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Columnista - 30 diciembre, 2016

2017 año de prosperidad

Así como me di el gusto de desearles una Feliz Navidad, ahora tengo el grato placer de pedirle a Dios que el Año Nuevo venga lleno de abundancia y prosperidad, de éxitos, de pingues ganancias y por qué no, una lotería o un baloto para socorrer y ayudar a la familia y a todo el […]

Así como me di el gusto de desearles una Feliz Navidad, ahora tengo el grato placer de pedirle a Dios que el Año Nuevo venga lleno de abundancia y prosperidad, de éxitos, de pingues ganancias y por qué no, una lotería o un baloto para socorrer y ayudar a la familia y a todo el que lo necesite.

Quiero darle gracias al Padre por permitir que el Niño Dios, su Hijo iluminado por el Espíritu Santo, la Trilogía más poderosa del mundo, oyera la petición que le hicieran mis nietos en sus carticas y les trajera todo lo que pidieron desde un televisor, computador, celulares, juegos electrónicos y didácticos, ropa, zapatos, pistolas y ametralladoras y modernos carros y otras cositas, hasta el insignificante boliche que ayudaron a reparar y restituir en parte lo que los ladrones se llevaron cuando, hace más de un año, entraron a nuestro apartamento y lo saquearon a sus anchas sin ningún resultado de parte de las autoridades hasta ahora y creo que hasta nunca.

Estuve feliz rodeado de la mamá de mis hijos y abuela de mis nietos, mi adorada Mercy, de mi querida cuñada María Luisa, la tía Icha, otra mamá y abuela de ellos y de mis hijos y nietos y cuando digo hijos, incluyo a mi yerno y nuera, aunque ya se puede decir yerna, porque esos vocablos no me gustan, ya que los tengo como hijos y les pido que nos tengan también como unos papás y no como suegros, que tampoco me gusta y sencillamente me digan Jose, sin tilde y sin el señor o don y a ella simplemente Mercy.

Estuve feliz, repito, recibiendo aguinaldos, camisas, pantalones, zapatos, agua de colonia, medias y calzoncillos y la ya tradicional suscripción de El Tiempo y la de El Pilón como estipendio o valor de las 54 columnas escritas este año y para el año entrante voy en busca de la de El Heraldo, a donde aspiro a llegar en representación del pueblo vallenato, léase el Cesar y La Guajira, a hacerle compañía a los paisanos Pepe Félix, Indalecio, Lonchito, Tatiana y Quintero Olmos, quienes poco se preocupan por la problemática regional, sino nacionales e internacionales. Voy a comenzar a hacer las diligencias, ojalá que lo consiga, el que pueda ayudarme con sus influencias y relaciones ante las Directivas de ese periódico, que lo haga y yo se lo agradezco.

Bueno ahora un par de vainitas del Valle: señor Alcalde y particulares no sigan podando árboles en esta época, eso se hace a finales de verano o comenzando la primavera y el invierno, o de no hay que regarlos porque el agua en verano es escasa, sería bueno, que se reglamentara esto asesorado de agrónomos e ingenieros ambientalistas y pongan en su sitio a los sinvergüenzas y enchollaos de los carromuleros que hacen lo que les da la gana ante la mirada indiferente del Comandante de la Policía, el mismo que Beto Herazo distingue cada semana en su habitual columna.

Y otra vainita, Alcalde no elitice el reparcheo, si comienza hacerlo en la carrera sexta, hágalo desde la cuarta hasta la calle 12 que está llena de huecos y no se vuelen hasta la calle 11, donde vive nada menos que el Contralor General de la República y la pendejadita de Pepe Castro, volándose la 10 donde residen el Poly Montero y yo y por último, ojo, mucho ojo Alcalde, las obras las están entregando inconclusas como la de la calle 12 con carrera 8ª, ¿o es que no hay interventoría?

Columnista
30 diciembre, 2016

2017 año de prosperidad

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José M. Aponte Martínez

Así como me di el gusto de desearles una Feliz Navidad, ahora tengo el grato placer de pedirle a Dios que el Año Nuevo venga lleno de abundancia y prosperidad, de éxitos, de pingues ganancias y por qué no, una lotería o un baloto para socorrer y ayudar a la familia y a todo el […]


Así como me di el gusto de desearles una Feliz Navidad, ahora tengo el grato placer de pedirle a Dios que el Año Nuevo venga lleno de abundancia y prosperidad, de éxitos, de pingues ganancias y por qué no, una lotería o un baloto para socorrer y ayudar a la familia y a todo el que lo necesite.

Quiero darle gracias al Padre por permitir que el Niño Dios, su Hijo iluminado por el Espíritu Santo, la Trilogía más poderosa del mundo, oyera la petición que le hicieran mis nietos en sus carticas y les trajera todo lo que pidieron desde un televisor, computador, celulares, juegos electrónicos y didácticos, ropa, zapatos, pistolas y ametralladoras y modernos carros y otras cositas, hasta el insignificante boliche que ayudaron a reparar y restituir en parte lo que los ladrones se llevaron cuando, hace más de un año, entraron a nuestro apartamento y lo saquearon a sus anchas sin ningún resultado de parte de las autoridades hasta ahora y creo que hasta nunca.

Estuve feliz rodeado de la mamá de mis hijos y abuela de mis nietos, mi adorada Mercy, de mi querida cuñada María Luisa, la tía Icha, otra mamá y abuela de ellos y de mis hijos y nietos y cuando digo hijos, incluyo a mi yerno y nuera, aunque ya se puede decir yerna, porque esos vocablos no me gustan, ya que los tengo como hijos y les pido que nos tengan también como unos papás y no como suegros, que tampoco me gusta y sencillamente me digan Jose, sin tilde y sin el señor o don y a ella simplemente Mercy.

Estuve feliz, repito, recibiendo aguinaldos, camisas, pantalones, zapatos, agua de colonia, medias y calzoncillos y la ya tradicional suscripción de El Tiempo y la de El Pilón como estipendio o valor de las 54 columnas escritas este año y para el año entrante voy en busca de la de El Heraldo, a donde aspiro a llegar en representación del pueblo vallenato, léase el Cesar y La Guajira, a hacerle compañía a los paisanos Pepe Félix, Indalecio, Lonchito, Tatiana y Quintero Olmos, quienes poco se preocupan por la problemática regional, sino nacionales e internacionales. Voy a comenzar a hacer las diligencias, ojalá que lo consiga, el que pueda ayudarme con sus influencias y relaciones ante las Directivas de ese periódico, que lo haga y yo se lo agradezco.

Bueno ahora un par de vainitas del Valle: señor Alcalde y particulares no sigan podando árboles en esta época, eso se hace a finales de verano o comenzando la primavera y el invierno, o de no hay que regarlos porque el agua en verano es escasa, sería bueno, que se reglamentara esto asesorado de agrónomos e ingenieros ambientalistas y pongan en su sitio a los sinvergüenzas y enchollaos de los carromuleros que hacen lo que les da la gana ante la mirada indiferente del Comandante de la Policía, el mismo que Beto Herazo distingue cada semana en su habitual columna.

Y otra vainita, Alcalde no elitice el reparcheo, si comienza hacerlo en la carrera sexta, hágalo desde la cuarta hasta la calle 12 que está llena de huecos y no se vuelen hasta la calle 11, donde vive nada menos que el Contralor General de la República y la pendejadita de Pepe Castro, volándose la 10 donde residen el Poly Montero y yo y por último, ojo, mucho ojo Alcalde, las obras las están entregando inconclusas como la de la calle 12 con carrera 8ª, ¿o es que no hay interventoría?