Por: Jorge Nain “Aquí les traigo este pollo señores A ver como se defiende en la valla Gonzalo Arturo Molina es su nombre Pero el Cocha por cariño le llaman” Así le cantó Diomedes Díaz (1985) a su joven acordeonero en un tema de su autoría titulado “El gallo y el pollo” Todas las veces […]
Por: Jorge Nain
“Aquí les traigo este pollo señores
A ver como se defiende en la valla
Gonzalo Arturo Molina es su nombre
Pero el Cocha por cariño le llaman”
Así le cantó Diomedes Díaz (1985) a su joven acordeonero en un tema de su autoría titulado “El gallo y el pollo”
Todas las veces que esta columna ha sido dedicada exclusivamente a una persona natural, he analizado con mucho detenimiento sus calidades y aportes a nuestro folclor, para que precisamente no se convierta este espacio en uno más, de aquellos hechos exclusivamente para dar coba a artistas amigos.
A quienes yo he considerado juglares vallenatos les he dedicado escritos sin ninguna restricción, porque creo los tienen más que merecidos, pero son contados los artistas de actualidad que me han llamado la atención como para que nos ocupemos en hablar de sus vidas.
Hoy, con gran orgullo, quiero dedicar esta entrega a un señor del acordeón, de quien me puedo jactar soy amigo de infancia y compañero de estudios en el glorioso Colegio Nacional Loperena, al segundo Rey de Reyes (1997) y el alumno más aventajado del gran Nicolás Elías “Colacho” Mendoza (QEPD).
Ese muchachito que nació y se crió escuchando las notas de “Colacho y Emiliano” y la inspiración de sus primos Fredy Molina y Gustavo Gutiérrez, no tenía otro camino distinto a ser uno de los artistas más grandes que ha dado nuestra música vallenata.
“El Cocha” como cariñosa y artísticamente se le conoce, no la recoge del suelo; su padre Arturo Molina fue guitarrista, compositor y cantante vallenato, lo que indudablemente lo tuvo que marcar para que a muy temprana edad se terciara un acordeón y en el Loperena, con Limedes Torres, Wilber Mendoza, Adrian Villamizar y otros tantos, armáramos parrandas juveniles por allá en los años 78 y 79.
En el año 1982 Gonzalo Arturo obtuvo su primera corona como Rey aficionado del Festival de la Leyenda Vallenata y dos años después fue invitado por el artista más importante del vallenato en todos los tiempos, Diomedes Díaz, a grabar al lado de “Colacho” el álbum El Mundo; acompañó en esa oportunidad una canción titulada “Felicidad perdida” de allí en adelante “El Cocha” se “disparo” musicalmente y hasta el momento nadie lo ha podido parar de obtener éxitos.
Es el único acordeonero que se ha dado el lujo de grabar con los más famosos y mejores cantantes vallenatos: Diomedes Díaz (4 cds), Iván Villazón (3 cds), Jorge Oñate (4 cds), Tomas Alfonso “Poncho” Zuleta (2 cds) y como si esto fuera poco también, formó pareja artística con Carlos Malo (1 cd), Fabián Corrales (1 cd), pero su mejor figuración internacional la obtuvo al acompañar nada menos que a Gloria Stefan, en el trabajo “Abriendo Puertas”, con el cual recorrió el mundo en presentaciones y giras que selló con broche de oro al alzarse con un Grammy Latino.
Gonzalo Arturo es uno de los tres acordeoneros en la historia del vallenato, que luego de coronarse Rey (1990) se ha ceñido la emblemática corona de Rey de Reyes (1997) y hoy se encuentra recorriendo todos los rincones del país en presentaciones al lado nada menos que del pulmón de oro de America Tomas Alfonso “Poncho” Zuleta, con quien ha logrado consolidar dos trabajos discográficos de talla mayor “El Grammy Vallenato y “El Nobel del Amor”.
Cuando me llegan los correos electrónicos donde me ponen al tanto de las innumerables presentaciones que realizan en todo el territorio nacional “Poncho y el Cocha” me lleno de regocijo, porque bien merecido se lo tienen, ambos; son sencillamente, dos grandes y hoy por hoy el país canta sus éxitos: Amor a 7 mares, La culebra y La campana.
Díganme ustedes si este señor Acordeonero, que cumplió el pasado 11 de junio apenas 45 añitos, que es orientador de una escuela, a la que se ha declarado pertenece Juan Mario de la Espriella; no merece que se le dediquen estas cortas líneas.
“Y yo no es por darme fama pa` que
Si fama me da mi fanaticada
Lo que pasa es que el pollo que encontré
A cualquiera se lo juego en la valla”
COLOFON:
Fueron 96 “ruedas” que cumplió recientemente el juglar Lorenzo Morales, son pocos quienes tienen la oportunidad de llegar a esos años con la vitalidad y lucidez del inspirador de la gota fría, Dios lo conserve para que al lado de Leandro Díaz pueda disfrutar el homenaje que les tiene organizado la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata en la versión 44.