Por amenaza de bomba en un avión que viajaba de Bogotá hacia Barranquilla, el piloto pidió un aterrizaje de emergencia en Valledupar y de inmediato se activó el COE, (Centro de Operaciones de Emergencia) y se notificó a la Policía Antiexplosivos que destruyó el artefacto de forma contralada. Esto ocurrió la mañana de ayer, en desarrollo de un simulacro en el aeropuerto Alfonso López para medir la capacidad de reacción de los organismos de socorro ante una emergencia.

El repaso de los planes de contingencia se hizo con más rigor que nunca, puesto apenas habían pasado menos de 48 horas del siniestro del avión en Antioquia, en el que perecieron 71 personas, directivos y jugadores del equipo de fútbol Chapecoense de Brasil.

Para el administrador del aeropuerto de la capital cesarense, Henry Smith Padrilla Oñate, una falla de comunicación humana sería una de las posibles causas del siniestro aéreo que enluta al fútbol mundial.

“Lo que he escuchado en las noticias se puede concluir que hubo una falla en la comunicación humana entre el piloto y la torre de control, creo que el piloto no conocía bien el área porque ese cerro tiene ocho mil pies y no tenía por qué estar volando a esa altura, pero la verdad la tiene la caja negra, es allí donde está la respuesta al accidente, pero lo que nosotros digamos ahora no tiene ninguna validez”, aseguró Padrilla Oñate.

El funcionario también se refirió al efecto generado en el tráfico aéreo, a raíz del accidente que conmocionó a Latinoamérica.

“No nos afecta en nada porque se trató de un vuelo chárter o privado de una empresa específica, las operaciones de nosotros son totalmente independientes; lo que sí reconocemos es que es un tema sensible, la gente anda prevenida por la conmoción que genera un hecho como este, a veces la misma situación conlleva a que algunos piensen en un accidente igual”, indicó luego del simulacro realizado en la pista de la terminal aérea.

Padrilla Oñate reveló el procedimiento a seguir en este tipo de hechos. “Cuando se presentan estas situaciones se activa un plan de contingencia para luego diseñar un plan de emergencia que involucre a todos los organismos de salvamento y de acuerdo a la naturaleza del evento de esa manera nos preparamos, precisamente en hoy (ayer) realizamos un simulacro sobre una amenaza de bomba con un avión que viajaba de Bogotá hacia Barranquilla, el piloto pide un aterrizaje de emergencia en Valledupar, como es una bomba se activa el COE y se notifica a la Policía Antiexplosivos, la explosión fue contralada, esto se hizo para medir el tiempo de reacción en situaciones de riesgos, es un protocolo que debemos cumplir cada año, tal como lo rige la Aeronáutica Civil”.

Agregó que del aeropuerto Alfonso López de Valledupar parten siete vuelos comerciales diarios, cinco para Bogotá y dos para Barranquilla, con un promedio aproximado de 120 personas por vuelo.

Puntos de vista

¿Después del accidente aéreo registrado en lunes en el departamento de Antioquia en el que murieron 71 personas, siente temor a la hora de subir a un avión?

Wilgen Rodríguez.

“Sí, uno viaja con el temor, incluso nuestras familias quedan preocupadas debido a lo que ha ocurrido en los últimos días, pero siempre me encomiendo a Dios, para que sea Él quien maneje el avión, de todos modos uno como ser humano siempre dejamos la vida en manos del Todopoderoso”.

Patricia Daza.

“No me da miedo viajar, el transporte aéreo es el más seguro, creo que el destino de uno está marcado, de todos modos hay gente que sí lo hace debido a lo que ocurrió el lunes. Siempre me he transportado en avión y nunca he tenido inconvenientes”.

Henry Narváez.

“No tengo miedo de viajar, todo está en manos de Dios, la vida continúa y las aerolíneas también, creo que viajar en avión es una necesidad. Todos estamos propensos a hechos como estos, pero alguna personas si se ponen nerviosas porque son seres humanos y siente el temor de que algo les pueda pasar”.

De Valledupar parten diariamente siete vuelos comerciales, cinco para Bogotá y dos para Barranquilla, con un promedio aproximado de 120 personas por vuelo.

Nibaldo Bustamante/EL PILÓN