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Política - 26 abril, 2015

Álvaro Araújo insiste en la admisión de su caso

El exsenador Araújo Castro le solicitó a la Corte Interamericana de Derechos Humanos la revisión de su condena.

Exsenador Álvaro Araújo Castro.
Exsenador Álvaro Araújo Castro.

El exsenador de la República, Álvaro Araújo Castro, hizo un llamado a la Corte Interamericana de Derechos Humanos que sesionó extraordinariamente en Cartagena, para que su caso sea admitido por dicho organismo.
Araujo que fue condenado por la Corte Suprema de Justicia por concierto para delinquir con grupos paramilitares, explicó que le fue impuesta la privación de su libertad sin un juicio justo, violando sus derechos y dijo además que en Colombia con el “sistema inquisitivo vigente” y sin doble instancia, el Estado viola constitucionalmente los mismos Derechos Humanos que en el Pacto de San José, la Corte reivindicó. La siguiente es la entrevista concedida al diario EL PILÓN.

EL PILÓN: ¿Cómo ha sido la lucha jurídica en este proceso?
Álvaro Araújo Castro: Ha sido una experiencia larga, dura, desigual, a veces desesperanzadora, muy formativa y me ha madurado mucho.

EP: ¿Por qué se dice que el caso de Leopoldo López, líder venezolano, es parecido al de usted?
AA: No se parece detalladamente, pero tienen elementos comunes, yo soy una víctima del Estado colombiano, hay una motivación política en una detención ilegal, así como Leopoldo fue detenido ilegalmente, yo también fui detenido ilegalmente y estoy en riesgo inminente de retención ilegal. Estoy ante un Estado que se hace el de la vista gorda, que ignora que tengo derechos y que tiene la obligación de proteger los derechos fundamentales de todos los colombianos.

EP: ¿Qué ha logrado usted en este proceso?
AA: Me ha tocado acudir a instancias, órganos y organizaciones internacionales, lo triste de todo es que para el aparato jurídico colombiano como no soy lo suficientemente vulnerable, enfermo, pobre o de población marginal, entonces me tratan como si yo no tuviera que ser reconocido como una víctima, y yo si tengo derechos, porque no tengo que intentar suicidarme, caer en la desesperanza o morir en la depresión para que por tristeza, dolor y misericordia me quieran respetar mis derechos, al contrario, si Dios y mis luchas me han dado fortaleza, esa no puede ser la razón para que yo no pueda acceder a la justicia.

EP: ¿Qué es lo que viene para usted después de emprender esa lucha jurídica?
AA: La admisión de mi caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la Comisión tiene que admitir mi caso, porque hay una organización internacional que se llama la Unión Interparlamentaria que tiene claridad total de que yo soy un hombre inocente, que se me han violado los derechos por parte del Estado colombiano, porque hay partidos socialistas Europeos, como el Portugués, Suizo, Español y parlamentos Europeos como el Italiano, que aprobó una proposición vinculando al Estado italiano en mi caso como víctima de derechos.

EP: ¿Qué ha logrado demostrar con todas sus gestiones?
AA: Por sentencias judiciales se ha demostrado que soy inocente, la Procuraduría General de la Nación que no es un órgano judicial, pero que defiende los intereses de los ciudadanos, me absolvió y las Fiscalía General precluyó una investigación en la que se me acusaba de secuestro, un secuestro que según la Corte estaba indivisiblemente asociado al concierto para delinquir, por lo tanto tengo absoluciones judiciales, disciplinarias, políticas y concepto de los órganos y organismos más importantes y reputados a nivel internacional, por eso la Comisión Interamericana de Derechos Humanos tiene que admitir mi caso.

EP: ¿A qué tiene derecho aquí en Colombia?
AA: Aquí en Colombia soy un secuestrado, un proscrito porque tengo la macula de haber sido condenado por la Corte, lo que pasa es que la macula la debería tener la Corte, no yo, que me condenó sin juicio. La Corte en su procedimiento enlodó la majestad de la justicia y se burló de la asepsia que tiene que guardar el Estado colombiano frente a los procedimientos frente a esas facultades superiores que le concede la Constitución, como privar de la libertad a una persona, pero yo he padecido en la enfermedad y la privación de la libertad, esto es algo difícil en la vida, porque yo vivía era con miedo, porque cuando a uno lo persigue la justicia sin ninguna razón es como si me estuviera persiguiendo un sicario sin razón alguna.

EP: ¿Cómo le cambió la vida?
AA: Uno vive con miedo, la personalidad cambia, al igual que la vida, las relaciones humanas y la estructura familiar también cambia, todo se rompe, se daña, yo padecí tres isquemias cerebrales, estuve cuatro meses en un hospital sin poderme mover ni hablar, y para recuperarme tocaba levantarme a las tres de la mañana porque no podía salir al pasillo a tratar de caminar, porque si me veían caminando me mandaban otra vez para la cárcel porque supuestamente estaba bien, a pesar de que la Directora dijo que no me recibía más porque no tenían condiciones para que yo no me muriera. Ser víctima del perjuicio y del miedo es un secuestro, yo he vivido secuestrado por culpa de la justicia colombiana.

EP: ¿Cuál ha sido su mayor fortaleza para continuar con este proceso?
AA: Tal vez mi mayor fortaleza ha sido la certeza de que yo soy un hombre inocente, ha sido el compromiso que yo siempre sentí con las personas que me eligieron y me llevaron al Congreso, que construyeron el Partido Alas que lo formamos entre muchas personas, ha sido la necesidad de salir del fondo de ese ‘barrial’ en el cual una serie de circunstancias imaginables me llevaron allá, y por supuesto el amor y la solidaridad de las personas más cercanas a mí, mi familia y mis amigos.

Por Katherine Villazón/ El pilón
[email protected]

Política
26 abril, 2015

Álvaro Araújo insiste en la admisión de su caso

El exsenador Araújo Castro le solicitó a la Corte Interamericana de Derechos Humanos la revisión de su condena.


Exsenador Álvaro Araújo Castro.
Exsenador Álvaro Araújo Castro.

El exsenador de la República, Álvaro Araújo Castro, hizo un llamado a la Corte Interamericana de Derechos Humanos que sesionó extraordinariamente en Cartagena, para que su caso sea admitido por dicho organismo.
Araujo que fue condenado por la Corte Suprema de Justicia por concierto para delinquir con grupos paramilitares, explicó que le fue impuesta la privación de su libertad sin un juicio justo, violando sus derechos y dijo además que en Colombia con el “sistema inquisitivo vigente” y sin doble instancia, el Estado viola constitucionalmente los mismos Derechos Humanos que en el Pacto de San José, la Corte reivindicó. La siguiente es la entrevista concedida al diario EL PILÓN.

EL PILÓN: ¿Cómo ha sido la lucha jurídica en este proceso?
Álvaro Araújo Castro: Ha sido una experiencia larga, dura, desigual, a veces desesperanzadora, muy formativa y me ha madurado mucho.

EP: ¿Por qué se dice que el caso de Leopoldo López, líder venezolano, es parecido al de usted?
AA: No se parece detalladamente, pero tienen elementos comunes, yo soy una víctima del Estado colombiano, hay una motivación política en una detención ilegal, así como Leopoldo fue detenido ilegalmente, yo también fui detenido ilegalmente y estoy en riesgo inminente de retención ilegal. Estoy ante un Estado que se hace el de la vista gorda, que ignora que tengo derechos y que tiene la obligación de proteger los derechos fundamentales de todos los colombianos.

EP: ¿Qué ha logrado usted en este proceso?
AA: Me ha tocado acudir a instancias, órganos y organizaciones internacionales, lo triste de todo es que para el aparato jurídico colombiano como no soy lo suficientemente vulnerable, enfermo, pobre o de población marginal, entonces me tratan como si yo no tuviera que ser reconocido como una víctima, y yo si tengo derechos, porque no tengo que intentar suicidarme, caer en la desesperanza o morir en la depresión para que por tristeza, dolor y misericordia me quieran respetar mis derechos, al contrario, si Dios y mis luchas me han dado fortaleza, esa no puede ser la razón para que yo no pueda acceder a la justicia.

EP: ¿Qué es lo que viene para usted después de emprender esa lucha jurídica?
AA: La admisión de mi caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la Comisión tiene que admitir mi caso, porque hay una organización internacional que se llama la Unión Interparlamentaria que tiene claridad total de que yo soy un hombre inocente, que se me han violado los derechos por parte del Estado colombiano, porque hay partidos socialistas Europeos, como el Portugués, Suizo, Español y parlamentos Europeos como el Italiano, que aprobó una proposición vinculando al Estado italiano en mi caso como víctima de derechos.

EP: ¿Qué ha logrado demostrar con todas sus gestiones?
AA: Por sentencias judiciales se ha demostrado que soy inocente, la Procuraduría General de la Nación que no es un órgano judicial, pero que defiende los intereses de los ciudadanos, me absolvió y las Fiscalía General precluyó una investigación en la que se me acusaba de secuestro, un secuestro que según la Corte estaba indivisiblemente asociado al concierto para delinquir, por lo tanto tengo absoluciones judiciales, disciplinarias, políticas y concepto de los órganos y organismos más importantes y reputados a nivel internacional, por eso la Comisión Interamericana de Derechos Humanos tiene que admitir mi caso.

EP: ¿A qué tiene derecho aquí en Colombia?
AA: Aquí en Colombia soy un secuestrado, un proscrito porque tengo la macula de haber sido condenado por la Corte, lo que pasa es que la macula la debería tener la Corte, no yo, que me condenó sin juicio. La Corte en su procedimiento enlodó la majestad de la justicia y se burló de la asepsia que tiene que guardar el Estado colombiano frente a los procedimientos frente a esas facultades superiores que le concede la Constitución, como privar de la libertad a una persona, pero yo he padecido en la enfermedad y la privación de la libertad, esto es algo difícil en la vida, porque yo vivía era con miedo, porque cuando a uno lo persigue la justicia sin ninguna razón es como si me estuviera persiguiendo un sicario sin razón alguna.

EP: ¿Cómo le cambió la vida?
AA: Uno vive con miedo, la personalidad cambia, al igual que la vida, las relaciones humanas y la estructura familiar también cambia, todo se rompe, se daña, yo padecí tres isquemias cerebrales, estuve cuatro meses en un hospital sin poderme mover ni hablar, y para recuperarme tocaba levantarme a las tres de la mañana porque no podía salir al pasillo a tratar de caminar, porque si me veían caminando me mandaban otra vez para la cárcel porque supuestamente estaba bien, a pesar de que la Directora dijo que no me recibía más porque no tenían condiciones para que yo no me muriera. Ser víctima del perjuicio y del miedo es un secuestro, yo he vivido secuestrado por culpa de la justicia colombiana.

EP: ¿Cuál ha sido su mayor fortaleza para continuar con este proceso?
AA: Tal vez mi mayor fortaleza ha sido la certeza de que yo soy un hombre inocente, ha sido el compromiso que yo siempre sentí con las personas que me eligieron y me llevaron al Congreso, que construyeron el Partido Alas que lo formamos entre muchas personas, ha sido la necesidad de salir del fondo de ese ‘barrial’ en el cual una serie de circunstancias imaginables me llevaron allá, y por supuesto el amor y la solidaridad de las personas más cercanas a mí, mi familia y mis amigos.

Por Katherine Villazón/ El pilón
[email protected]