respetan las normas y reglas de una vida en sociedad. Aquí sí la autoridad, la policía quitando carros y motos a jovencitos sin pase ni permisos y sus padres con castigo social barriendo calles y parques; nadie por ser “hijo de papi” puede estar exento de cumplir las leyes existentes. Los piques en Miami no son de estrato 1, 2 o 3,  tampoco los muertos.

Lo del carnaval, los vándalos se lo buscaron y como no hay organización verdadera pues sin los dineros de la Alcaldía no se tendrá carnaval. Y sí, es un buen tema de debate para el cluster de la cultura y la música vallenata: ¿Los carnavales de Valledupar, mito o realidad?

Mis agradecimientos a los doctores José Romero Churio, Julio Cesar Vargas, Rodrigo Córdoba, Rafael Porto, Clínica Valledupar, J.J. Daza, Dickson Quiroz, Carlos Quintero, Rita Fernández, Arbey Méndez, José Luis Urón, Félix Valera y todos los amigos que no menciono por razones de espacio que me apoyan en mis quebrantos de salud. Aquí estoy de pie.

gepiro1@hotmail.com

Columnista
23 febrero, 2012

Aquí estamos.

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Germán Piedrahíta R.

DOS PUNTOS. Germán Piedrahíta R. Son tantas las cosas que suceden en nuestro país que nos da por pensar cuanta verdad y cuanta mentira en lo que oímos, leemos o vemos. De corrupción ya no cabe una situación más y hasta con estudiantes fantasmas se  terminan robando dineros en la educación, después que la DIAN […]


DOS PUNTOS.

Germán Piedrahíta R.

Son tantas las cosas que suceden en nuestro país que nos da por pensar cuanta verdad y cuanta mentira en lo que oímos, leemos o vemos.

De corrupción ya no cabe una situación más y hasta con estudiantes fantasmas se  terminan robando dineros en la educación, después que la DIAN sorprendió con el carrusel no solo de la chatarra sino en todos los productos exportables.
Lo cínico de la familia Nule solo es comparable con los trinos del expresidente que siendo un apátrida por su respaldo inmoral a sus subalternos descalifica a las cortes, fiscalía, procuraduría, contraloría y todos los entes del gobierno que él dejó en ese estado.
No se logra entender que alcaldes o gobernadores sean culpables por delitos de sus subalternos, secretarios, asesores y hasta mensajeros y en el caso de nuestros expresidentes, ellos, nunca serán culpables de nada. Samper del elefante; Pastrana del Caguán; Belisario del Palacio; López de la ventanilla; Gaviria de la apertura; Turbay del narcogobierno y  Uribe que termina siendo el más falso positivo de todos los paragobiernos.

Un comisionado que no se dio cuenta de nada y nada es nada, aunque muy seguramente si los periodistas que acompañaron todas esas “desmovilizaciones” desempolvan sus recuerdos, fotos, grabaciones y escritos recordarán las risas cómplices de esos cientos de muchachos recién desempacados para ganarse unos pesitos al presentarse como paracos o guerrillos. El cuchicheo de los comunicadores al “descubrir” gente “conocida” en las tan mentadas y publicitadas entregas sería un nuevo e hilarante capítulo de nuestras farsas victoriosas, de uniformes nuevos, cabellos largos, piercing y hasta símbolos de la cruz roja chimbiados en helicópteros extrañamente desconocidos.
Si pasan cosas a nivel nacional, localmente no dejan de ser llamativas: por la democracia se quiere que los mandatarios entrantes dejen de revisar lo hecho por los anteriores y se quiere hacer creer que es poco ético “poner el retrovisor” si ese es precisamente el que más se debe usar porque al mirar hacia atrás se puede saber lo que hay, lo que falta y lo que no se hizo. Claro que también hay que mirar si se gastó todo lo que había y si se hizo bien, regular o mal. Ese cuentico de falta de respeto por revisar lo hecho no debe seguir adelante. Espejo retrovisor y a corregir lo malo.

Y sí, estamos aquí y escribíamos que algunos cercanos al alcalde le montarían lo del “espacio público” y he aquí al alcalde, a salir a perseguir las ventas de arepa y empanada como Quijote mal montado y como ese Sancho se sintió poderoso impulsó al burgomaestre a una flecha al vacío con la ley zanahoria que va en contra de la poca economía del entretenimiento del municipio.
Alcalde no por irse para la casa a las dos dejarán de matarse los que conducen mal y con tragos, también se matan a las diez de la mañana de un domingo. Alcalde, la responsabilidad de la vida de sus conciudadanos no es suya si ellos no respetan las normas y reglas de una vida en sociedad. Aquí sí la autoridad, la policía quitando carros y motos a jovencitos sin pase ni permisos y sus padres con castigo social barriendo calles y parques; nadie por ser “hijo de papi” puede estar exento de cumplir las leyes existentes. Los piques en Miami no son de estrato 1, 2 o 3,  tampoco los muertos.

Lo del carnaval, los vándalos se lo buscaron y como no hay organización verdadera pues sin los dineros de la Alcaldía no se tendrá carnaval. Y sí, es un buen tema de debate para el cluster de la cultura y la música vallenata: ¿Los carnavales de Valledupar, mito o realidad?

Mis agradecimientos a los doctores José Romero Churio, Julio Cesar Vargas, Rodrigo Córdoba, Rafael Porto, Clínica Valledupar, J.J. Daza, Dickson Quiroz, Carlos Quintero, Rita Fernández, Arbey Méndez, José Luis Urón, Félix Valera y todos los amigos que no menciono por razones de espacio que me apoyan en mis quebrantos de salud. Aquí estoy de pie.

gepiro1@hotmail.com