EL PILÓN buscó opiniones sobre esta lamentable práctica que sigue robando vidas de forma prematura.
En lo que va corrido del año, ya son varios los jóvenes menores y mayores de edad, que deciden auto eliminarse. Algunos de los casos que envuelven a los adolescentes es la carencia de afecto y protección por parte de sus progenitores, convirtiendo ese vacío en una depresión que mal manejada puede llevar a una conducta suicida.
María Eugenia Sarmiento, psicóloga clínica, magister en psiconeurociquiatría y rehabilitación, indicó que este tema no es de un día a otro; primero se da la idea, luego la planificación y posteriormente la ejecución. Sostuvo que los padres deben estar alertas ante ciertos comportamientos de los hijos como es el aislamiento, el desánimo, rebeldía, mal rendimiento académicamente, alteración del sueño y de la alimentación; no sonríen, constantemente hablan de la muerte, cambios que pueden ser palpables antes los ojos de la familia.
Sarmiento además pertenece a la red mundial de suicidiología, por lo que con autoridad dijo que con respecto a los niños se debe vigilar que no estén siendo víctimas de un presunto abuso sexual. Por otro lado, cuando se es adulto, atentos a que no estén involucrados con malas amistades y la falta de un proyecto de vida, ya que esta es la población más vulnerable a cometer suicidios.
Algunas causas multifactoriales para esta lamentable práctica pueden ser trastorno estado de ánimo, trastornos de la esquizofrenia, cuando el adolescente escucha voces y ve cosas, consumo de sustancia psicoactivas y una personalidad limitada, aquellas personas inestables a nivel personal.
Aunque esta debe ser una preocupación colectiva y no sólo de la iglesia se debe seguir trabajando para reducir los incides de suicidios. El sacerdote Doriam Danilo Rocha, párroco de la iglesia Inmaculada Concepción de Valledupar, puntualizó tres factores que llevan al suicidio: la pérdida del temor y amor a Dios, jóvenes que aluden al vacío afectivo que llevan y poca capacidad de sufrimiento con la que hoy se están preparando a los niños y jóvenes. Agregó “el demonio utiliza nuestros vacíos afectivos, nuestras carencias, nuestras heridas para destruirnos; una persona cuando decide quitarse la vida ya es un acto demoníaco” , acotó el padre.
EL PILÓN buscó opiniones sobre esta lamentable práctica que sigue robando vidas de forma prematura.
En lo que va corrido del año, ya son varios los jóvenes menores y mayores de edad, que deciden auto eliminarse. Algunos de los casos que envuelven a los adolescentes es la carencia de afecto y protección por parte de sus progenitores, convirtiendo ese vacío en una depresión que mal manejada puede llevar a una conducta suicida.
María Eugenia Sarmiento, psicóloga clínica, magister en psiconeurociquiatría y rehabilitación, indicó que este tema no es de un día a otro; primero se da la idea, luego la planificación y posteriormente la ejecución. Sostuvo que los padres deben estar alertas ante ciertos comportamientos de los hijos como es el aislamiento, el desánimo, rebeldía, mal rendimiento académicamente, alteración del sueño y de la alimentación; no sonríen, constantemente hablan de la muerte, cambios que pueden ser palpables antes los ojos de la familia.
Sarmiento además pertenece a la red mundial de suicidiología, por lo que con autoridad dijo que con respecto a los niños se debe vigilar que no estén siendo víctimas de un presunto abuso sexual. Por otro lado, cuando se es adulto, atentos a que no estén involucrados con malas amistades y la falta de un proyecto de vida, ya que esta es la población más vulnerable a cometer suicidios.
Algunas causas multifactoriales para esta lamentable práctica pueden ser trastorno estado de ánimo, trastornos de la esquizofrenia, cuando el adolescente escucha voces y ve cosas, consumo de sustancia psicoactivas y una personalidad limitada, aquellas personas inestables a nivel personal.
Aunque esta debe ser una preocupación colectiva y no sólo de la iglesia se debe seguir trabajando para reducir los incides de suicidios. El sacerdote Doriam Danilo Rocha, párroco de la iglesia Inmaculada Concepción de Valledupar, puntualizó tres factores que llevan al suicidio: la pérdida del temor y amor a Dios, jóvenes que aluden al vacío afectivo que llevan y poca capacidad de sufrimiento con la que hoy se están preparando a los niños y jóvenes. Agregó “el demonio utiliza nuestros vacíos afectivos, nuestras carencias, nuestras heridas para destruirnos; una persona cuando decide quitarse la vida ya es un acto demoníaco” , acotó el padre.