Por: Gonzalo Arzuza

Es interesante el desenvolvimiento de los últimos acontecimientos políticos nacionales, las campañas presidenciales están en su máximo esplendor: Ya se dio la unión Mockus-Fajardo, con excelentes resultados mediáticos y según las encuestas estarán en la segunda vuelta, junto con el candidato “oficialista” Juan Manuel Santos.
Cuando digo “oficialista”, pienso que fue algo fortuito, hasta hace un mes aproximadamente el presidente Uribe perfilaba a Uribito como su principal heredero, así lo dejo saber en diferentes manifestaciones publicas y en entrevistas radiales en las cuales no se cansó de elogiar al ex ministro AIS, defendiéndolo a capa y espada, mejor dicho, parecía su jefe de debate en las primarias conservadoras.
Lo primero que hay que recordar fue como Álvaro Uribe llegó a la presidencia de la República. Uribe venía de apoyar a Horacio Serpa en su fallida campaña electoral frente a Andrés Pastrana, y al darse cuenta que Serpa repetiría como candidato presidencial apoyado por el partido Liberal, decidió dejar al Partido Liberal donde había militado toda la vida, el que le había dado las oportunidades, posiciones y avales para que ostentara dignidades publicas que le dieron reconocimiento nacional.
El Presidente, en ese entonces candidato, no supo esperar disciplinadamente su oportunidad en su Partido y después de enfrentamientos internos y peleas álgidas, como es su estilo, disidió armar toldo aparte.
El 12 de Enero de 2002, después del secuestro del senador Gechen Turbay, Andrés Pastrana citó a los candidatos a la Casa de Nariño para tomar una decisión sobre la zona de despeje. Uribe tenía el 10% en las encuestas y Serpa el 38%. Serpa y Sanín apoyaron al presidente Pastrana para que continuara con esa zona de despeje, y Uribe dijo que esos eran unos bandidos y no se podía negociar con ellos. Ahí ganó Uribe, a la semana siguiente las encuestas se invirtieron, y la mayoría de los Senadores del Liberalismo y Conservatismo salieron en desbandada a apoyarlo, oportunistamente, produciendo un cisma dentro del Partido Liberal.
Uribe ganó las elecciones, y el candidato perdedor del partido liberal Horacio Serpa, fue al Palacio de Nariño para ponérsele a la orden a su antiguo copartidario y al país, y fue nombrado Embajador ante la OEA, lo cual pareció a todas voces que el presidente Uribe trabajaría con el Partido Liberal. Pero no, el Presidente Uribe emprendió una guerra sistemática de aniquilación contra su antiguo Partido, que lo considero traidor y desleal. Empezó a gobernar con su partido antagónico, el Conservador, que era minoría, fortaleciéndolo al máximo, y además a los Liberales que se habían venido con él, que no podían estar en las toldas Conservadoras, los impulso para crear nuevos partidos como la U, Cambio Radical, Convergencia Ciudadana, etc.
Hoy, cuando el Presidente le da la espalda a su mas poderoso aleado durante estos ocho años de gobierno, el Partido Conservador, y a su antiguo compañero de luchas Germán Vargas, y todo porque según el lo traicionaron y no apoyaron el referendo, pensamos ¿Cuáles son las convicciones políticas del presidente Uribe?
Acabó con el Liberalismo su antiguo partido que no le perdono nunca que no lo acompañaran en su primera elección, al Partido Conservador con Noemí, también lo quiere desmantelar llevándose a Uribito o el Pincher Arias, como cariñosamente lo llama Daniel Samper Ospina, y toda su comitiva, como a los Gómez Hurtado, los Ospina, Rodado Noriega y muchos Congresistas, Diputados y Concejales de provincia, conservadores de tradición a sus toldas.
Ni hablar de Cambio Radical, que desmantelo en dos días para que le aprobaran el referendo, y se ha encargado de acabarlo dejando sin opciones a un buen candidato como Vargas Lleras. Incluso estuvo apunto de acabar su propio partido La U, cabe recordar que no le gustaba mucho Santos, porque era conocido en todos los corrillos políticos que apoyaba el referendo de dientes para fuera,  y eso para el era deslealtad, por eso se la enfiló todas a Uribito.
Recordemos que los Partidos Políticos son de los pilares de la democracia, y es claro que el Presidente no le interesan el lo mas mínimo éstos como instituciones, solo los utiliza para su beneficio personal, lo cual indica que no tiene convicciones políticas, así obtuviera buenos resultados en algunos programas de su gobierno.