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Columnista - 24 junio, 2017

$600 mil millones

Es el monto adicional aprobado por el Congreso de la República al Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, para invertirlos en el sector agropecuario de aquí a diciembre. Es decir, tienen que gastarse cien mil millones por mes. ¿Como van hacerlo? Según una presentación del ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, $128 mil millones serán destinados […]

Es el monto adicional aprobado por el Congreso de la República al Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, para invertirlos en el sector agropecuario de aquí a diciembre. Es decir, tienen que gastarse cien mil millones por mes.

¿Como van hacerlo? Según una presentación del ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, $128 mil millones serán destinados para subsidiar “Proyectos Productivos” que seguramente van a ser escogidos por el recién nombrado viceministro de Asuntos Agropecuarios, Luis Miguel Pico, un político cordobés sin ninguna experiencia en cargos de dirección en el sector agropecuario, discípulo de Zulema Jattin y avalado por los caciques del partido de la U, Roy Barreras, Armandito Benedetti y los Ñoños.

A la Agencia Nacional de Tierras, manejada por Miguel Samper, hijo del cuestionado expresidente Ernesto Samper Pizano, le adicionaron $110 mil millones y a la Agencia de Desarrollo Rural, que gerencia Carlos Eduardo Géchem (hijo del político huilense Jorge Eduardo Géchem Turbay), le giraron otros $100 mil millones. Estas dos entidades fueron creadas el año pasado por el presidente Juan Manuel Santos, y los nombramientos fueron acordados en Palacio.

Al ICA y Corpoica, entidades hipotecadas al grupo de los enmermelados congresistas conservadores les asignaron $100 mil millones más. El resto de los recursos, unos $162 mil millones, fueron distribuidos para subsidiar vivienda rural, compra de maquinaria y equipos, sistemas de riego, forestación comercial, seguro agrícola, asistencia técnica y comercialización de productos del programa Colombia Siembra.

Si esos $600 mil millones se manejan con criterio político seguramente van a servir para asegurar unas 20 curules en el Congreso para cada partido (Liberal, Conservador y La U) y de paso ayudar al candidato presidencial que apoye el gobierno. Los políticos saben que la gente humilde es muy agradecida cuando le regalan un predio rural, una vivienda, cuando les llevan implementos agrícolas o le dan una plática como capital semilla para que siembren cualquier cultivo de pancoger. Según el reciente censo agropecuario, hay 2.7 millones de campesinos con estas necesidades, así que no les va a quedar ayudarles a conseguir esos votos a estos congresistas de la coalición del gobierno.

Si esos recursos se manejan con criterio técnico, se podrían legalizar unos 120.000 predios rurales, crear una línea de crédito subsidiada (DTF+1 e.a) a largo plazo para compra de tractores y sistemas de riego, construir unos 300 centros de emprendimiento agroindustrial para jóvenes bachilleres y montar un plan de transferencia de tecnología, manejo fitosanitario y trazabilidad ganadera.

Con estas medidas, sacamos de la ineficiencia agrícola y ganadera por lo menos a un millón de hectáreas de las cuales el 50 % podrían destinarse a cultivos de exportación (ahora que el dólar se estacionó en los $3.000) y el otro 50 % para suplir la demanda del mercado nacional.

En conclusión: Si esos $600 mil millones son manejados con el criterio político de Palacio, esa plata está perdida. Si se direccionan bajo los criterios técnicos del programa Colombia Siembra del Ministerio de Agricultura, se puede mejorar en algo la productividad de la agricultura familiar y fortalecer la agricultura empresarial.

De todas maneras, el Contralor Edgardo Maya, el Procurador, Fernando Carillo, el Fiscal Néstor Humberto Martínez y el Consejo Electoral, quedan avisados.

Columnista
24 junio, 2017

$600 mil millones

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Indalecio Dangond Baquero

Es el monto adicional aprobado por el Congreso de la República al Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, para invertirlos en el sector agropecuario de aquí a diciembre. Es decir, tienen que gastarse cien mil millones por mes. ¿Como van hacerlo? Según una presentación del ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, $128 mil millones serán destinados […]


Es el monto adicional aprobado por el Congreso de la República al Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, para invertirlos en el sector agropecuario de aquí a diciembre. Es decir, tienen que gastarse cien mil millones por mes.

¿Como van hacerlo? Según una presentación del ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, $128 mil millones serán destinados para subsidiar “Proyectos Productivos” que seguramente van a ser escogidos por el recién nombrado viceministro de Asuntos Agropecuarios, Luis Miguel Pico, un político cordobés sin ninguna experiencia en cargos de dirección en el sector agropecuario, discípulo de Zulema Jattin y avalado por los caciques del partido de la U, Roy Barreras, Armandito Benedetti y los Ñoños.

A la Agencia Nacional de Tierras, manejada por Miguel Samper, hijo del cuestionado expresidente Ernesto Samper Pizano, le adicionaron $110 mil millones y a la Agencia de Desarrollo Rural, que gerencia Carlos Eduardo Géchem (hijo del político huilense Jorge Eduardo Géchem Turbay), le giraron otros $100 mil millones. Estas dos entidades fueron creadas el año pasado por el presidente Juan Manuel Santos, y los nombramientos fueron acordados en Palacio.

Al ICA y Corpoica, entidades hipotecadas al grupo de los enmermelados congresistas conservadores les asignaron $100 mil millones más. El resto de los recursos, unos $162 mil millones, fueron distribuidos para subsidiar vivienda rural, compra de maquinaria y equipos, sistemas de riego, forestación comercial, seguro agrícola, asistencia técnica y comercialización de productos del programa Colombia Siembra.

Si esos $600 mil millones se manejan con criterio político seguramente van a servir para asegurar unas 20 curules en el Congreso para cada partido (Liberal, Conservador y La U) y de paso ayudar al candidato presidencial que apoye el gobierno. Los políticos saben que la gente humilde es muy agradecida cuando le regalan un predio rural, una vivienda, cuando les llevan implementos agrícolas o le dan una plática como capital semilla para que siembren cualquier cultivo de pancoger. Según el reciente censo agropecuario, hay 2.7 millones de campesinos con estas necesidades, así que no les va a quedar ayudarles a conseguir esos votos a estos congresistas de la coalición del gobierno.

Si esos recursos se manejan con criterio técnico, se podrían legalizar unos 120.000 predios rurales, crear una línea de crédito subsidiada (DTF+1 e.a) a largo plazo para compra de tractores y sistemas de riego, construir unos 300 centros de emprendimiento agroindustrial para jóvenes bachilleres y montar un plan de transferencia de tecnología, manejo fitosanitario y trazabilidad ganadera.

Con estas medidas, sacamos de la ineficiencia agrícola y ganadera por lo menos a un millón de hectáreas de las cuales el 50 % podrían destinarse a cultivos de exportación (ahora que el dólar se estacionó en los $3.000) y el otro 50 % para suplir la demanda del mercado nacional.

En conclusión: Si esos $600 mil millones son manejados con el criterio político de Palacio, esa plata está perdida. Si se direccionan bajo los criterios técnicos del programa Colombia Siembra del Ministerio de Agricultura, se puede mejorar en algo la productividad de la agricultura familiar y fortalecer la agricultura empresarial.

De todas maneras, el Contralor Edgardo Maya, el Procurador, Fernando Carillo, el Fiscal Néstor Humberto Martínez y el Consejo Electoral, quedan avisados.