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Columnista - 24 octubre, 2016

A propósito de la Ideología de Género 

Si el título de esta columna llamó su atención, permítame decirle que el tema de la ideología de género se encuentra inmerso en la sociedad desde hace rato, mucho antes de su supuesta introducción en los acuerdos de La Habana, y mucho antes de las famosas cartillas del Ministerio de Educación. Para comenzar digamos que en el libro ‘El origen de la familia, la […]

Si el título de esta columna llamó su atención, permítame decirle que el tema de la ideología de género se encuentra inmerso en la sociedad desde hace rato, mucho antes de su supuesta introducción en los acuerdos de La Habana, y mucho antes de las famosas cartillas del Ministerio de Educación.

Para comenzar digamos que en el libro ‘El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, de F. Engels, autor marxista y para más señas ateo, recopiló en la citada obra publicada en 1884, las investigaciones realizadas por Tylor, Morgan, Bachofen y MacLennan sobre tribus americanas. Pues bien, en apretada síntesis, se habla allí de la existencia de las diferentes formas de familia y su evolución, hasta llegar a la monogamia, caracterizada por el matrimonio de pareja –ya no por grupos-, en virtud del  cual, se le permite al varón la infidelidad, pero no así a la mujer, quien era cruelmente castigada en caso de ser sorprendida en adulterio, y  donde el vínculo matrimonial es más sólido. La mujer pasa de ser la reina (matriarcado), a ser la esclava (monogamia).

La monogamia garantiza asimismo, la descendencia por línea paterna, única forma de asegurar a la familia disfrutar de los bienes del padre, vía herencia. La evolución de la familia, y es otra de las conclusiones a las que llega el autor, se da al unísono con la propiedad, que pasa de ser común a ser individual, de igual forma se aclara que la lucha de clases no tuvo como primer escenario la sociedad, con la pugna entre el proletariado y la burguesía, sino  la familia, con la lucha de poder entre el varón y la mujer, que trajo consigo la sumisión de la mujer, la asignación del  rol de procreadora, labores de crianza de la prole y los quehaceres domésticos, en tanto que el varón se dedica a proveer y engendrar los hijos, constituyéndose en el jefe de la familia (patriarcado).

La ideología de género, redefine el rol del ser humano, en lo referente a su identidad sexual, auspiciado por movimientos político-culturales feministas y  grupos LGTBI, liberando al individuo  de las cargas impuestas por las religiones y la  sociedad.

Sobre este tema, el Papa Benedicto XVI  nos aclara: “Ahora con la ideología de género el hombre moderno pretende liberarse incluso de las exigencias de su propio cuerpo: se considera un ser autónomo que se construye a sí mismo; una pura voluntad que se  autocrea y se convierte en un dios para sí mismo”. En este orden de ideas, considero que la  formación moral de nuestros hijos es tarea, no del Estado, sino de nosotros los padres de familia. ¡Asumámosla con responsabilidad!

Columnista
24 octubre, 2016

A propósito de la Ideología de Género 

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Dario Arregoces

Si el título de esta columna llamó su atención, permítame decirle que el tema de la ideología de género se encuentra inmerso en la sociedad desde hace rato, mucho antes de su supuesta introducción en los acuerdos de La Habana, y mucho antes de las famosas cartillas del Ministerio de Educación. Para comenzar digamos que en el libro ‘El origen de la familia, la […]


Si el título de esta columna llamó su atención, permítame decirle que el tema de la ideología de género se encuentra inmerso en la sociedad desde hace rato, mucho antes de su supuesta introducción en los acuerdos de La Habana, y mucho antes de las famosas cartillas del Ministerio de Educación.

Para comenzar digamos que en el libro ‘El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, de F. Engels, autor marxista y para más señas ateo, recopiló en la citada obra publicada en 1884, las investigaciones realizadas por Tylor, Morgan, Bachofen y MacLennan sobre tribus americanas. Pues bien, en apretada síntesis, se habla allí de la existencia de las diferentes formas de familia y su evolución, hasta llegar a la monogamia, caracterizada por el matrimonio de pareja –ya no por grupos-, en virtud del  cual, se le permite al varón la infidelidad, pero no así a la mujer, quien era cruelmente castigada en caso de ser sorprendida en adulterio, y  donde el vínculo matrimonial es más sólido. La mujer pasa de ser la reina (matriarcado), a ser la esclava (monogamia).

La monogamia garantiza asimismo, la descendencia por línea paterna, única forma de asegurar a la familia disfrutar de los bienes del padre, vía herencia. La evolución de la familia, y es otra de las conclusiones a las que llega el autor, se da al unísono con la propiedad, que pasa de ser común a ser individual, de igual forma se aclara que la lucha de clases no tuvo como primer escenario la sociedad, con la pugna entre el proletariado y la burguesía, sino  la familia, con la lucha de poder entre el varón y la mujer, que trajo consigo la sumisión de la mujer, la asignación del  rol de procreadora, labores de crianza de la prole y los quehaceres domésticos, en tanto que el varón se dedica a proveer y engendrar los hijos, constituyéndose en el jefe de la familia (patriarcado).

La ideología de género, redefine el rol del ser humano, en lo referente a su identidad sexual, auspiciado por movimientos político-culturales feministas y  grupos LGTBI, liberando al individuo  de las cargas impuestas por las religiones y la  sociedad.

Sobre este tema, el Papa Benedicto XVI  nos aclara: “Ahora con la ideología de género el hombre moderno pretende liberarse incluso de las exigencias de su propio cuerpo: se considera un ser autónomo que se construye a sí mismo; una pura voluntad que se  autocrea y se convierte en un dios para sí mismo”. En este orden de ideas, considero que la  formación moral de nuestros hijos es tarea, no del Estado, sino de nosotros los padres de familia. ¡Asumámosla con responsabilidad!